Vista de uno de los carteles en los que se les informa a los clientes de un hotel del confinamiento. SUR

¿Cómo viven un confinamiento los huéspedes de un hotel?

La mayoría de los clientes organiza ya la vuelta a casa mientras los hoteleros reagrupan a los clientes en los hoteles con más ocupación

Pilar Martínez

Málaga

Domingo, 15 de marzo 2020, 19:24

¿Cómo vivir un confinamiento en un hotel? La primera reacción de los clientes al conocer hoy la noticia es buscar una alternativa para abandonar el destino. Pero esa vía no es fácil ante el recorte al 50% de las operaciones aéreas, también decretado, y la retahíla de anuncios por parte de importantes aerolíneas de dejar de operar ante la crisis del coronavirus. Hoy ha avanzado la cancelación de vuelos Easyjet y TUI, mientras Ryanair recortará rutas y frecuencias.

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Los turistas que no pueden salir de la Costa por el momento se quedan en establecimientos que se ven obligados a cerrar sus instalaciones de ocio, es decir, gimnasios, piscinas climatizadas y spa. Carteles en los puntos claves del hotel les informan del decreto y las medidas adoptadas por el Gobierno, en los que se les recalca las limitaciones de salir a la calle. Además se les informa directamente por parte del personal del establecimiento. Ni ocio dentro ni ocio fuera. Las reacciones de los clientes suelen ser de resignación. «No hemos tenido ninguna queja. Están concienciados porque saben de la gravedad del coronavirus porque es algo que afecta a todos los países», señala el director de un hotel de la Costa que tenía una ocupación media, pero que espera quedarse sin clientes en tres días.

Los hoteleros están obligados a atender como siempre a sus clientes, es decir, se mantienen los servicios de recepción, limpieza de habitaciones, restauración y cafetería. Eso sí los que tienen estas instalaciones abiertas a la calle lucen también carteles de que sólo atenderán a los clientes del hotel. En este sentido, cuenta una directora de la capital que la mayoría de los clientes están optando por hacer uso del servicio de habitación, evitando así un mayor contacto con otros huéspedes. De ahí que en los restaurantes se note una menor afluencia. «Todo el mundo es muy conscientes de los riesgos. Tanto el trabajador como el huésped. De ahí que cuando se les sirve en la habitación se les deja la bandeja en el pasillo y se les avisa de ello. De forma que el contacto es nulo».

Precisamente ante la necesidad de reducir al mínimo la exposición de los trabajadores, desde la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos) han puesto en marcha esta mañana una bolsa de establecimientos con el objetivo de agrupar a los turistas en los que tengan una mayor ocupación y cerrar las instalaciones que ahora se ven obligadas a estar abiertas aunque sólo atiendan a tres o cuatro habitaciones. «La idea es que los hoteles que tienen clientes asuman los huéspedes sueltos y diseminados en otras instalaciones para que el resto puedan cerrar», señala el presidente de esta patronal, Luis Callejón Suñé. «A los viajeros se les está informando de las obligaciones que nos marca el Gobierno y la gente lo está entendiendo y es consciente». Además, aprovecha para enviar un mensaje de tranquilidad a los turistas que andan preocupados porque no ven la manera de abandonar el destino. «En los hoteles les vamos a atender siempre. Deben tener la seguridad de que tienen garantizado el servicio de alojamiento completo», precisa.

En este sentido, el presidente de la cadena hotelera MS, Miguel Sánchez, relata la historia de una pareja que tenía prevista su salida el jueves y que esta misma mañana han optado por volver a su país en autobús. Este grupo hotelero tambiñen ha tomado medidas ante el confinamiento y ha decidio concentrar los clientes de los tres hoteles que tiene en Torremolinos en un solo, cerrando Aguamarina y Tropicana. Así el Amaragua se encontraba a primera hora con un 92% de ocupación, sin embargo es espera que para el final del día esta cifra baje al 60%. «Para el miércoles estaremos ya casi vacíos», asegura. «Todos buscan cómo volver», precisa. Sánchez quiso destacar «el comportamiento ejemplar de los trabajadores que pese al confinamiento y la situación que estamos viviendo están llevando a cabo su actividad con el mayor agrado para el cliente, conscientes también del momento de incertidumbre por el que están pasando cuando venían de vacaciones».

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Sin embargo, el objetivo de los empresarios es reducir al máximo el volumen de empleados que tengan que estar expuestos al coronavirus porque el teletrabajo es un imposible. «Hay una responsabilidad total por parte de la industria turística para cumplir lo que requiere el estado de alarma. Los clientes lo han entendido, que es una fuerza mayor. Son conscientes porque en todos los paises está pasando, pero lo primero que hacen es organizar la vuelta a casa. Los trabajadores están informados de las medidas de seguridad que tiene que adoptar», coinciden hoteleros consultados.

Desde otra cadena hotelera aseguran, con preocupación y tristeza, que también han reagrupado a los clientes en un sólo hotel, pero que será cuestión de dos o tres días que echen el cierre en las instalaciones en las que ahora deambulan apenas una decena de clientes que van del hall a la habitación y que evitan hasta el restaurante.

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Por parte de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT) ha pedido Gobierno, tras la declaración del estado de alarma, que se decrete por parte del Gobierno «de forma ordenada y escalonada» el cierre de los establecimientos hoteleros mientras estos se vacían de clientes, a la espera de que puedan regresar a sus países

de origen. El presidente de esta patronal, Jorge Marichal, explica que, aunque la casuística de las asociaciones que integran la confederación es muy variada y ya hay muchos establecimientos que no tienen clientes, estas empresas pueden dirigirse desde mañana mismo a la autoridad laboral competente para solicitar la tramitación de su correspondiente Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) por fuerza de causa mayor, una circunstancia que legalmente puede invocarse en un caso como este, y proceder al cierre de la instalación hotelera. «Instamos que se produzca», dice.

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La orden de confinamiento acelerará esta presentación de regulaciones de empleo y cierres de establecimientos en tanto que la reacción lógica de los pocos turistas que hay en el destino es la de volver a casa. Algo que se complica por días.

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