El 80% de los hoteles están cerrados en la Costa del Sol por la pandemia. salvador salas

¿Cómo sobrevivir un año a costes de 50.000 euros al mes con el hotel cerrado?

Es la media de gastos a los que hacen frente en la Costa del Sol los hoteleros con un establecimiento de unas cien habitaciones y cuatro estrellas

Pilar Martínez

Málaga

Jueves, 11 de marzo 2021, 00:33

A punto de cumplirse un año de aquella fatídica jornada en la que se inició la operación vaciado de hoteles y de estampida al aeropuerto, ... en busca de la alternativa más rápida para regresar a casa tras decretarse el Estado de Alarma ante el cariz que tomaba el Covid-19, el sector hotelero tiene claro que las empresas están sin oxígeno tras verse obligadas a cerrar el pasado marzo y sobrevivir doce meses haciendo frente a un coste medio de 50.000 euros mensuales que se calcula que es el que tienen los establecimientos de cuatro estrellas con cien habitaciones en la Costa del Sol. Las consecuencias de la que es la peor crisis de esta industria son que la economía de los hoteleros está en situación más que crítica y el endeudamiento, con el que han ido capeando el impacto de la pandemia, por las nubes. Están convencidos de que hasta el verano no comenzará la recuperación y de que, los que superen esta crisis, tardarán tres o cuatro años en recomponer las finanzas.

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Cadenas malagueñas como Fuerte Hoteles, Soho, que ya ha pedido un rescate a la SEPI por 30 millones, MS o B bou coinciden en el camino recorrido para poner a salvo sus hoteles: contención y supresión de gastos operativos; eliminar compras y servicios prescindibles; gestionar los servicios básicos; renegociar con propietarios de los inmuebles y con proveedores; congelar las inversiones; acogerse a los ERTE o financiar el circulante y el servicio de la deuda con los préstamos ICO, prorrogada ahora un año más el periodo de carencia. «El año pasado usamos los ICO, este año 2021 nos hemos acogido a la moratoria legal que amplió los plazos del año pasado y tendremos carencia hasta diciembre 2021. Las cuotas no pagadas las trasladamos al final de la vida de los préstamos. Para los impuestos estatales cambiamos el régimen de IVA del régimen general al régimen mensual de devoluciones y recuperamos todo el IVA que teníamos a compensar», explica José Luque, director general de Fuerte Group.

Luque relata los gastos a los que hacen frente los hoteleros a pesar de tener los establecimientos cerrados y de adoptar todas las medidas citadas. Entre estos costes fijos, aunque no haya actividad, menciona el IBI, el Impuesto de Actividades Económicas (IEA) o el de basuras, que la mayoría de los ayuntamientos han mantenido aunque son conscientes del cierre de los negocios. También hay que seguir pagando el agua, la electricidad, internet, seguros, así como el mantenimiento de las instalaciones, los gastos del personal de dirección, financiero o comercial que siguen activos, las cotizaciones de la Seguridad Social de los empleados en ERTE o la amortización de préstamos o el pago al propietario del inmueble, si hay un acuerdo de explotación. Bastan los ejemplos aportados por Luque de que el hotel Fuerte Marbella tiene un coste de 123.000 euros al mes o el Amare Marbella Beach de 73.315 euros mensuales aún cerrados. «Ante este dramático escenario que nos ha tocado vivir, en el sector turístico necesitamos urgentemente apoyo de las administraciones públicas», advirtiendo de que a la par de todo ello se ha hecho uso del fondo de reserva «que se agota».

«Ya no queda ni oxígeno. Hemos gastado hasta el último céntimo de la empresa, además de que el endeudamiento ha crecido un 1.000%, entre otras cosas porque el nivel de deuda de nuestra empresa era mínimo», explica en esta ocasión Gonzalo Armenteros, fundador de Soho Boutique Hoteles, que de los 32 hoteles que le quedan al grupo malagueño, tras soltar este año los cuatro de Estados Unidos, siete de México y tres en España, sólo tiene abiertos cuatro de ellos. «Sólo el pago del 25% de los seguros sociales, sin ingresar un duro, supone todos los meses 120.000 euros», señala para avisar de que la empresa tardará tres o cuatro años en recuperarse de esta crisis.

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El cofundador y propietario de B bou Boutique Hoteles, Andrés Herrero, coincide en el drama ya no sólo de haber dejado de ingresar sino en el de afrontar costes fijos cada mes pese a tener los establecimientos cerrados y sin ayudas públicas. En su caso, el Cortijo Bravo, con 21 habitaciones, dejó de estar activo en marzo y los trabajadores en ERTE, pero los gastos mínimos de cada mes superan los 15.000 euros. «Al principio pensamos que había que prepararse para unos ocho o diez meses, pero ya hemos llegado al año y aún queda esperar al verano. Además, a lo largo del 2020 también hemos reabierto La Viñuela, un proceso que también tiene un coste muy elevado», afirma.

El fundador y CEO de MS Hoteles, Miguel Sánchez, señala que dos de sus hoteles de la Costa llevan cerrados desde enero de 2019: Tropicana y Aguamarina. Ambos suman unos gastos mensuales que superan los 130.000 euros, a los que se añaden los del Amaragua, que reabrió un par de meses en el verano. «Somos los olvidados de las administraciones y el alma del turismo. Sin hoteles no habrá turistas ni la recuperación será rápida», afirma Sánchez.

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Las esperanzas están puestas en la vacuna y en el verano para el que confirman ya un aumento de reservas que esperan den oxígeno a unas empresas que confían en que, si todo va bien, la temporada alta debe ser mejor que la pasada y marcar el inicio de la recuperación. «La temporada no puede fallar. Después de haber cruzado el océano no podemos morir en la orilla», afirma Armenteros.

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