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Málaga está de moda, pero aún no ha conseguido ser tendencia entre el turista de lujo. ¿Qué necesita la ciudad para atraer este viajero 'premium'?. Las aportaciones de expertos y profesionales que ya trabajan en el segmento de máximo nivel coinciden en que la ciudad ... está aún lejos de situarse en el icónico mapa de los destinos para estos visitantes muy exclusivos, pero tienen claro que «el éxito va a llegar», apunta Luis Marín, CEO de Wallace, consultora especializada en el universo del lujo y que trabaja con las firmas más selectas para avanzar en un recorrido que ya se ha iniciado. «Algo está ocurriendo ya en la ciudad. Comienza a crecer esta oferta y, con ello, la demanda», afirma, para apuntar algunos de los tangibles imprescindibles de los que Málaga carece. El primero de ellos es la presencia de cadenas internacionales de referencia del turismo de alto impacto como Four Season o Mandarin Oriental Hotels, entre otras. Seguidamente, señala la necesidad de contar con comercios de firmas asociadas al lujo o elementos de ocio básicos para estos turistas como un casino. Pero, además, hay que trabajar en otros intangibles que han empoderado en este segmento a ciudades como Mónaco o Barcelona y que están vinculadas a crear ese relato de una ciudad marcada por la elegancia y la armonía. Recalca que hay que crear ese glamur y hacer que irrumpa en este universo 'premium' en eventos como el Festival de Cine, al que considera que «aún le falta ese efecto 'wow'».
En este argumentario para situarse en el mapa del turismo de alto impacto, la ciudad ya incluye activos como la terminal de megayates, contar con dos restaurantes estrella Michelin, con la joyería Suárez, el sello único de Picasso y con una oferta de arte sobre la que pivota el gran reclamo cultural de Málaga. «Arte y lujo siempre van de la mano», recuerda Marín, que destaca la labor que está realizando el Ayuntamiento en esta estrategia para conseguir estar de moda entre el turista de mayor nivel .
Reto
¿Y a qué turista de lujo aspira Málaga?. La ciudad tiene claro que el objetivo es ese viajero de alta gama que además de gastar sin reparos, pero exigiendo un servicio acorde al desembolso realizado, busca vivir experiencias únicas, personalizadas y hasta extravagantes. Para hacerse una idea del punto en que se encuentra Málaga en este segmento hay que destacar que en España el turista de lujo gasta una media de mil euros al día en el destino, una cifra que se duplica en Francia y que tiene su exponente en Italia, con un nivel de viajeros de máximo poder adquisitivo que se dejan en sus vacaciones en dicho país 3.500 euros diarios. Frente a ello, el turista de mayor nivel que recala en la capital de la Costa del Sol está gastando unos 500 euros al día. «Hasta llegar al top italiano queda camino», afirma el concejal de Turismo, Jacobo Florido, que coincide en señalar como imprescindibles para andar el trayecto, disponer de una mayor oferta de hoteles cinco estrellas y de gran lujo de firmas reconocidas a nivel mundial: Ritz Carlton, Mandarin o Four Season; el desembarco de las marcas de 'retails' que son referencia entre estos viajeros, así como una oferta de ocio a la altura de unos visitantes que buscan experiencias únicas o darse caprichos excéntricos como contar con la Alcazaba o con uno de los grandes museos para una cena en exclusiva. «Las administraciones tenemos que avanzar en agilizar y en contemplar como factibles este tipo de peticiones. Tenemos que ser conscientes de que si queremos ese público hay que hacer este tipo de propuestas», declara. A ello añade la necesidad de disponer de un auditorio y de más actividad en teatros, a la que ya se suma una oferta de espectáculos más potentes como la del Soho. «Necesitamos instalaciones de Champions para poder jugar en la liga del lujo», afirma.
Imprescindibles
El reto que apunta es llegar a un turista que gaste un mínimo de mil euros al día y avanza que confía en que en un par de años Málaga tenga ya algunas de esas firmas señeras de hoteles y de 'retails', asegurando que «hay interés por el destino». Esta oferta atraerá e incentivará una demanda que además de generar un mayor impacto en la ciudad será clave para lograr el reto de contar con vuelos directos a Asia, Estados Unidos o Emiratos Árabes.
En esta línea, el director del cinco estrellas Only You, Pedro Echevarría, tiene claro que para crecer en turismo de lujo «Málaga necesita más hoteles de lujo y pasar a formar parte de la red de agencias más exclusivas como Virtuoso». Asegura que ya se nota la llegada de un turista de mayor nivel, pero aún lejos de lo considerado de alto impacto. Este establecimiento cuenta con ocho suites que comercializa actualmente en torno a los 800 euros, si bien el precio medio del conjunto de este cinco estrellas se sitúa en meses como septiembre o abril en torno a los 300 euros por noche. El perfil de los que optan por las suites son parejas de entre 40 y 50 años, procedentes de España, Reino Unido o Alemania, si bien constata un fuerte tirón del americano. «Es un cliente que permanece poco más de dos días, que es exigente y muy experimentado en el mundo de los viajes. Se nota un crecimiento constante, pero aún no al nivel de Marbella».
Mariola Valladares, directora del único cinco estrellas Gran Lujo de Málaga, el Gran Hotel Miramar, apunta que el «turista de lujo busca autenticidad y un destino con el que interactuar. Es un cliente exigente porque paga un precio alto y quiere recibir un servicio en consonancia». Reconoce que este segmento está en alza y que se nota en las ocupaciones de las tres suites reales del hotel, que cuentan con vistas privilegiadas del Mediterráneo; con 80 metros cuadrados; con un diseño elegante y moderno; un amplio vestidor y una gran terraza equipada con un exclusivo jacuzzi al aire libre.
Y si importante es contar con esta oferta hotelera como imán de estos ansiados viajeros de lujo, también lo es disponer de comercios que luzcan marcas como Louis Vuitton, Hermés, Bulgari o Loewe, por señalar algunas firmas imprescindibles para generar ese halo que se le exige a un destino de turismo de lujo. En la construcción del relato de esa Málaga con activos para el turismo de alta gama, los expertos señalan que la apertura de la joyería 'boutique' Suárez en calle Larios, es un paso más.
Precisamente, desde otra de las grandes referencias del lujo de este sector, la joyería Marcos aseguran que «se está en el camino de conquistar a ese viajero de alta gama», pero que queda mucho aún para llegar a esos clientes que piden el cierre del local para elegir algún capricho. Cuentan que sí han tenido público relevante que llevan su seguridad propia. «Llevamos 80 años en calle Larios y ofrecemos un servicio personalizado a unos clientes que pueden elegir entre las principales marcas del sector del lujo como Rolex, Tudor o Cartier. En los últimos ejercicios se nota el salto cualitativo».
Esta joyería como el restaurante con estrella Michelin José Carlos García coinciden en que la marina de megayates, con 31 amarres para yates entre 30 y 180 metros de eslora, ha aumentado este flujo de viajeros más que pudientes. Desde IGY Málaga Marina señalan que los propietarios de estas embarcaciones de ensueño «se decantan por turismo de alto lujo por Málaga y Andalucía, con excursiones organizadas, experiencias culturales y gastronómicas».
El chef José Carlos García echa en falta no sólo una oferta comercial de alta gama sino una mayor conciencia de lo que este viajero necesita. Pone como ejemplo la lucha que lleva desde hace doce años para que las administraciones permitan recoger en la puerta del local a clientes que tienen problemas de movilidad y que no entiende un no por respuesta cuando cuentan con chófer y asistente particular dispuestos a estar en el Muelle Uno en segundos. «Cómo le explicas a ese cliente que aunque circulen vehículos de la Policía Portuaria no se permite este tipo de servicios. Es incomprensible pensar en un turismo de lujo y no solventar cuestiones tan simples», afirma. Su experiencia con este viajero de alta gama le ha permitido atesorar anécdotas como el que exige el local en exclusiva, algo que no hace, hasta el que se encapricha de una botella de tequila de colección por la que pagó 1.500 euros o la de una señora que pidió una copa de champán Krug abonando la botella al completo, entre 800 y 900 euros, para degustar una sola consumición. «Son clientes muy informados y conocedores de todo el universo gastronómico del lujo. La clave es fidelizarlos».
En esta conquista del turismo de lujo, a las firmas hoteleras, de comercio o de restauración hay que añadir contar con una oferta residencial acorde al perfil de este cliente de alto impacto. Y en este frente, Málaga también da sus primeros pasos. Lo hace de la mano de la promotora Sierra Blanca, fundada en 1986 por Pedro Rodríguez, y líder de viviendas de lujo en Marbella. Sierra Blanca Estates Realty posee la cartera de inmuebles más premium en la Costa del Sol y ahora aspira a ser el icono del producto residencial de lujo de la capital con la torre de 21 plantas que levanta en los suelos de Torre del Río, junto a la playa la Misericordia. Las grandes fortunas de Centroeuropa ya han puesto los ojos en un proyecto que Pedro Rodríguez considera que «sin duda ayuda a proyectar una imagen más moderna y de pujanza de la ciudad, de que es una capital con presente y con futuro». Es contundente a la hora de afirmar que «Málaga tiene que recualificar su turismo y avanzar, más que en el volumen de turistas, en la calidad del visitante». Se muestra confiado en que para crear esa demanda hay que hacer cosas nuevas. «La gente no compra lo que no existe. Cuando hablamos de desarrollar la torre Sierra Blanca mucha gente mostraba dudas de que pudiera tener éxito un proyecto así», declara, para explicar que «un gran proyecto se convierte en un gran atractivo de la ciudad y contribuye a consolidar el prestigio de misma y a atraer inversores. Desde que llegamos a Marbella apostamos por lo mejor, por lo que no existía y todo ello ha contribuido a consolidar el prestigio actual del destino marbellí». Rodríguez, que reconoce que cuando se embarcan en un proyecto tiene que ser tan especial como para convertirse en un símbolo de la ciudad, insiste en que Málaga «tiene una gran potencialidad para ser un destino residencial de calidad extraordinario». A lo que también suma la iniciativa de Sierra Blanca de construir y gestionar en la capital malagueña el club de tenis con la marca de Rafa Nadal, el primero fuera de Baleares.
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