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Con el espacio aéreo europeo cerrado a los vuelos comerciales, España sumida todavía en la incertidumbre y un verano que se presenta como un escenario difícil para los grandes desplazamientos, el de rural e interior aparece como el segmento turístico menos perjudicado por la situación ... generada por la crisis del coronavirus. Con 41.000 plazas disponibles en toda la provincia, el turismo de interior vivió el año pasado el mejor momento de su historia, que se tradujo en un impacto económico que Turismo Costa del Sol estimó en 935 millones de euros.
Este año, sin embargo, se presenta muy diferente. La crisis causada por la pandemia tendrá un impacto contundente sobre los mercados extranjeros, que aportan durante todo el año en torno al 55 por ciento de los clientes y que en esta ocasión, salvó un giro improbable de los acontecimientos, estarán ausentes de los destinos turísticos de la provincia. La contracara de esa esa situación dramática estará en una mayor incidencia de los mercados de más proximidad, el español, el andaluz e incluso el local.
El año pasado se cerró con 134.014 viajeros alojados en la provincia, de los que unos 60.000 fueron españoles. El mercado nacional aumentó más de un 30%, mientras que los extranjeros disminuyeron cerca del 10%.
Un informe realizado por la plataforma Loving Tourism sobre la base de una encuesta realizada entre el 2 y el 22 de abril, es decir en plena crisis del coronavirus, revela que el 41,5 por ciento de los residentes en España mantienen la intención de salir de vacaciones este verano y que un 80 por ciento de ellos lo hará dentro del territorio nacional.
El estudio también sostiene que un crecimiento del 19 por ciento en las personas decididas a utilizar el coche como medio de transporte y un aumento del 5 por ciento en la preferencia por los alojamientos rurales y del turismo interior como opción para evitar aglomeraciones.
Dentro del panorama de absoluta incertidumbre que se vive, la posibilidad de que el turismo rural se convierta en refugio de quienes este año decidan no hacer grandes desplazamientos no se descarta en absoluto, aunque todavía no se haya plasmado en reservas, según explica Sebastián Hevilla, gerente del Grupo de Desarrollo Rural Guadalhorce. El mercado local, explica, es habitual en el segmento gastronómico y en escapadas de fin de semana, pero no en estancias más prolongadas, donde los clientes son mayoritariamente de países extranjeros y de otras comunidades españolas. Que este verano optaran por el turismo interior sería una novedad, aunque no la descarta en absoluto.
La confundadora de Bbou Hotels, María Herrero, tiene una perspectiva más optimista. «La gente va a necesitar algún día de descanso; nuestros espacios son sitios para desconectar, sentir libertad y seguridad», sostiene. Es una opinión que comparte Fernando García Bravo, director del complejo turístico La Garganta, en El Chorro. «Pensamos que la gente de Málaga se moverá», asegura, aunque reconoce que con un 75 por ciento de clientes extranjeros, la temporada ofrece de momento un vaticinio sombrío.
Herrero, con dos hoteles en La Axarquía, destaca el peso que tiene, sobre todo el apartado gastronómico, el mercado de extranjeros residentes en la Costa del Sol, que supone un reaseguro para momentos de crisis por su alto poder adquisitivo. «Aunque la mayor parte de nuestros clientes vienen del extranjero, tenemos muchos que viven en la provincia de Málaga –señala– y después de esto la gente va a tener muchas ganas de salir pero no de irse muy lejos».
En el mismo sentido incide Miguel Herrera, director del grupo Rustic Experiencie, en la Serranía de Ronda, del que forma parte el hotel La Cueva del Gato, que destaca la importancia de un mercado que se extiende desde la Costa del Sol hasta Gibraltar. «Es gente de alto poder adquisitivo, que valora mucho nuestra cultura y nuestra gastronomía, y eso se encuentra en el turismo rural», subraya.
Fernando García. La Garganta (El Chorro)
El director del complejo turístico La Garganta, Fernando García, que desde la apertura de El Caminito del Rey experimentó un gran impulso, lamenta que la incertidumbre es la tónica que reina en estos días. «No sabemos qué va a pasar y tampoco cuál es el protocolo que tendremos que seguir para poder abrir», sostiene. En principio, da la temporada por perdida, ya que la gran mayoría de los clientes del complejo son extranjeros, muchos de ellos habituales que repiten año tras año y que en esta ocasión no saben si podrán viajar. No obstante reconoce que queda algo de optimismo basado en la confianza en el mercado local. «Pensamos que la gente de Málaga se moverá», sostiene, aunque se trata de un mercado más enfocado a la gastronomía que al alojamiento.
Miguel Herrera. Rustic Experience (Ronda)
«Están haciendo deporte los que nunca han hecho deporte, la gente está deseando salir a la calle a disfrutar y el que tenga dinero va a gastar más que nunca». El director de Rustic Experiencie, Miguel Herrera, desborda optimismo. Considera que la crisis ofrece una oportunidad al mundo rural. «Nosotros tenemos tanto espacio que será fácil adaptarse a los protocolos, que más da que me digan que tengo que poner las mesas a dos metros o a cinco», señala. En su opinión, después de tanto tiempo de encierro, «el mundo rural se va a vender solo, el campo es un lujo, lo que pasa es que ha estado muy mal valorado». En su opinión, habría que incentivar el intercambio entre zonas de la provincia. «Que un vecino de la Costa tuviera un bono para venir a la Sierra y que uno de la Sierra lo tuviera para ir a la Costa».
María Herrero. B bou Hotels (Axarquía)
La cofundadora de B bou Hotels, María Herrero, destaca que la gran ventaja del turismo de interior en la provincia de Málaga es que se trata de una oferta que está pegada al mar y que tienen un acceso rápido. «Se llega en pocos minutos, pero la gente desconecta y tiene la sensación de que se ha ido a 10.000 kilómetros», destaca. Otra característica que asegura que ayudará en estos tiempos es que se trata de sitios amplios en los que no existen problemas de masificación y por lo tanto no habrá dificultades en mantener la distancia social. «Estamos esperando a que terminen de salir los protocolos», advierte sobre las actuaciones que habrá que afrontar para poder abrir. Herrero advierte de que aunque las reservas llegan prácticamente a cuentagotas, las dos o tres siguientes semanas van a ser claves para saber cómo se va a comportar el verano y señala la importancia de la oferta gastronomica.
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