Claro que lo que ni Callejón ni los propios sindicatos esperaban es que el presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía le lanzara un 'tirón de orejas' al día siguiente a cuenta de ese gesto. A Javier González de Lara, conocido por su talante y su habilidad negociadora, no le cabe en la cabeza que alguien se levante de una mesa de negociación bajo ningún concepto, y así se lo hizo saber a Callejón en unas declaraciones públicas.
La indignación del presidente de Aehcos subió enteros a raíz de la regañina y le llevó a lo que muchos –incluso sus colegas– consideran un segundo error: demostrar su enfado en la siguiente reunión con los sindicatos, en la que él permaneció completamente callado y cedió la palabra al gerente de Aehcos, que comunicó a la mesa su decisión de dar marcha atrás en los pocos puntos del convenio que ya estaban pactados y volver a la plataforma inicial de la patronal. El propio Callejón justificaba así este cambio de postura: «Después del atropello que me hicieron, he quitado todo lo que personalmente había aportado a la mesa para poder ir avanzando. Viendo la inoperancia y la negativa a todos los puntos de los sindicatos, damos un paso para atrás y volvemos a lo que propusimos inicialmente».
De esta manera, Luis Callejón ha puesto en bandeja a los sindicatos los argumentos para desacreditarle como interlocutor. Y claro, éstos no los han desaprovechado. La secretaria provincial del Sindicato de Servicios de CCOO, Lola Villalba, le acusaba ayer de haber pagado su «berrinche» con un convenio del que están pendientes más de 80.000 trabajadores y cientos de empresarios de la provincia. «Lo que hizo el presidente de Aehcos en la reunión es una chiquillería, una niñería, que lo imposibilita para seguir negociando porque no nos podemos fiar de alguien que cuando acuerda algo, luego se desdice porque se enfada», afirmó. El responsable de hostelería de UGT en Andalucía, Sergio de Oses, acusaba a la patronal de «falta de palabra», por «cambiar en la última reunión aspectos que estaban ya acordados».
En definitiva, los sindicatos piden abiertamente un cambio de interlocutor en el bando de la patronal hotelera. Lo cierto es que la tensión que se ha generado no es el clima más propicio para avanzar en una negociación. De hecho, hay una reunión convocada el próximo martes que ambas partes ya dan por fracasada. Por cierto, ya puestos a repartir culpas, tampoco está muy bonito por parte de los sindicatos que ya hayan anunciado que el martes fijarán las fechas para la huelga, dando por hecho que no van a llegar a ningún avance en la cita con los empresarios.
De todos modos, no nos pongamos nerviosos: el 90% de las veces que se ha negociado el convenio de hostelería en la provincia ha habido convocatoria formal de huelga, pero sólo en una de esas ocasiones la amenaza se ha materializado. Fue hace cuarenta años. Algo habremos aprendido desde entonces.