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Representantes de algunos municipios del interior y de la Mancomunidad de Municipios Costa del Sol-Axarquía, ayer. Salvador salas
Misión reactivar el turismo

Misión reactivar el turismo

Más de 30 municipios participan en esta edición de Fitur. Estar se había convertido en una cuestión existencial

Viernes, 21 de mayo 2021

Antonio Díaz, el gerente de Turismo Costa del Sol, se paseó este viernes por última vez por el espacio que, desde el martes, ha sido como su segunda casa. Díaz es una de esas personas a las que se le puede tildar, sin riesgo de equivocación, como «referente del sector». Lleva décadas en el turismo, conoce cada hotel de la provincia por su nombre.

Todavía se acuerda de cuando había que apartar a las personas por los pasillos para llegar a tiempo a una presentación en la Feria Internacional de Turismo (Fitur). Tan multitudinario era todo antes de la pandemia, que la cola de los taxis en los accesos a Ifema, a primera hora de la mañana, podía ser de varios kilómetros.

Ayer, cuando Manilva acabó la presentación de su nueva web de turismo, el último acto en la agenda del estand de la Costa del Sol, Díaz levantó la mirada a un pabellón de pasillos desangelados y lanzó un suspiro con sabor a cierta satisfacción. «Por algún lado había que empezar», resumió lo vivido en los últimos tres días.

Una frase lacónica, pero que sirvió a la perfección para resumir lo que ha sido esta edición de Fitur para los municipios de la provincia de Málaga.

Díaz sabe cómo late el pulso del turismo en la Costa del Sol. Se conoce la historia que hay detrás de cada hotel y percibe cuáles son las fortalezas y las debilidades de cada destino. A Torremolinos le ha ido muy bien con el turismo británico. Benalmádena, con Tivoli como bandera, siempre ha apelado al turismo familiar. Pero certezas apenas quedan ya en el sector, tras más de un año de parálisis por el coronavirus.

Que en este contexto, con un Fitur de aforo reducido, encorsetado por los protocolos sanitarios, no se iban a firmar los sonados acuerdos de otras ediciones, ni tampoco hacer un gran volumen de negocio, estaba claro de antemano. Pese a ello, más de 30 municipios de todos los rincones de la provincia han pasado esta por el estand de la Costa del Sol para presentar sus credenciales. Estar se había convertido en una cuestión existencial y no estar en un certificado de defunción. Ninguno de los municipios que tienen en el turismo un pilar importante de la economía se quiso dar por muerto.

Quien vea el vídeo de promoción que Turismo Costa del Sol presentó el miércoles querrá hacer las maletas y salir corriendo hacia cualquiera de los destinos que aparecen en el metraje. Fue uno de los platos fuertes de este Fitur e hizo honor a las intenciones de afrontar los próximos meses 'Al son de la buena vida'. El vídeo ha gozado de una gran acogida y se expande en las redes sociales como un fuego de verano. Y es que las cualidades de la Costa del Sol siguen ahí. Son las mismas que antes hacían que el destino se vendiera por sí solo.

Pero ahora hay una pequeña mácula cosmética: los destinos turísticos de la provincia, sobre todo los que se nutren de turismo extranjero, siguen estando vacíos y la mayoría de sus hoteles cerrados. De invertir esta situación en verano depende la supervivencia de miles de empresas y de más puestos de trabajo. Otra temporada alta como la de 2020 no se la puede permitir nadie. «Ni tan siquiera los gigantes del sector que cuentan con gran músculo financiero», precisó Díaz.

Así se explica que la edición de Fitur menos concurrida, la que menos profesionales del sector ha congregado, haya sido una de las de mayor actividad promocional por parte de los municipios de la Costa del Sol. También la edición con mayor variedad de propuestas, en la que el turismo activo se ha consolidado como apuesta firme. Sobre todo, en pequeños municipios del interior, donde economías locales enteras se han reorientado hacia el senderismo y los hoteles rurales.

Ahora que el viento de las vacunas parece soplar favorable, con el rebufo de los pasaportes de vacunación y la caída de restricciones para entrar a España, los destinos de la provincia se han visto en la necesidad de posicionarse para recibir a aquellos turistas extranjeros ávidos por subirse a un avión y regresar a sus habituales lugares de vacaciones.

No es que no se supiera ya antes, pero la pandemia ha servido para constatar que el motor económico de la provincia no tira si solo recibe viajeros nacionales. «Nosotros tenemos una planta hotelera amplia, necesitamos de los turistas británicos y alemanes que llevan décadas viniendo aquí», admitió el alcalde de Torremolinos, José Ortiz. El mismo destino aguarda para los tradicionales municipios de sol y playa de la provincia. Ninguno de ellos faltó a su cita con Fitur.

La variedad de la oferta turística de la provincia se constató este viernes, con los pequeños municipios del interior, como Cómpeta, Comares, Periana y Pizarra.

Pese a ser el Fitur de los pasillos vacíos, nadie en el sector dudó de que ha sido la edición más importante. Para la autoestima y porque sin primera piedra tampoco hay fundamento sobre el que reconstruir.

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