Llega a la entrevista con SUR recién duchado y vestido muy elegante, informal, pero elegante. Huele a perfume y va perfectamente peinado. Nihad Djedovic es ... el interlocutor adecuado para pulsar el estado del vestuario del Unicaja después de los últimos partidos en los que el equipo ha estado algo más irregular. Es el más veterano y sabe mejor que nadie que un momento como el actual hay que aprovecharlo, pero también disfrutarlo. A sus 34 años muestra una forma envidiable y agradecido por la oportunidad 'divina' que tuvo para fichar por el club malagueño. Djedovic pone en valor la evolución de este grupo, del que dice que ha adquirido la mentalidad de los grandes equipos para pelear por los títulos, algo que es muy complicado.
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–¿Cómo se encuentra?
–Descansado. Me vino bien este fin de semana para descansar un poco y ahora estamos preparándonos y a tope. Estamos a un partido del parón de selecciones y vamos a aprovecharlo para coger fuerzas y tratar de acabar líderes la Liga.
–Fue el descarte en Badalona y casi se pierde.
–Se puso mal, pero al final hemos ganado ahí, en un campo muy difícil. Este equipo no había ganado ahí y teníamos muchas ganas de hacerlo y también de hacerlo mejor que el último partido en la Liga (Manresa).
–¿Qué tal se encuentra el equipo en el Martín Urbano?
–Ha sido un poco difícil cambiar todo, traer las cosas aquí, zapatillas, chanclas, material y todo eso, pero estamos bien aquí. No jugamos en casa, estamos fuera y da igual, el campo aquí es una maravilla y se puede entrenar muy bien. Todo el equipo está, yo creo, satisfecho de que no tengamos que ir a otro sitio.
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–Este lugar se puede decir que es más auténtico de baloncesto, ¿no?
–Sí, sí, sí. Ver a los chavales, a los jóvenes, poder interactuar con ellos es bonito también. Por la noche, por ejemplo, cuando acabamos el entrenamiento estaban todos los niños fuera y ahí ves qué grande es este club. Algunos jugadores y alguna gente no saben que este es un club muy grande, que es una familia. Cuando ves que hay niños desde tres años entrenando comprendes que aquí se vive el baloncesto desde dentro.
–¿Sus hijos juegan al baloncesto? ¿Tendrá un relevo entre los Djedovic?
–(Risas). Estamos intercambiando ahora un poco de fútbol, un poco de baloncesto. Todavía estamos buscando la pasión, pero estamos en el deporte, esto es lo más importante. Vamos a ver...
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–Vamos a lo deportivo, parece que todo el mundo estaba esperando que el Unicaja perdiese un partido. Había esa sensación en el vestuario. ¿Sentían que necesitaban perder, aunque parezca increíble?
–No peleamos mucho para no perder allí en Manresa... (risas). Bueno, hubo una mezcla de todo. Sabíamos que íbamos a perder algún partido y aquel campo es muy difícil. Fue una noche fatal de todos, pero creo que es muy difícil repetir esta noche porque desde el primero hasta el último estuvimos 'fuera de servicio'. Hay que aprender, hemos jugado dos meses sin perder y perder así no es lo más bonito, pero se puede aprender.
–¿Sorprenden quizás los 40 puntos?
–Si perdemos de 10 o 15, nadie dice nada, pero 40 es mucho. Todo el mundo ha esperado para hablar, bueno, nosotros somos humanos también.
–También es bueno para saber en qué fallaron y qué se puede corregir. Esas cosas valen.
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–En la vida cuando todo va muy bien, no te giras y miras atrás, pero si algo va mal, te giras y ves dónde podrías hacerlo mejor . También pasa en el baloncesto y en el deporte. Cuando ganas como nosotros o si ganas muy feo de un punto, de cinco puntos, no miras el partido porque no te importa. Has ganado y ya está, pero si cuando pierdes es así ya sabes que has hecho algo mal y tienes que mirar el vídeo y tienes que entrenar. Para eso tenemos un cuerpo técnico muy bueno con Ibon y cuando ganamos están apretándonos. Esto no es perfecto. Es normal que tengamos problemas y trabajamos cada día. Nosotros tenemos esta presión del cuerpo técnico.
–En cualquier caso, su equipo es primero en la Liga y va primero también en la Champions. Esto ya no es ninguna sorpresa. Me refiero al año anterior, entonces sí podía sorprender algo esa regularidad en la Liga. Acabaron líderes la fase regular, pero este año ya no hay sorpresa.
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–Todo el mundo esperaba que estuviésemos arriba, no sé si esperaban que fuésemos primeros, pero sí entre los cuatro primeros, eso seguro, y nosotros también. Que seamos líderes después de siete jornadas, eso está muy bien, aunque no significa nada. Hay mucho por jugar, pero estamos en un buen momento. Vamos a ir paso a paso, en la Champions también, estamos cumpliendo nuestros objetivos. Este equipo tiene un potencial muy grande este año, lo hemos demostrado.
–¿Este equipo es más fuerte que el del año pasado?
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–Bueno, este es el proceso de dos años en los que el club ha intentado hacerse con jugadores buenos y que se quedasen muchos años aquí. Esto siempre beneficia porque nos entendemos mejor. Creo que este año, además como tú dices, estamos mejor que el año pasado. Ojalá podamos jugar así hasta las finales.
–Esto a veces se trata de aprovechar las oportunidades. Esas puertas abiertas que dejan los grandes, el Real Madrid y el Barcelona. Ahora parece que hay una.
–Nosotros somos un equipo que ha cambiado sólo tres jugadores en tres temporadas, otros equipos son fuertes, pero vemos que, por ejemplo, el Madrid ha cambiado algunos jugadores y están peleando ahí; el Barça, también. Estamos aprovechando este momento porque el club ha sabido reaccionar y ha tenido una clara visión de cómo quieren que el Unicaja juegue.
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–El otro día estuve en una charla de Sergio Scariolo y él decía que los jugadores se alimentan de las victorias, de la sensación que les genera ganar; ganar un título. Cuando has ganado un título, eso te sirve para aprender y esa sensación de ganar es lo que te lleva a querer seguir ganando. Este equipo ha ganado mucho en los últimos meses, la Copa, la Intercontinental, la Champions, la Supercopa… ¿Les ha cambiado la mentalidad? ¿Se sienten ahora más fuertes mentalmente?
–Totalmente, desde el primer trofeo. Bueno, el primer trofeo, la Copa, llegó un poco inesperado, pero desde la Champions en Belgrado. En la Final Four de aquí fallamos. En Belgrado todo cambió. Desde ese momento, cuando estuvimos 10-15 abajo contra Murcia en el primer partido, cuando hemos vuelto, ahí cambió todo. El 'chip' de nuestra cabeza cambió. Ganamos el título allí y ahora este equipo tiene esta mentalidad de los campeones, la de poder pelear por los títulos. Hemos necesitado este momento de madurez y lo hemos aprovechado.
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–En el plano personal, le vemos bien, muy elegante. ¿Se ha vestido así porque sabía que tenía entrevista?
–Voy cada día así (risas). Sólo se vive una vez, ¿no? Yo me pongo mi mejor ropa cada día. No entiendo a la gente que está guardando las mejores cosas para algo. No lo sé, ¿para qué? ¿Para algo que viene? ¿Y si luego no viene, qué? Han pasado dos o tres años y nada...
–¿Se le queda pequeño o se le queda grande?
–Cuando te sientes bien, todo te sienta bien.
–Es decir, que lo que pasa en la pista también se traslada un poco a la vida personal, ¿no?
–Claro, claro. Bueno, yo ya sé jugar al baloncesto (risas). Solo tengo que estar en forma, tengo que estar bien físicamente. No voy a estar Michael Jordan ahora en dos meses, pero fuera del campo si todo está bien, si estoy mentalmente bien, todo funciona.
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–Hace un año y medio le entrevistamos y nos comentaba que venir a Málaga había sido una bendición. Le daba gracias a Dios por venir.
–Sí, sí, sí.
–¿Se prolonga esa bendición? ¿Se siente cómodo aquí? Le vimos el otro día en una foto en la playa en su perfil de Instagram, disfrutando de la vida.
–Esto ha sido la dirección marcada por Dios, una señal que me ha dado. Yo no lo entendía al principio, porque llegué aquí, estaba en la Euroliga, ¿sabes? Pero todo ha salido muy bien, mejor de lo que esperaba. No sólo para mí, sino para mi familia. Estoy agradeciendo todos los días por esta oportunidad y quiero mostrar mi mejor versión a la gente de aquí, porque de verdad esto es como una familia. Aquí se juega bien y se disfruta el baloncesto muy bien.
–¿Le ha cambiado también la percepción de la vida? Recuerdo que me comentó un día una anécdota de sus vecinos del piso de arriba cuando llegó.
–Es una mentalidad completamente diferente a Alemania. Allí los niños se van a la cama a las siete de la tarde, Cuando llegué, a las once mis vecinos estaban viendo el fútbol y con jaleo. '¿Dónde me he venido? ¿Qué va a pensar mi mujer?' Pero te acostumbras, ¿no? La mentalidad de los balcánicos y de los españoles es totalmente igual. Viven para estar juntos, viven para beber, para comer bien, para estar fuera de casa y, en definitiva, para tener buenos recuerdos. Totalmente diferente de Alemania. El sol supone una gran diferencia, el buen tiempo. Esto lo cambia todo.
–Por cierto, ¿es muy religioso?
–Bueno, Dios sabe cómo soy. Intento estar lo mejor posible, en mi mejor versión posible.
–Ser buena gente, como decimos aquí.
–El último día cuando vayamos arriba, hay uno que va a decir sí o no. ¿Sabes? Yo lo intento. Soy musulmán rezo cinco veces al día y todo eso, claro, pero primero quiero ser un buen ser humano y da igual qué soy y qué religión sigo. Yo no tengo que demostrar a nadie. No voy a decir este soy yo y estas son mis reglas, no. Yo sé que soy yo y no voy a molestar a nadie, ¿sabes? La religión es para cada uno y no es una carta de identidad.
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–Hablamos de baloncesto. El Unicaja no para de recibir elogios. El otro día escuchaba a Moneke decir que se clasificaría para los 'play-offs' de la Euroliga sin problemas. Justin Cobbs decía que era el mejor equipo de Europa en estos momentos. ¿Qué hacen en la Champions?
–Este momento para el club es muy bueno. Pensar en otras direcciones sería fatal. Yo he estado en la Euroliga, he jugado muchos años, en el nuevo proyecto de Euroliga con 18 equipos y en el viejo.
–¿Este equipo en la Euroliga sufriría?
Sufriría. Pelearíamos por entrar en el 'play-off' de la Liga y quizá en el de la Euroliga. Estaríamos novenos o décimos y en la Euroliga, también.
–Tengo una teoría de que a la gente le gusta ver ganar a su equipo, da igual dónde.
–Si me preguntas ahora, en este momento, si podemos ganar a Real Madrid, a Fenerbahce, a Efes o Maccabi, la respuesta es sí. Seguro.
–Sí, pero jugando un partido a la semana.
–¡Claro! Es difícil cuando vienes de, no lo sé, juegas en Estambul, después juegas en Atenas y después te vas a Coruña.
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–O a Las Palmas.
–¡O a Las Palmas! Y te espera, no lo sé, el Coruña durante siete días. Ya se sabe todos los sistemas que juegas y pierdes cien por cien. Pierdes toda ventaja. Hasta que no se cambie el formato de la Euroliga, yo creo que… Ellos tampoco saben qué hacer. Porque juegas 34 partidos y después el 'play-off' y la Final Four para ganar solo un millón, cuando pierdes 25 millones.
–Sin embargo, en la Final Four de Belgrado hablábamos con Zoran Savic, director general del Partizán, que por cierto fue el que lo fichó de joven para el Barcelona, y nos decía que habían ganado 10 millones con la venta de entradas la pasada temporada.
–Pero eso pasa en el Partizán y en el Estrella Roja. ¿Qué hacemos con, no lo sé, con el Barça, que no tiene un pabellón muy grande? ¿Qué hacemos con el Maccabi, que juega fuera de casa? ¿Qué hacemos con estos equipos? Es muy difícil. Yo creo que estamos muy bien. Estamos ganando títulos, que es lo más importante, y peleando con los mejores todavía, porque la Liga Endesa es la mejor liga después de la Euroliga.
–¿Ve al equipo prolongando esta racha exitosa? Ahora llegan la Copa, la Final Four, que todavía no sabemos dónde será. Seguro que sus amigos serbios y croatas ya lo saben. ¿Qué le dicen?
–¿La Final Four? En Málaga.
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–No, no quieren. Igual en Alemania.
–Puede ser, ¿no? El año pasado fue un fracaso jugar en Belgrado. Para los jugadores, para mí, Belgrado fue fantástico, pero para los aficionados fue un fracaso. La organización fue 'top', pero si quieres vender el producto hay que jugar en una cancha donde haya afición de baloncesto.
–Como lo que pasó en Singapur.
–Totalmente. Yo entiendo que hay que vender el producto, pero si después pierdes ese sentimiento de baloncesto, de competir, ¿sabes? El baloncesto es emoción. Metes una canasta y te gritan, pero bueno... ¿A quién preguntaron, a nosotros? A nadie. Nos van a decir que jugamos aquí o allí y ya está.
–Bueno, le decía que si ve al equipo prolongando esta racha, será complicado porque ahora están las cosas bien, pero luego en febrero, cuando llegue la Copa, se comprime el calendario, llega el Top16, muchos jugadores se van con las selecciones y hay carga de partidos. Luego los equipos de Euroliga tienden a mejorar al final de temporada. Difícil.
–Paso a paso. Como has dicho, estamos muy bien. Tenemos que intentar ganar este partido en Andorra primero, volver del descanso de la mejor manera posible para arrancar otra vez en diciembre porque viene ya un rival muy fuerte, el Tenerife. Paso a paso, mes por mes, y vamos a ver. De momento estamos bien. Somos 14 jugadores y no es fácil, pero porque tenemos esta mentalidad de antes. Los nuevos se han acostumbrado muy bien y nadie se queja. ¡Imagínate! Yo no he visto esto en ningún lado y es porque hemos tenido este núcleo de jugadores. Cuando viene uno nuevo da igual qué mentalidad tiene. Si viene y ve que 13 jugadores vienen cada día antes del entrenamiento y se quedan después a trabajar, pues claro, va a hacer lo mismo. Tenemos buena gente y sólo si Dios quiere que estemos sin lesiones, hay que aprovechar cada momento.
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–Entonces no hay que cambiar jugadores, se lo digo porque voy a preguntarle por una cosa que a los jugadores no les gusta ¿Qué va a pasar el año que viene?
–No lo sé, yo tampoco tengo contrato. No lo sé, de verdad.
–Sinceramente, este año se le ve incluso mejor que el anterior.
–Juanma (director deportivo) y el presidente están haciendo buenas cosas, con Ibon también. No tengo contrato, pero no estoy preocupado. Si ganamos y estamos jugando bien, yo creo que todos los jugadores van a tener una oportunidad grande para renovar, pero también depende de lo que el club quiera. Eso es también una pregunta para ellos, qué visión tienen para los próximos años.
–En su primera campaña aquí, antes de fichar por el Unicaja pensaba en la retirada. Nos lo comentó en la primera entrevista que dio a SUR hace dos años.
–He pensado muchísimo en aquello. Ayer le decía a mi mujer que pensaba que me habían traído aquí ya para 'matarme', pero fíjate, no me han matado (risas).
–Y si el año que viene es un 'no', ¿qué hace? Ahora está perfecto para seguir.
–Si es no, es no. La vida sigue, vamos a ver otras opciones. La vida te da algunos momentos buenos y algunos malos, pero hay que ser siempre positivo. Todo son señales de Dios y hay sólo que intentar leerlas. Si es no, pues tendremos que hablar con la familia.
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–Yo le veo viviendo en Málaga.
–¿Después de que acabe mi carrera? Los porcentajes cada día son más altos y si renuevo, pues más todavía. Los niños no se quieren ir. Tienen 9 y 4 años. El más grande tiene ahora amigos y todo esto, está ya jugando y en el colegio está muy bien, pero los niños son niños y en cualq uier lugar en que los pongas están contentos.
–Bueno, esperemos que sea un sí.
–Esperemos que sí (risas).
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