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Queremos mantener una línea muy alta de energía y de intensidad en el campo a base de rotaciones cortas en el tiempo, de tener a mucha gente metida en el partido, de forma que si un compañero tiene un mal día o no está preparado ... haya otro para entrar, hacer su trabajo y que el equipo mantenga unas líneas claras de identidad, independientemente del resultado y del rival«. La declaración de intenciones de Ibon Navarro fue clara tras el primer partido oficial de la temporada, la paliza europea al Heroes Den Bosch, al 114-58, quizás en una de esas citas en las que más se puede explotar esa denominada profundidad de banquillo.
La estrategia del Unicaja de rotar con doce jugadores empieza a ofrecer réditos sobre todo en ese tipo de partidos en los que el cuadro malagueño se mide a conjuntos de su potencial o de un nivel teóricamente algo menor, esa clase de duelos que la pasada campaña o la anterior la mayoría de las veces derivaba en una derrota. Ahora el desgaste al que obliga el Unicaja a sus rivales con tantas alternativas posibles que utilizar durante el partido termina pesando al cabo de los cuarenta minutos. La intensidad defensiva y la agresividad para proteger el aro, como se muestra en el elevado número de personales cometidas y la batería amplia de cambios posibles, permite encontrar alternativas de juego.
Hasta ahora, siendo todavía el comienzo del curso, lejos de poder determinar conclusiones acerca de las opciones del equipo en los tres frentes (Liga, Champions y Copa del Rey), el Unicaja ha cumplido en el calendario. Apalizó a sus rivales de la fase previa de la Champions (también un 91-73 al Patrioti Levice), y perdió ante los conjuntos que juegan en la Euroliga: 103-89 en Vitoria contra el Baskonia y 71-76 en casa ante el Real Madrid. Ante ambos tuvo picos y mesetas, altos y bajos en el juego, y mantuvo opciones de sorpresa incluso contra los blancos hasta el último momento.
Mientras, en el resto de citas, más igualadas, salió siempre airoso. Venció en un durísimo encuentro (con 52 tiros libres) al Gran Canaria (70-63); también en Sassari (76-87), un equipo que no muchos días antes complicó el título de la Supercopa a la Virtus Bolonia de Scariolo; en Gerona (59-73), en un ejemplo claro de cómo imponer la profundidad de sus rotaciones, y en Dijon (88-68), en un nuevo reto en la fase de grupos de la Champions.
No es habitual que un equipo emplee una rotación de doce jugadores y, menos como lo hace el Unicaja a día de hoy, en el que últimamente sólo Barreiro parece haberse quedado rezagado y sin opciones de jugar tanto como el resto. Ateniéndose al ejemplo de la última jornada en la Liga Endesa, la cuarta, once 'cajistas' jugaron más de siete minutos como mínimo, aunque la mayoría estuvieron en torno a los veinte. Sólo el alero gallego se quedó en 1:10 en pista.
Así las cosas, apenas el Barça y el Real Madrid, los proyectos más caros y amplios de plantilla (con quince o dieciséis piezas, para alternar Liga y Euroliga sorteando lesiones), obligados a no saturar de minutos a sus jugadores, hicieron algo parecido, y solamente dos equipos más jugaron con una docena de efectivos: el Carplus Fuenlabrada, pero con tres hombres (Savkov, Macoha y Okouo) por debajo de los siete minutos, y el Río Breogán, con cuatro sin pasar tampoco de esos siete minutos (Kasibabu, Erik Quintela, Arteaga y Brajkovic). Lo habitual en la ACB, como se puede apreciar en la tabla adjunta, es ceñirse a diez u once elementos, y en muchos casos con un papel muy residual de alguno de ellos.
Pero para poder explotar esa amplia rotación hace falta también aliarse con la fortuna o el buen trabajo. El Unicaja estuvo en los últimos tiempos inmerso en una espiral de lesionados, en algunos casos con problemas de larga duración, crónicos, de forma que se pasó campañas enteras sin llegar incluso a tener a todo el vestuario sano. No es el caso de momento de la presente campaña en la que, pese a lo atípico de la pretemporada, con media plantilla fuera concentrada con sus respectivas selecciones, se mantiene el logro de seguir con todos los hombres disponibles.
Hace dos veranos el club, quizás afanado en evitar tantos percances físicos continuados, hizo algunos cambios en el equipo de trabajo, con la llegada de Marcos Cerveró en la preparación física y de un fisioterapeuta más junto a Mario Barbará, como ha sido Diego Iván Ruiz, Casualidad o no, la realidad es que el Unicaja ha pasado a sufrir menos lesiones.
Equipos y jugadores empleados en la 4ªjornada (Liga ACB)
Casademont Zaragoza: Diez jugadores.
Cazoo Baskonia: Once.
Real Madrid: Doce.
Joventut: Once.
Valencia Basket: Diez.
UCAM Murcia: Once.
Río Breogán: Doce.
Gran Canaria: Once.
Girona: Once.
Unicaja: Doce.
BAXI Manresa: Once.
Barça: Doce.
Lenovo Tenerife: Once.
Monbus Obradoiro: Once.
Carplus Fuenlabrada: Doce.
Real Betis Baloncesto: Once.
Coviran Granada: Doce.
Surne Bilbao: Diez.
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