La Costa del Sol reclama actuaciones urgentes ante el preocupante panorama del verano

Los negocios turísticos no son fábricas que tengan el producto almacenado y que cuando abren sus instalaciones pueden empezar a facturar. Tampoco son industrias con maquinaria a la que darle a un botón y comenzar a producir. Por eso tras más de tres meses cerrados por la pandemia, los datos de la apertura de junio constatan precisamente que la reapertura de los hoteles o la eliminación de las restricciones en las fronteras, que permitieron la llegada de los primeros vuelos el pasado día 21 de junio, no ha supuesto la recuperación del turismo. Los apenas 38.000 viajeros que se alojaron en los pocos establecimientos que decidieron abrir en dicho periodo distan de los 618.794 turistas recalaron en los hoteles en junio de 2019, lo que supone que han perdido un 94% de clientes en el mes que daba paso a julio y agosto, meses en los que el sector se la juega para todo el año. Tras un julio en el que han irrumpido con fuerza las cancelaciones de última hora, ante la flexibilidad en la contratación y la ausencia de recargos por anulación, y las reservas no despegan al ritmo previsto, los empresarios reclaman «actuaciones urgentes». Ayer, en la antesala de agosto, mes por excelencia de las vacaciones, y con un ritmo lento en las ventas y la continuación de las cancelaciones, en la reunión del comité ejecutivo y la junta directiva de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA) se dejó claro que las previsiones no son más alentadoras. En esta cita se analizó, entre otros asuntos, el impacto que la crisis sanitaria del Covid-19 está teniendo sobre los distintos sectores económicos, especialmente en el caso del turismo, que es el motor económico de la Comunidad. La CEA advirtió de que «en plena campaña el sector muestra unos negativos datos de ocupación y unas expectativas poco favorables».

Y es que el turismo necesita para su recuperación mucho más que la apertura de hoteles y la llegada de aviones, precisa de un escenario de seguridad y confianza difícil de lograr con los continuos rebrotes y el miedo al contagio. Pero además, esta crisis ha dejado muy lastradas las economías domésticas. Un cóctel que ha provocado que el sector considere que el panorama actual, en plena temporada alta, es más que preocupante.

En este sentido, el presidente del consejo de Turismo de la CEA, Miguel Sánchez, aseguró que «el sector está ahora, casi que en el ecuador de la temporada alta, más preocupado que en el mes de mayo a la vista de cómo están las reservas en julio y en agosto». Sánchez, en su intervención en este encuentro, señaló que «los gobiernos no han valorado la importancia del turismo y por eso estamos como estamos», por lo que pidió al Gobierno central y a la Junta «actuaciones urgentes, de la mano público y privada». Es más, afirmó que «o se toman medidas ya o se llegará tarde». El presidente del Consejo de Turismo de la CEA recordó que el turismo facturó sólo los meses de enero y febrero, para vaciar el destino de turistas en marzo y comenzar a recibirlos de forma simbólica en junio. Julio se prevé cerrar con un 32% de ocupación y eso que hasta agosto no estarán abiertos más que el 65% de los establecimientos de la provincia, según los datos aportados por el presidente de la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa (Aehcos), Luis Callejón Suñé, que recalcó que para agosto la ocupación media llegará al 42%. Y para la recta final del año pronosticó que se producirá de nuevo un cierre mayoritario de hoteles, que llegará a triplicar la media habitual del 20% de estacionalidad.

Miguel Sánchez dijo que «hace mes y medio teníamos esperanzas de recuperar lo perdido, pero ahora hemos comprobado que no es así, salvo los viernes y sábado», para avanzar que en otoño se han cancelado todos los viajes de circuitos que realizan turistas de mercados lejanos, también se aplazan y cancelan los congresos. «Nos abocamos a un otoño con un problema más gordo que en mayo», declaró. Los que ya son oficiales son los datos del primer mes de actividad tras la pandemia, que fue junio.

Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) señala que las pernoctaciones se desplomaron un 96% rozando las 72.000 noches reservadas, cuando un año antes se rebasaban 2,1 millones en los establecimientos hoteleros de la provincia. De ellos, sólo 8.600 estancias fueron de turistas extranjeros, frente a los 1,6 millones de junio de 2019. Los escasos viajes provoca que las agencias de viajes anden sin rumbo y que el sector hostelero esté también más que tocado. De ahí que en mitad de temporada alta el clamor general del sector sea un SOS que va más allá de la reducción del IVA, ya descartada, y de la ampliación de los ERTE, cada vez más factible.