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Málaga es un imán de turistas. Una ciudad en la cresta de la ola como destino urbano y cultural, siendo la gastronomía un reclamo en alza y con gran tirón. Con estos condimentos, el presidente de la Academia Gastronómica de Málaga (AGM), Manuel Tornay, avanzó ... en la cena de gala de la entrega de los premios anuales de esta institución, celebrada el sábado en el hotel Marbella Club, que esta institución y la Carta Malacitana lideran un proyecto para que Málaga forme parte de la Red de Ciudades Creativas de la Unesco de la mano de su oferta gastronómica. Tornay defendió que «la gastronomía es cultura y que Málaga es la capital del sur de Europa por su riqueza culinaria». En este sentido, se mostró convencido de que «lo mejor para la gastronomía malagueña está por venir».
El presidente de AGM aseguró que «en estos momentos esta iniciativa se encuentra en una fase inicial, en la que ya cuenta con los apoyos de KM0 y la asociación Mahos a esta propuesta. El objetivo es preparar durante este año toda la documentación para que »sea el Ayuntamiento de Málaga quien la presente«.
Y es que para llegar a ser miembros de la Red de Ciudades Creativas de la Unesco, las ciudades candidatas deben presentar una propuesta que demuestre claramente su determinación, compromiso y capacidad para contribuir a los objetivos de la Red. Según la misma, ya existe en España un precedente. Se trata de Burgos, también de la mano de la gastronomía.
Siete son las áreas creativas, entre las cuales las ciudades pueden elegir según su preferencia y en función del sector al que le dedican sus habilidades y energía, tales, como el cine, la música, las artes, la literatura, el diseño o por la artesanía. En la actualidad, y según la web de esta Red de la Unesco, son 26 las urbes inscritas en todo el mundo por el reclamo de la gastronomía.
Las ciudades miembro de esta iniciativa se distribuyen por todo el país, tienen diferentes niveles de ingreso y de población. «La Red se compone principalmente de las ciudades que estén dispuestas a compartir sus recursos, experiencia y conocimiento para lograr los objetivos comunes ya mencionados», señalan, para precisar que estas urbes son socios clave de la Unesco para la implementación de la Agenda para el Desarrollo bajo un prisma de sostenibilidad.
Desde la Unesco recuerdan que «la adhesión es un compromiso a largo plazo y debe incluir un proceso de participación y un enfoque orientado al futuro. Las ciudades deben presentar un plan de acción realista de cuatro años con proyectos, iniciativas o políticas concretas para alcanzar los objetivos de la Red».
En este sentido, Tornay insistió, en su intervención previa a la entrega de los galardones, que «el reto es trabajar para hacer de Málaga un referente de turismo de gastronomía, poniendo el foco en que esta oferta forma parte de la cultura y de la identidad local».
Por su parte, el vicepresidente primero de la Diputación y diputado de Desarrollo Económico Sostenible, Juan Carlos Maldonado, destacó la apuesta por la gastronomía y su vinculación con el sector agroalimentario que se realiza desde 'Sabor a Málaga', la primera marca promocional creada para difundir los mejores productos de la provincia. De hecho aseguró que desde que se puso en marcha en 2012 se han destinado quince millones de euros a la promoción de productos agroalimentarios de Málaga. «'Sabor a Málaga' es también una herramienta para mantener la población en el territorio», declaró tras felicitar a unos premiados que ponen en valor la fortaleza de la gastronomía de la Costa del Sol. Seguidamente fueron los galardonados los que reivindicaron el papel de la cocina local como recurso que genera riqueza y que es una seña de identidad del destino. En esta edición fueron distinguidos los jóvenes chefs Cristina Cánovas y Diego Aguilar del restaurante Paladú; el ubetense David Olivas que regenta Back Tapas Bar & Restaurant, en Marbella; la periodista malagueña afincada en Madrid Pilar Salas, en el Premio Enrique Mapelli a la Crítica y Difusión Nacional; la también malagueña Mayte Carreño, directora comercial de Michelin Travel Partner España y Portugal; el Figón de Montemar, de Torremolinos, como Mejor Restaurante de Cocina Tradicional; y La Milla Marbella como Mejor Chiringuito-Merendero.
Por primera vez, en los 42 años de historia que atesora la Academia Gastronómica de Málaga, la más antigua del país, en esta edición se ha premiado la labor de un productor, el viticultor y bodeguero Juan Muñoz Anaya, responsable de Bodegas Dimobe, en Moclinejo, en reconocimiento «por su contribución a la preservación del patrimonio vitivinícola de la provincia, en especial de los vinos históricos de la Denominación de Origen Málaga, sin dejar de mirar al futuro e innovar tanto en la imagen como en la producción de vinos de corte actual de gran calidad».
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