Turistas se evaden del calor en las playas malagueñas. SUR

El calor ya expulsa turistas nacionales de la Costa del Sol y estos destinos le comen la tostada

Hasta septiembre la caída de pernoctaciones de viajeros españoles en la provincia ha sido del 9,5%, mientras la zona septentrional del país registra subidas insólitas

Pilar Martínez

Málaga

Jueves, 26 de octubre 2023, 00:22

Caravanas en autovías como la conocida Minera en Asturias o en los accesos a Gijón, con hoteles llenos en pequeños pueblos y grandes ciudades del norte del país, y eso que los precios también estaban disparados, y con playas con ocupaciones al más puro estilo ... del litoral andaluz, son elementos que indican que son muchos los españoles que esta temporada alta han cambiado el sur por el norte huyendo de las olas de calor, y eso que la Costa del Sol es un oasis en comparación con sus vecinos de Sevilla, Córdoba y Granada. La Alianza para la Excelencia Turística (Exceltur) así lo recoge tras constatar un crecimiento nunca visto en la zona septentrional del país tanto de turistas nacionales como de fuera de España, que se han beneficiado de ese cambio climático que ha dulcificado el clima de esta zona. Este impulso de la cornisa del norte coincide con que los turistas españoles han dejado de ser el salvavidas de la temporada para los hoteles de la Costa del Sol, que pese a ello ven mejorar sus indicadores por la fortaleza de los mercados internacionales que compensan el goteo constante de caídas de noches reservadas por viajeros nacionales.

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Los datos encienden la alerta sobre el enfriamiento de la demanda de españoles respecto al pasado año, precisamente en los meses más importantes para este sector, en los del verano. Las cifras hablan por sí solas y los expertos barajan como causas principales el fuerte aumento de los precios en un contexto de incertidumbre económica en el país, con incrementos de hasta un 30% respecto a lo que costaba una habitación en el mejor año de la historia de la Costa del Sol que fue 2019, y el tirón de los destinos del norte como refugio a las continuas olas de calor. Un cambio climático que, advierten, no sólo deja su huella en la sequía o los temporales sino que comienza a propiciar una redistribución del turismo español. Factores a los que suman también que ha comenzado a diluirse el 'boom' de viajeros nacionales sin precedentes que experimentó este destino tras la pandemia y durante el periodo en el que los mercados internacionales tenían importantes restricciones.

Los últimos datos señalan que los hoteles de la Costa del Sol han perdido un 9,5% de estancias de turistas españoles en los nueve primeros meses del año respecto al mismo periodo del pasado ejercicio, lo que se traduce en casi medio millón menos de noches reservadas por estos viajeros que han sido el salvavidas del destino en los años de la crisis sanitaria. La caída ha provocado que se llegue a septiembre sin conseguir alcanzar la barrera de los cinco millones de pernoctaciones que en 2022 sí lograron los 5,2 millones. El enfriamiento de la demanda nacional se constata en que entre enero y septiembre han llegado a los hoteles de la provincia 101.987 turistas menos, es decir, un 5,1% menos que el año pasado, según los datos del informe de Coyuntura Hotelera que cada mes publica Turismo Costa del Sol en base a los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

El descenso de la demanda nacional se ha agravado en los meses de verano, coincidiendo con el periodo en el que las tarifas son más altas. En junio ya se produjo un descenso del 11,3% en las estancias de estos viajeros en relación al mismo periodo de un año antes. En julio se contabilizó un 12,2% menos de pernoctaciones que en 2022. Sólo en este mes, los hoteles perdieron 116.758 estancias de estos viajeros. En agosto se agudizó la caída y se situó en un 11,2% respecto al mismo periodo de 2022, lo que supone que los establecimientos registran 118.337 menos noches reservadas por los turistas nacionales. Todo ello en un momento en que los visitantes pagaron una media de 180 euros por dormir en un hotel de la provincia, lo que supone un 5% más que en 2022 y un 30% más que antes de la pandemia. Y en septiembre se repite la secuencia con un descenso que ha provocado que las noches reservadas por estos viajeros haya caído un 10,7% respecto al mismo periodo del pasado año. Una bajada que ha sido compensada con un aumento de casi el 14% de pernoctaciones por parte de turistas internacionales.

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Expertos vuelven a apuntar a las altas tarifas de los hoteles en un contexto de una inflación al alza, con el encarecimiento constante de las hipotecas y con continuos repuntes del precio de la luz o del combustible. Factores que hacen que más de una familia piense en recortar sus salidas o, simplemente, en dejar de ir de vacaciones teniendo en cuenta que el precio medio por habitación el pasado septiembre en la provincia de Málaga ha sido de 137,24 euros, un 29% más de lo que pagaron los turistas en septiembre de 2019. Y una tarifa que dista de los 116 y 115 euros de media española y nacional.

Los mejores registros, en el norte

Pero además, la Alianza para la Excelencia Turística (Exceltur) introduce un nuevo elemento en su último barómetro y apunta que la bonanza turística del verano de 2023 se extiende por el conjunto de destinos turísticos españoles, pero que «el balance es especialmente positivo en las comunidades del norte menos expuestas a las olas de calor». Una circunstancia que, señalan, ha provocado un crecimiento del 27% en el País Vasco y Galicia, del 26% en Asturias o del 15% en Cantabria. Pero, además, añaden que también se ha constatado un notable crecimiento de la afluencia extranjera hacia los destinos del norte, principalmente Asturias, con un incremento del 31,2% y en el País Vasco, con una subida del 28,6%, que «lideran en porcentaje los crecimientos de la afluencia extranjera a España en el acumulado de julio a agosto en relación a 2019».

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493.911 estancias de turistas españoles que han perdido los hoteles de la Costa entre enero y septiembre

El informe de Exceltur señala también que el fuerte aumento de los ingresos turísticos de 2023 se ha registrado en las zonas con propuestas de mayor valor añadido y situadas en la costa y constata que, aunque Ibiza y Formentera lideran los niveles de ingresos por habitación entre los destinos vacacionales de la costa, con 183,3 euros de media en julio y agosto de 2023, con un aumento del 34,9% respecto a 2019, es San Sebastián la que, con 191,0 euros, se sitúa en primer lugar de las ciudades españolas, habiendo crecido un 19,9% en un contexto de aumento de su capacidad alojativa. Asimismo, destaca el fuerte impulso registrado en Oviedo, que ha provocado que sea la ciudad costera en la que más crece la rentabilidad hotelera en España, con un incremento del 40% como consecuencia del impulso que ha mostrado toda la cornisa del norte del país como consecuencia, en gran parte, de la gran demanda de españoles que buscaban refugio ante las altas temperaturas que se han registrado en el sur y en el centro de la Península. Sin olvidar que la capital de la Costa del Sol se coloca tras Oviedo en aumento de los ingresos medios por habitación de hotel.

Enrique Salvo Tierra, botánico dedicado al estudio de la incidencia del Cambio Climático y profesor de la Universidad de Málaga, confirma esta tendencia de buscar refugios térmicos y avanza que el litoral mediterráneo andaluz se presenta como una zona altamente vulnerable a futuras alteraciones en el clima y reconoce que es el primer verano en el que han constatado los efectos negativos más determinantes de las consecuencias de la crisis climática como son «el aumento en la duración de las olas de calor con temperaturas medias diarias superiores a 30 grados; el incremento del número de días con noches tropicales con temperaturas mínimas superiores a 25 grados, y la disminución de los días de lluvias abundando las precipitaciones torrenciales». Además, pone en valor que la otra cara de la moneda es el impacto positivo de la prolongación de la temporada cálida hacia la primavera y el otoño, que contribuirá a alargar las temporadas y a romper con la estacionalidad. «El 2023 marca un antes y un después», sentencia.

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Inversiones en el norte

Sobre esta nueva redistribución del turismo español, Enrique Navarro, director de la sede de Málaga del Instituto Andaluz de Investigación e Innovación en Turismo, en el que se han unido las universidades de Málaga, Granada y Sevilla, asegura que «no tenemos tan claro que el turista de Madrid de sol y playa se esté derivando hacia las playas del norte en términos absolutos, aunque porcentualmente sí. El cambio climático afecta, pero no hasta hacer una redistribución tan grande». Sin embargo, advierte de un nuevo fenómeno que si se consolida sí puede ser un elemento estructural importante. Se trata de un aumento de ventas de casas en toda la cornisa del norte por parte de residentes españoles. «Si antes ese turista compraba en el sur ahora compran allí y eso sí puede tener un efecto más de contagio. Si se consolida la venta de viviendas a un turismo residencial nacional sí podía ser un elemento estructural destacado a futuro porque puede tener un efecto llamada para otros», declara.

Manuel Lara, responsable para España y Portugal de la norteamericana Simpleview, líder en tecnología para destinos turísticos, considera que «las altas temperaturas están afectando a la percepción y a la experiencia, bajando la satisfacción, aunque hasta ahora no se está notando claramente en la demanda en España». Sin embargo, apunta que los destinos del Reino Unido, sobre todo en la costa sur, esperan que el número de visitantes empiece a aumentar debido al cambio climático por la llegada de europeos que buscan temperaturas más suaves y de los propios británicos que se quedarán en el país. Aunque remarca que se trata de una opinión derivada de lo que ha sucedido durante esta temporada alta en base a cuotas de búsquedas en internet, adelanta que esta misma situación se podría aplicar probablemente a Noruega: «es decir, la gente podría ir de vacaciones a los centros turísticos más cálidos del sur del país».

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Desde la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos) el vicepresidente, Javier Hernández, pone el foco en la fuerte subida de la inflación y en el aumento de salidas al extranjero, si bien reconoce que «las olas de calor pueden haber influido, pero no es un factor determinante. Más bien es que se vuelve a los parámetros en el mercado nacional de antes de la pandemia». Eso sí, advierte de la «necesidad de no acomodarse porque el turista español es muy importante».

«Es el momento de planificar las ciudades para atemperar las olas de calor»

La Costa del Sol ha sido el oasis de Andalucía en cuanto a registrar una temperaturas llevaderas en el día y una noches frescas en el verano, pero eso está cambiando. Enrique Salvo Tierra, botánico dedicado al estudio de la incidencia del Cambio Climático y profesor de la Universidad de Málaga, advierte de que la provincia lleva seis meses de verano, desde marzo, y con unas temperaturas que no han bajado de los 25 grados. «Los hitos meteorológicos alcanzados ponen de manifiesto que la situación no es la más óptima y hace que la experiencia del viajero en la Costa se vea afectada», asegura para advertir con contundencia que es el momento oportuno de comenzar a actuar. «Tenemos la necesidad de empezar a planificar las ciudades para atemperar estas situaciones extremas de calor, a lo que se añaden las propias islas de calor humano que hay en las capitales como Málaga o en grandes municipios turísticos», declara, para insistir en que «vemos que no va a ir a mejor, sino que las olas de calor van a ir a intensificarse y esa fuga de viajeros no será sólo hacia el norte de España sino también hacia el norte de Europa. «Se aprecia claramente que en los meses de verano, de junio a agosto, se buscan refugios climáticos con condiciones meteorológicas en línea al que se considera el óptimo ecológico humano, que responde a temperaturas medias entre 20 a 25 grados y un 40% de humedad. «Este es el clima ideal que nos ha caracterizado durante tanto tiempo y que ha sido el gran reclamo de turismo», afirma. Y para seguir siéndolo, propone comenzar a actuar y a adoptar medidas como las de contar con un arbolado apropiado, recuperar parte del urbanismo tradicional andaluz, con calles más estrechas, y remedios básicos como son las fachadas vegetales o las cubiertas de los edificios blancas. «Hay que conseguir de forma rápida una adaptación y recrear desarrollos urbanísticos pensando en este cambio climático. Estamos en el momento oportuno para empezar a corregir lo que hemos hecho mal y empezar a realizar lo que se debe hacer», detalla. Por su parte, el decano de la Facultad de Turismo de la Universidad de Málaga, Antonio Guevara, avanza que ya hay planes de turismo en los que se recogen algunos medidas ante los impactos que puede tener en la provincia el cambio climático, como es el caso del que se elabora en Mijas y en el que se introducen algunos elementos como el de los temporales en las playas. El camino para ser sostenibles pasa por hacer un turismo sostenible.

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