Junio se convierte en el mes estrella de un verano en el que se espera que julio supere en ocupación a agosto

Junio se convierte en el mes estrella de un verano en el que no se logrará alcanzar los niveles de ocupación de antes de la pandemia, como ya ocurrió en mayo, a tenor de los datos que acaba de avanzar la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos). En estas previsiones, la patronal apunta a que las expectativas a día de hoy son mejores para julio, en el que esperan ocupar el 78,7% de las camas, que para agosto, en el que las reservas apuntan a un 77,2%, pese a ser el mes de excelencia para las vacaciones estivales. En junio de 2019 estos establecimientos de la provincia sumaron más de 2,1 millones de pernoctaciones.

Los hoteleros advierten de que junio cerrará con una ocupación hotelera del 81,8%, dos puntos por debajo de lo alcanzado en el mismo mes de 2019. Un dato que aseguran que genera cierta incertidumbre en el sector, ya que mayo fue la primera vez en que se superaron las cifras anteriores a la pandemia. Una tendencia que no continuará este verano por factores como el impacto del conflicto bélico de la invasión de Rusia a Ucrania, el aumento de la inflación y los problemas en los aeropuertos que están provocando cancelaciones. «Estamos observando una ligera ralentización, especialmente en mercados como el alemán, con un 26,2% menos de plazas aéreas entre enero y septiembre respecto a 2019 y en una menor medida el británico, con un 11,9% menos», explica el presidente de Aehcos, José Luque.

A ello añaden, como elemento de este leve cambio en los ritmos de demanda, a la problemática generalizada en los distintos aeropuertos europeos, que han provocado cancelaciones de vuelos y saturación en los pasos de fronteras y controles de seguridad con esperas y retrasos de importante relevancia, a lo que hay que añadir cierta ralentización en el mercado doméstico, es decir, en las reservas de españoles como consecuencia de la dinámica de la inflación. De hecho, resaltan que, aunque la recuperación del turismo internacional ya alcanza buenos niveles, en junio se esperaba una presencia internacional del 70% y de momento se estima que sólo alcance un 65% del total.

Por municipios, Málaga capital lidera el nivel de ocupación en junio, alcanzando el 88,5%. «La presencia de Obama en la ciudad ha despertado gran expectación y ha llenado los hoteles malagueños durante estos días», precisan. Le sigue Nerja, con un 83,9% de ocupación; Benalmádena, con un 83,8%; la Axarquía, con un 81,81%, y Fuengirola con un 80,42%.

Previsiones para el verano

En cuanto a los meses claves de la temporada alta turística, los hoteleros avanzan que se espera que en julio, un periodo plenamente vacacional, las reservas llenen un 78,7% de las camas, frente al 84,20% de 2019. El dato permite anticipar una mejor evolución que la prevista para el propio agosto, que solo se prevé una ocupación de 77,2% frente al 89,73% alcanzado antes de la crisis sanitaria. De ahí que consideren que va a jugar un papel clave las reservas de última hora. «En cualquier caso, y aunque los datos no son excelentes, cabe recordar que venimos de una situación muy complicada de la que estamos saliendo. El año pasado, en este mismo mes, la ocupación hotelera en la provincia fue del 40,15% y los establecimientos más afortunados apenas llenaron, en la mejor época, el 70% de sus plazas. Esto solo ocurrió en Antequera y Málaga, la mayoría de establecimientos apenas alcanzó el 40%», recuerdan desde el comité ejecutivo de Aehcos.

La Costa del Sol se prepara para recuperar la actividad que registraba de junio a agosto de 2,5 millones de viajeros alojados en todos los alojamientos de la provincia en 2019. El año pasado se quedó en poco más de dos millones de pernoctaciones . En ese mismo periodo se registraron en el conjunto de la oferta de alojamiento turístico de la provincia 10,7 millones de noches reservadas en 2019, que se redujeron a 7,8 millones en 2021. De ellas, los hoteles concentraron 7,4 millones de estancias antes de la crisis y 5,3 millones en 2021, es decir, registraron un descenso del 27,4% con respecto al año antes de la pandemia.

El turismo nacional fue clave para el destino, con un aumento del 13,5% con respecto al 2019. Por contra, las limitaciones a la movilidad lastró la llegada de turistas internacionales, que se redujeron en un 47,7% con respecto al periodo entre junio y agosto anterior al Covid-19.

Directores de hotel consultados apuntan también la incertidumbre que genera mantener la flexibilidad en las reservas, sin penalización en las cancelaciones, lo que genera que se sigan registrando anulaciones apenas días antes de llegar al destino.

Optimismo

Pese a todo cunde el optimismo. Según datos de la agencia de viajes 'on line' Rumbo, las ventas turísticas para verano se disparan un 34% y el gasto un 10% respecto a 2019. Además, el informe sectorial de CaixaBank, señala que las previsiones para el cierre del ejercicio 2022 son que el PIB turístico se incremente un 52,9%, situándose en un nivel del 82% respecto al de 2019. Por otro lado, desde Exceltur, anticipan que en el segundo trimestre se prolongará la mejoría de la recuperación de la actividad turística en España, con 15,2% menos en el segundo trimestre respecto al de 2019.

La escuela de negocios TBS Education, fundada en Toulouse (Francia) y que lleva más de 100 años formando a los futuros talentos del sector empresarial, advierte de que el turismo español se enfrenta este verano a nuevos desafíos para asegurar la reputación de los destinos y la satisfacción de sus clientes. Entre ellos, destaca la necesidad de ofrecer una buena acogida al visitante, alertando de que los conflictos de las compañías aéreas y de la gestión aeroportuaria pueden afectar negativamente a la experiencia del visitante. «Por tanto, es importante coordinar la información del alojamiento con los aeropuertos», precisa Jordi Williams Carnes, presidente de Leitat Technological Center y profesor en TBS Education.

También ponen el foco en que los hoteles se convierten en embajadores de los destinos, ante lo que as recepciones deben ser los puntos de información de la oferta de la zona, disponiendo de información relevante sobre el transporte público, farmacias o museos, lo que refuerza la imagen positiva del destino y del alojamiento. «El gestor de un hotel no puede serlo solo hacia dentro, debe estar conectado con la ciudad, con el barrio», destaca Carnes. Además, instan a crear valor añadido para el visitante con el buen uso de los datos personales de los turistas, siendo imprescindible a la hora de proporcionar contenido e información de valor y, de esta forma, mejorar la estancia del cliente así como la imagen del establecimiento o del destino. Por último, insisten en que será clave la nueva hospitalidad basada en sostenibilidad, cultura, gastronomía, salud, deporte, historia, digitalización e innovación. Asegurar una experiencia completa y positiva garantizará el éxito de la industria.

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