Decálogo para alquilar viviendas turísticas con garantías y sin sorpresas

El siguiente paso es que a veces una imagen no vale más que mil palabras. Por eso, lo ideal es visitar antes el apartamento y, si no es posible, pedir al arrendador o a la agencia un dossier fotográfico, así como información de su ubicación y del estado de conservación del mobiliario y electrodomésticos. También es recomendable que el precio esté desglosado, dejando clara la tarifa de la estancia, comisión de la plataforma, si existe, servicios de limpieza y depósito de garantía si lo hubiere.

Leer las sugerencias y comentarios de otros usuarios es también una buena vía para conocer más sobre la vivienda. También es importante saber si se está alquilando al propietario o a un intermediario. «Si tienes que reclamar, este dato es clave a la hora de aplicar la normativa. Si es con una agencia o una empresa, el usuario estará protegido por la legislación de consumo, además de la que pueda regir al arrendamiento en sí mismo. Si es con un particular, la relación se basará en la normativa civil del alquiler, aunque, en función de la comunidad autónoma que sea, será de aplicación la normativa turística autonómica», advierten. Para poner el foco en que antes de firmar el contrato o hacer la reserva se debe contactar previamente con el anunciante o la agencia por teléfono o email y aclarar las dudas sobre fechas, precio, condiciones de reserva, de cancelación, necesidades especiales o supermercados cercanos. Además, de confirma el modo de pago, la entrega de llaves y la persona de contacto, contando siempre con un teléfono para incidencias eventuales. En cuanto al pago, es clave hacerlo a través de un medio seguro que proponga la plataforma y que permita dejar un rastro del mismo: tarjeta, Paypal o transferencia bancaria. En este último caso, es importante comprobar que el titular de la cuenta es el mismo que el de la vivienda. Quedarse con una copia de la reserva o señal es otro paso esencial, así como tratar de pagar la menor cantidad que exijan e intentar no pagar el resto hasta la llegada.

Por último, desde la OCU advierten que en caso de pedir una fianza para hacer frente a posibles daños que pudieran causar los inquilinos en la vivienda es fundamental solicitar que se detalle claramente el concepto, las condiciones de su aplicación y también que se prevea su devolución. «En este caso, lo mejor es que te entreguen un inventario en el que se detallan los muebles y el estado en el que se encuentran y que, por supuesto, se compruebe antes de firmar el contrato», detallan.