Primeros pasajeros en Málaga obligados a traer una PCR negativa: «Es una medida buena, así estamos más seguros»

«Es normal que nos exijan una prueba. Es algo bueno, así estamos todos más seguros». Esta era la opinión de la mayoría de los pasajeros que aterrizaron en el Aeropuerto de Málaga este lunes en el primer vuelo del día, un avión de Ryanair procedente de Bruselas en el que los viajeros ya debían llevar una prueba PCR negativa para poder entrar en España. A falta de conocer datos oficiales, los testigos que viajaban en este avión han especificado que apenas eran unas 20 o 25 personas, pero que todas contaban con el papel que acreditaba el resultado. «Hemos visto que a los que no se han presentado con el documento en Charleroi (Bruselas) no los han dejado subir», explicaba Elisabeth, que viajaba con su marido Christoph con destino final Antequera, donde tienen una casa en propiedad.

Desde este lunes, el Gobierno de España está exigiendo una prueba que confirme que no son positivos en Covid-19 a todos los pasajeros procedentes de un país o zona de riesgo -y cuyo destino final sea un puerto o aeropuerto en España- independientemente de su nacionalidad o lugar de residencia. Así, los pasajeros deberán portar durante su viaje el documento que acredite esta PCR con resultado negativo. El documento -que debe ser el original, estar redactado en español o inglés y estar en papel o formato electrónico- debe contener al menos el nombre y apellido del viajero, número de pasaporte o DNI, fecha de realización de la prueba, identificación y datos de contacto del centro de realiza el análisis, técnica empleada y resultado negativo de dicha prueba.

Para ello, las compañías y las agencias de viaje están avisando con unos días de antelación a sus clientes. En el caso de Elisabeth y Christoh, fue Ryanair quien les mandó varios correos electrónicos y mensajes para recordarles que tenían que realizarse la prueba, que a ellos les costó 67 euros por persona. «El vuelo solo ha costado 16 euros, por lo que al final no nos hemos gastado tanto», decía esta ciudadana nacida en Holanda pero con residencia en Amberes. «Tenemos una casa en Antequera y nos acabamos de casar, así que vamos a pasar la luna de miel cuidando de los olivos», relataba con una sonrisa. «Sé que no podemos salir del pueblo hasta que nos vayamos, pero no nos importa porque vamos a estar en casa durante los cinco días», añadía.

La zona de llegadas del Aeropuerto de Málaga ha cambiado sustancialmente en estos meses. El hall está prácticamente clausurado, por lo que los pasajeros pasan directamente al exterior donde les recogen. Los primeros en salir ayer fueron un matrimonio de turistas belgas (han preferido no dar su nombre), que tenían como destino Torremolinos. «Veníamos avisados de la PCR», explicaban con el papel en la mano. «Es lo lógico en estos tiempos», comentaban en francés mientras reconocían que les encantaba la Costa del Sol. «Nos da igual que a las seis cierren los bares. Comeremos antes y luego pasearemos, mejor que quedarse en casa», argumentaban. Ninguno de estos dos matrimonios podrán salir en estos cinco días del municipio al que se dirijan, como tampoco tendrán que hacerse una PCR de vuelta, al menos para entrar. «Pero sí para volver al trabajo», matizan algunos de ellos.

Para establecer este protocolo de control, Sanidad ha instalado un puesto con varios trabajadores dentro del Aeropuerto. Ellos son los encargados de fiscalizar los resultados de las pruebas, que en caso de no presentarse (a pesar de haber dicho en origen que sí se tenía el documento) se estaría incumpliendo con un requerimiento sanitario para la entrada a España, y habrá realizado una falsedad documental en una declaración responsable. Además de tener que realizarse el test y abonarlo de su bolsillo, el pasajero podría ser objeto de sanción.