Pedro Bendala: «El aeropuerto de Málaga nunca va a ser un freno al desarrollo de la Costa del Sol»

Mientras tanto, en el actual documento se recogen inversiones en esta infraestructura por importe de 103 millones de euros con los que se va transformando poco a poco el aeropuerto a las nuevas necesidades y planificando el futuro para anticiparse a los acontecimientos. «No tenemos una bola de cristal para saber cuándo llegaremos a los 30 millones de pasajeros, pero siempre intentamos adelantarnos a los ciclos económicos», detalla. En esta tarea de anticipación confirma que este documento no contemplaba una recuperación de la pandemia tan rápido y tan fuerte. «Estamos creciendo por encima de la media nacional aunque las subidas ya no serán como las de estos años de recuperación de la crisis sanitaria en los que hemos pasado de lo peor a lo mejor en muy poco tiempo», declara, para precisar que «todo ello no ha sido casualidad sino fruto del trabajo de los profesionales malagueños que han sido más ágiles y han sabido poner en el mercado un gran producto que los viajeros han valorado y que las aerolíneas han sabido responder a esta demanda».

Asegura que «las inversiones en mejoras son constantes y los cambios son continuos» y adelanta que una de esas actuaciones que sí notará el viajero este año es la puesta en marcha de un nuevo filtro de seguridad en la T2 que se sumará al que ahora hay en funcionamiento al final de la T3. «Una parte de estos nuevos controles de seguridad, en un espacio más diáfano y más espacioso, entrarán en funcionamiento este verano y se emplearán, sobre todo, para descongestionar a los actuales en los embarques de grandes grupos de touroperación», señala. Además, destaca que esta misma semana se ha puesto en marcha una nueva zona para los viajeros que demandan los servicios de movilidad reducida.

Medidas con las que se preparan para un 2024 que considera que «será un muy buen año», si bien apunta que ello no significa que el crecimiento del 20% en pasajeros el pasado enero sea el ritmo que marque este ejercicio. «Estamos constatando un mayor aumento de viajeros en los meses fuera de temporada que nos indica que el destino se ha desestacionalizado. Prueba de ello es que el año pasado desde abril hasta octubre se superaron los dos millones de pasajeros mensuales, una cifra que antes era exclusiva de los meses fuertes del verano como julio o agosto. En enero hemos tenido 1,3 millones de viajeros y en diciembre pasado 1,5 millones. Eso es muy bueno porque nos permite crecimientos importantes anualmente sin tensionar la carga en el territorio al repartirse el movimiento de visitantes a lo largo de todo el ejercicio. Nos permite crecer de forma más ordenada», detalla.

Buen verano

En cuanto a la próxima temporada alta, asegura que aún es pronto para tener una previsión muy concreta porque hasta finales de febrero las aerolíneas están ultimando sus programaciones, sin embargo, sí puede vaticinar que «somos optimistas. Va a ser un verano positivo. Esperamos mantener el volumen de aerolíneas y de países con los que conectamos, además de ofrecer nuevas rutas». Entre los factores que impulsan estas buenas perspectivas señala a la plena recuperación del turismo británico, que es a gran distancia el principal mercado internacional. «Que los británicos vuelvan a estar en los niveles de siempre es una gran noticia», afirma, para avanzar que en temporada alta «Málaga tiene un puente aéreo con el Reino Unido que se traduce en torno a unas 700 operaciones a la semana». Además, añade que este verano se espera también un incremento importante, aunque se trata de volúmenes muy inferiores, en viajeros de Rumanía o Bulgaria que a partir del próximo mes de marzo forman parte del espacio Schengen y entrarán de forma directa.

En cuanto a la mejora de la conectividad de esta infraestructura destaca el trabajo que están haciendo de forma conjunta con todas las administraciones, desde el Ayuntamiento hasta la Diputación y la Junta de Andalucía, y el sector en busca de nuevos rutas y mercados. Aunque se muestra muy prudente en cuanto a las negociaciones abiertas con distintas aerolíneas, valora la decisión de United Airlines de programar un vuelo diario a Nueva York y considera que es un «paso importante para que esta misma compañía u otra se animen a operar esta ruta durante todo el año. Estas conexiones trasatlánticas son de muy alto riesgo porque tienen un alto coste y las aerolíneas tienen que estar muy seguras de la rentabilidad de las mismas».

Y sobre para cuándo Málaga tendrá un vuelo directo con China, Japón o Corea del Sur, asegura que «sería una ruta icónica», pero que quizá no está justificada tenerla ahora mismo porque la Costa del Sol goza de buenas conexiones con Asia a través de los dos vuelos directos de Turkish Airlines con Estambul y los que añaden en verano Qatar Airways con Doha o Etihad Airways con Abu Dhabi. Estos vuelos están alimentando el movimiento de viajeros con Asia, un elemento clave para que una aerolínea tome la decisión de volar de forma directa a la Costa del Sol. Además, afirma que el crecimiento y desembarco de importantes compañías tecnológicas son una fuente importante de pasajeros y un pilar clave para la apertura de este tipo de conexiones con estos mercados lejanos . «El viajero de negocios es muy importante, por eso en cada nueva empresa que elige Málaga vemos una oportunidad. En este aeropuerto la base de los viajeros es de origen turístico. El 12% viene por motivos profesionales. Aumentar este porcentaje es muy importante», concluye.