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rocío lópez
Domingo, 15 de agosto 2021, 00:28
Rosa Camas, con ilusión y emoción en los ojos, espera nerviosa la llegada de su hijo en la estación María Zambrano. No le ve desde las vacaciones de Semana Santa, porque con el coronavirus no se ha atrevido a ir a visitarle. Ha elegido el vestido verde de flores que le regaló en su anterior cumpleaños, y aunque está feliz de que trabaje en la capital, le gustaría tenerlo más cerca, aunque entiende que en Madrid tiene mayores oportunidades laborales.
El tren de las 12.24 llegó puntual a la capital de la Costa del Sol proveniente de Atocha. Multitud de personas, cargadas de optimismo y de ganas de disfrutar de las vacaciones, se abrazaban a sus familiares. Una pareja, corriendo el uno hacia el otro, se bajaban la mascarilla y se daban un beso, para después volvérsela a subir, yéndose cogidos de la mano.
Mari Carmen Rodríguez va a pasar diez días de vacaciones junto con su marido y su hijo en Fuengirola. Han reservado un hotel y tienen la intención de descansar y de poder disfrutar de las playas. «El tren de las 9.30 venía lleno, reservamos a mediados de julio y solo pude coger asientos sueltos. Se nota que la gente tiene ganas de viajar», aseguraba esta mujer, que después de un año duro de pandemia llegaba con su familia con la intención de desconectar.
En un círculo casi perfecto, cinco jóvenes de entre 23 y 25 años, rodeadas por sus maletas, acaban de llegar para pasar una semana en Málaga en un apartamento vacacional cerca de la plaza Uncibay. Las chicas hablan de hacer su primera parada en el supermercado de la estación, porque algunas llegaban con hambre y no podían entrar en el alojamiento hasta por la tarde.
Llegan bien preparadas, con sillas de playa, sombrillas, gorras y protección para el sol. Tienen ganas de conocer la provincia: «Nos han recomendado ir a las calas de Maro y visitar los pueblos de Nerja y Frigiliana. Hemos visto fotos y tenemos muchas ganas de ir, aunque también disfrutaremos del ambiente del Centro», relataba una de ellas, mientras cogía su móvil para mirar la predicción meteorológica de estos días.
Otra de las jóvenes, un poco desilusionada, esperaba que hubiese Feria de Málaga. Una de las razones por las que habían elegido esta semana era porque de pequeña veraneaba con su familia en la ciudad y conocía el ambiente de estas fiestas. «Tenía ganas de enseñarle a mis amigas cómo se vive la feria e ir a las casetas a ver bailar a la gente con los vestidos de gitana, pero seguro que el año que viene será», comentaba la madrileña bromeando con sus amigas de que el Cartojal sí que lo probarán.
Desde Adif confirmaban que los viajes en el AVE Madrid-Málaga de ayer estaban prácticamente completos, aunque todavía quedaban algunas plazas libres en los trenes de por la tarde. Una estación con el cartel de completo.
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