Hoteles de la Costa del Sol cumplen un año cerrados y sin ayudas directas

El presidente de la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos), Luis Callejón Suñé, explicó que, de ese entre 20 y 25% de hoteles que cerraron en el invierno de 2019/2020, una gran parte de ellos tampoco lo han hecho si quiera en los meses de una temporada alta que si se planteaba incierta se confirmó como pésima. Señaló que muchas de las cadenas hoteleras con varios establecimientos en la Costa optaron por no reabrir el pasado verano más que uno o dos hoteles y apostaron por dejar cerrado el que más tiempo llevaba inactivo. «No son una excepción los establecimientos hoteleros que llevan ya un año con facturación cero en la Costa y soportando los costes que supone esta inactividad», declaró Callejón Suñé, para aclarar que el resto de hoteles pronto cumplirán un año en pandemia lo que ha supuesto la paralización de sus negocios salvo un par de meses en un verano aciago. El presidente de Aehcos cifra en 50.000 euros al mes el coste que tiene en la Costa un hotel cerrado de cuatro estrellas y 100 habitaciones. «Y las ayudas no llegan y cuando busquen la solución puede ser tarde para muchas empresas», advirtió.

Emblemas a la espera

Uno de esos hoteles que ya ha cumplido un año con las luces apagadas, con los muebles tapados con sábanas, las cocinas con las neveras vacías y las terrazas recogidas a la espera de su reapertura y de que los clientes den vida a las instalaciones es el emblemático Tropicana que permanece cerrado desde el 19 de diciembre de 2019. El objetivo era llevar a cabo unas reformas para recibir viajeros de nuevo en marzo. Unos planes que se truncaron con el estallido de la pandemia, que mantiene sin vida un establecimiento curtido en avatares turísticos de la Costa del Sol, pero nunca como este. «Jamás habíamos pensado en una situación como la que estamos viviendo. Un año sin facturar y haciendo frente a todos los costes que supone el cierre, además del pago de los impuestos municipales vigentes como el IBI o el de Actividades Económicas que se mantienen aunque no haya actividad», explicó Miguel Sánchez, propietario de la cadena MS en la que se integra el Tropicana y el Aguamarina, que tras dos inviernos acometiendo obras por valor de tres millones que facilitaron una reforma integral, se encuentra en esta misma situación de doce meses cerrado.

Unas circunstancias que tienen en ERTE desde finales de 2019 y primeros días de enero de 2020 a 150 trabajadores, que tienen puestas sus esperanzas en que reabran este verano. «Somos los olvidados de las administraciones y eso que, aunque hay otras modalidades de alojamiento, sin hoteles no habrá turistas y la recuperación de la industria que es el motor económico será más lenta», señaló Sánchez, que reclamó, mientras llegan ayudas, medidas que alivien los problemas de liquidez. «El coste de estos dos hoteles cerrados es de unos 130.000 euros mensuales y ya van doce meses con facturación cero. Es insostenible. Si no nos dan nada, al menos que nos quiten impuestos municipales dado que los negocios no tienen actividad», sentenció sin poder disimular una gran preocupación.