Mariola Valladares: «He visitado Tailandia, Cuba y Cerdeña como mochilera; me hubiera encantado ir a Pekín Express»

–¿Dirigiendo el único hotel de cinco estrellas gran lujo de Málaga, le resulta difícil planificar sus vacaciones?

–Soy muy usuaria del destino Málaga para mi disfrute particular. Me encanta la playa, me encanta el sol y el buen tiempo. Otra cosa es que tenga poco tiempo, pero algún día sí que puedo hacer una escapada.

–¿Cómo va el verano?

–El verano va muy bien. Las perspectivas hasta final de año también son buenas. De hecho la temporada alta ha comenzado antes de que llegara la propia estación. Venimos de dos años de pandemia y la gente tenía muchas ganas de disfrutar ya sin tantas restricciones y tantos miedos. Creo hasta mediados de septiembre va a seguir existiendo una alta demanda.

–Ahora con el hotel lleno, ¿Cómo vive esta recuperación?

–Todos la estamos viviendo de una manera muy satisfactoria, muy ilusionante. Es el despertar de nuevo de nuestra vida anterior. Es, de pronto, poder hacer un kit kat con todo lo sucedido. Ahora impera la normalidad y la gente quiere vivirla y disfrutarla.

–¿Para cuándo las vacaciones?

–Serán a final del verano, cuando pase la alta temporada del cliente individual, aunque realmente este hotel siempre está lleno, por unas circunstancias o por otras. Disfrutaré de una semana de descanso en el verano, aunque vivo la ciudad como cualquier turista que viene a conocerla.

–Además usted es de Toledo...

–Yo descubrí la ciudad hace más de cinco años y ya hace algunos menos que decidí quedarme.

–¿Qué es lo que más le gusta y lo que le sorprendió de Málaga?

–Conocí Málaga hace muchos años y nada tenía que ver con la ciudad actual. Ni estaba abierta al turismo ni al mar, como lo está hoy. Los malagueños son una sociedad que vive y disfruta en la calle, y eso me gusta mucho. Es gente muy amable. La acogida que yo he recibido ha sido maravillosa.

–¿Y qué le ha sorprendido más?

–Qué me va a sorprender, el clima y la calidad de vida de la ciudad.

–Para estas primeras vacaciones de vuelta a la normalidad, ¿playa o montaña?

–Me voy a un destino de playa.

–¿Le gusta mucho viajar?

–Muchísimo. Y echo mucho de menos los viajes de grandes distancias. Hace ya tres años que no hago uno largo. El último en el que crucé el charco fue a Cuba, y tengo también unas vacaciones hacia el otro lado pendientes. Antes de la pandemia recorrí Turquía. Sí que me apetece retomar esos grandes viajes que una vez al año debes llevar a cabo. Además, trabajo en turismo. ¿Cómo no poder hacerlo?

–¿Y en sus viajes consigue desconectar o le pasa factura la deformación profesional?

–Una es directora 24 horas siete días a la semana. La deformación profesional impera en nuestra forma de ser. Evidentemente cuando estoy fuera miro con los ojos de directora. No puedo no hacerlo. Otra cosa es que te condicione, pero observas, no sólo desde la crítica, sino para adecuarlo a ti. No es tanto copiar como sí aprender.

–¿Cuántos países puede conocer?

–No lo sé, pero toda Europa, menos los nórdicos. Parte de Asia, como China y Tailandia. También EEUU y el norte de África.

–¿De esos viajes largos con cuál se queda?

–Tailandia fue un país que me sorprendió mucho porque lo recorrí como mochilera desde sus montañas a sus playas. En cada destino hay que ver todas las oportunidades. Tailandia me gustó, pero no me quedo con un sólo destino porque hay mucho por conocer y que tengo en mi lista.

–¿Viaja a ritmo de cinco estrellas o todo lo contrario?

–Todo lo contrario. Como mochilera me he ido también un par de años. Cuando viajo pienso en descansar, sobre todo, emocionalmente hablando. He visitado como mochilera Tailandia, Cuba y Cerdeña. Recuerdo cuando, hace muchos años, nos hubiera gustado ir a Pekín Express a mi amiga Rebeca y a mí. Nos gustaba la experiencia.

–¿Qué aficiones tiene?

–Si digo que me gusta mucho la lectura puede parecer contradictorio a ser activa. Me gusta practicar deporte, viajar y dibujar.

–¿Qué libro meterá en la maleta?

–Acabo de comenzar a leer la trilogía de César Pérez Gellida de Memento Mori. Así que viajará conmigo. Leo novela negra.

–¿Fan de los chiringuitos?

–Sí, de cuidarme y de comer bien. El espeto lo tengo en vena. Tengo un sobrino de tres años que vive en Alemania y que me pregunta por lo que él le llama los pescaditos. Le encantan los espetos y me hace mucha ilusión que con tan poca edad piense en los pescaditos de Málaga.

–¿Cuál ha sido ese pueblo o ese destino de vacaciones de referencia?

–Me he pasado los veranos dividida entre los pueblos de los abuelos de Toledo y de León. Pero desde pequeña mis padres tenían una casa para veranear en Los Alcázares, en Murcia, y pasábamos el verano entero allí. Lo recuerdo con mucho cariño. Me gusta, me parece entrañable ese recuerdo de infancia. Pero también recuerdo el pueblo de mis abuelos, en esa plaza con las bicicletas. Los veranos de Toledo han sido muy felices. Así que sí que volvería a Pueblanueva.

–Málaga es ....

–Redonda (Risas). Creo que ha sido todo un acierto la nueva campaña de la ciudad porque Málaga es verdaderamente un destino completo. Por eso, para mí, Málaga es un destino redondo. Tendría más calificativos porque es dónde he decidido quedarme a vivir. Es una ciudad maravillosa.

–¿Por qué todo el que viene quiere quedarse?

–Porque el que viene la descubre. No se es consciente de la calidad de vida ni de lo que la ciudad ofrece hasta que no lo vive.