La huelga de Ryanair se alargará cinco meses, es decir, afectará de lleno a los movimientos habituales de la Navidad como lo está pasando con los de plena temporada de verano. Los sindicatos USO y Sitcpla acaban de anunciar que prolongan las jornadas de paro, que iniciaron en julio, hasta el 7 de enero. La nueva convocatoria de huelga, de paros de 24 horas, de lunes a jueves, semanalmente, comenzará el próximo 8 de agosto. «Dado que Ryanair no ha mostrado el más mínimo intento de acercamiento con los sindicatos sino, al contrario, ha manifestado públicamente su negativa a entablar cualquier diálogo con los representantes elegidos por sus tripulantes, USO y Sitcpla se han visto obligados a continuar con la huelga y convocar nuevas jornadas, escuchando a los trabajadores», señalan los convocantes.
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En la jornada de hoy ya ha sido cancelado el vuelo de Dusseldorf a Málaga como consecuencia de la jornada de protesta de los tripulantes de cabina, que la justifican en tres motivos. «El primero, la aplicación de los mínimos estatutarios de la legislación española en materia laboral y sindical a todos los tripulantes de cabina que prestan sus servicios en los aviones de Ryanair y en las diez bases españolas. La readmisión inmediata de los once trabajadores despedidos durante las anteriores convocatorias de los meses de junio y julio por secundar el derecho constitucional a huelga. Y, en tercer lugar, la paralización y archivo de todos los expedientes sancionadores abiertos a aproximadamente unos cien trabajadores con motivo de los paros anteriores», precisan.
Los tripulantes consideran que la aplicación de los derechos laborales básicos no pueden suponer objeto de negociación. Entre ellos destacan los 22 días laborables de vacaciones anuales; catorce festivos legalmente establecidos o la concesión de los derechos de guarda legal, concreción y reducción de jornada; el abono de los niveles salariales previos a pandemia, tal y como la Audiencia Nacional ya falló en sus sentencia, y el fin de la contratación de trabajadores a través de cesión ilegal de empleados.
El aeropuerto de Málaga es uno al que menos está afectando la huelga de tripulantes, con numerosas jornadas en las que sólo ha habido retrasos en vuelos, pero librándose de las cancelaciones.
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