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Si la World Travel Market (WTM) de Londres ha sido siempre una cita clave para el turismo andaluz, en la próxima edición, que arrancará en Londres desde el próximo día 4 al 8 de noviembre, Andalucía se la juega en el mercado que da vida al turismo en la región. El sector turístico coincide en que esta WTM es la gran prueba de fuego en las puertas de un Brexit inevitable o, incluso, con el divorcio del Reino Unido de la Unión Europea ya en marcha. Todo dependerá de cómo evolucionen los planes de Boris Johnson, primer ministro de Inglaterra, que insiste en el abandono de la UE el 31 de octubre. A lo que suman los temores a que la quiebra del gigante de la touroperación Thomas Cook sea solo un primer aviso de lo que depara a esta industria ante la revolución que atraviesa tanto en la demanda como en la comercialización y que pueden poner en la cuerda floja a más de un grupo histórico.
Todo ello en un momento en que el escenario en el mercado británico está marcado por la incertidumbre, un mal compañero de viaje para el que es el principal emisor internacional para Andalucía, a gran distancia del segundo, que es Alemania. Los datos hablan por sí solos de la dependencia del turismo andaluz del Reino Unido y dejan claras las consecuencias que puede tener en esta industria un mínimo tropiezo. Desde la Consejería de Turismo de la Junta elevan a 3,3 millones los turistas británicos que llegaron a los aeropuertos de la región el pasado año, lo que supone cerca de la cuarta parte (23,7%) de los viajeros internacionales y el 9,4% del global de turistas recibidos en la Comunidad, en la que la estadística muestra una leve recesión, con una tasa de variación del 0,2%, tras siete años de crecimiento constante. Una tendencia que caló más en la Costa del Sol, con un descenso del 3,8%, dado que el destino malagueño concentra el 84% de las llegadas de británicos a Andalucía. Y es que para el aeropuerto de la Costa del Sol estos viajeros son el corazón que mantiene al Reino Unido como el principal mercado del aeropuerto de Málaga, acaparando este verano 59 de las 235 rutas totales, lo que refuerza su liderazgo como el país más conectado con la infraestructura malagueña.
La Costa del Sol es también el refugio preferido para los británicos que eligen Andalucía, concentrando los establecimientos malagueños el 76% de las reservas que realizan en la región. Del Reino Unido dependen casi siete millones de estancias hoteleras en la Costa, el 9% del conjunto de España. De ahí que, tras la quiebra de Thomas Cook, la Confederación Española de Hoteles (CEHAT) manifestó su aprecio a los turistas británicos, que consideraron piedra angular del turismo español, e instó a «poner en marcha de manera urgente, una campaña de comunicación en el Reino Unido en el que quede claramente de manifiesto el agradecimiento del turismo español a los visitantes británicos y el deseo de que sigan apostando y confiando en España para sus vacaciones». En este sentido, quieren dejar claro que «los destinos turísticos, nuestras playas, nuestros hoteles y restaurantes, nuestra gente, nuestros miles de puestos de trabajo no son responsables ni culpables de la discutida gestión de los últimos años de una gran empresa, por lo que es muy doloroso ver la imagen de turistas británicos en los aeropuertos, ampliados por muchos medios de comunicación que hablan con grandilocuencia de la mayor repatriación desde la segunda Guerra Mundial, intentando dar la impresión que parecen que huyen de nuestro país, como si aquí hubiera habido un cataclismo». Una imagen que también afecta a Andalucía y a la Costa del Sol, aunque en estas zonas el impacto de la caída de Thomas Cook haya sido menor.
La verdadera espada de Damocles que pende sobre el turismo andaluz es la repercusión de la salida del Reino Unido de la Unión Europea, en la que más allá de los nuevos trámites que precisarán los turistas para viajar a España, el principal escollo está en la situación en la que quedará la negociación sobre el espacio aéreo, porque de ello dependerá muy mucho la actividad de aerolíneas británicas que están en el podio del ranking de pasajeros del aeropuerto de Málaga. Es el caso de la compañía de bajo coste inglesa Easyjet, que el pasado año movió en la Costa casi 2,2 millones de pasajeros, siendo la segunda de un ranking que lidera la irlandesa Ryanair. En esta nube de incertidumbre sobre si llegarán a ser consideradas compañías de terceros países, con las limitaciones que ello supone en sus operaciones, están también las españolas Iberia y su filial Vueling, al pertenecer al grupo IAG, resultado de la fusión de Iberia y British Airways. Estas compañías consideradas británicas movieron el pasado año en el aeropuerto malagueño más de 4,6 millones de viajeros, a los que hay que sumar los 893.468 que transportó el operador Jet2.com. La cifra supone más de la cuarta parte del total de pasajeros registrados en el aeropuerto de Málaga en 2019.
Sobre este delicado asunto y cumpliendo lo establecido por la UE, Iberia está en proceso de adaptar su accionariado a la normativa europea para dejar de ser considerada británica. Y es que la UE ha insistido en que ante un Brexit duro será estricta con las aerolíneas bajo control inglés, que no podrán volar como ahora en el espacio de los estados miembros. El último plazo para este reajuste, con el que demostrar que más del 50% de sus acciones están en manos comunitarias y no de Reino Unido considerado tercer país, vence el 24 de octubre de 2020. Será un requisito indispensable para poder operar vuelos entre dos ciudades de la UE.
Conscientes de la importancia de esta edición de la WTM, la Costa del Sol repetirá por segundo año su presencia con un expositor propio además del espacio con el que cuenta en el de Andalucía. Una iniciativa del Foro de Turismo que insiste en contar en este evento con el mayor respaldo institucional en un momento que coincide con la campaña electoral en España y en que hay más en juego que nunca en un mercado del que repiten que cuando «el Reino Unido estornuda la Costa del Sol se resfría».
El primer examen a superar será la WTM que marcará las reglas de juego y a la que la Costa, centro neurálgico del turismo británico en Andalucía, llegará con una tendencia positiva a consolidar porque los datos muestran que este año se ha truncado el saldo negativo del pasado ejercicio, con un crecimiento del 3,3% en la llegada de pasajeros a Málaga hasta junio. A lo que se suma la previsión de que las aerolíneas ofertarán entre agosto y el próximo mes de enero un 4,6% más de plazas para conectar la Costa del Sol con el Reino Unido. Una evolución sobre la que pesan las incertidumbres del mercado y para las que desde la Junta han advertido que trabajan en ellas cara al Plan de Acción 2020, que está en fase de elaboración, y en el programa de medidas contra el Brexit, que contempla un refuerzo de la promoción. La WTM será el termómetro que mida la gravedad del impacto del divorcio del Reino Unido en el turismo andaluz. Una cita decisiva.
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