El aeropuerto de Málaga corre el riesgo de colapso si no se cambia el actual plan de crecimiento

La hoja de ruta del Gobierno para esta infraestructura hasta el 2026 ha quedado desfasada ante una recuperación más rápida de la prevista

Pilar Martínez

Málaga

Miércoles, 14 de agosto 2024, 00:16

El aeropuerto de Málaga es el corazón del turismo. Es la infraestructura que bombea viajeros a la provincia. De forma que cualquier aumento de pasajeros supone un incremento del negocio turístico, que es la principal industria de la Costa del Sol. Así que no hay ... mejor aliciente que cuando mes tras mes la palabra récord ha acompañado a las cifras de cierre de cada periodo. Y más cuando de enero a julio se han sumado más de 14,1 millones de pasajeros, una cifra que supone haber ganado 1,6 millones de viajeros respecto al pasado año. Sin embargo, este ritmo de crecimiento, del 13,2% en lo que va de año, superior a la media nacional y al que registran las tres grandes infraestructuras que preceden a la de Málaga, comienza a encender una alerta en el sector: el aeropuerto corre el riesgo de colapso si no se modifica el actual plan de crecimiento. Y aquí está la madre del cordero porque esta instalación aeroportuaria no puede crecer de forma infinita y porque las actuaciones a realizar se recogen en un documento que se aprueba en Consejo de Ministros y que tiene una periodicidad de cinco años. Es decir, que la hoja de ruta en estos momentos está establecida desde 2022 hasta el próximo 2026 y en ella los datos que se apuntan sobre la evolución que se pronosticó se quedaron ya desfasados el pasado año. Para este ejercicio se quedarán atrás en cuestión de un mes. Y por el momento no hay más referencia sobre las necesidades de esta infraestructura que las recogidas en el Documento de Regulación Aeroportuaria (DORA) 2022-2026, aprobado el 28 de septiembre de 2021.

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En el mismo se fijan las condiciones que deberán cumplir los aeropuertos de la red de Aena durante dicho periodo y establece las condiciones que obligan al operador aeroportuario a ofrecer un servicio de calidad y con la capacidad suficiente para atender a la demanda durante el periodo regulatorio quinquenal. Además de ofrecer la predictibilidad necesaria para desarrollar un servicio eficiente, competitivo y sostenible en el largo plazo. Es más, recuerda que es la Ley 18/2014 la que establece que el Documento de Regulación Aeroportuaria es el instrumento que debe determinar las condiciones de regulación quinquenal del conjunto de la red de aeropuertos de Aena. Así, el conocido como DORA II, por ser el segundo documento que se aprueba dentro del marco de regulación aeroportuaria español, define las condiciones regulatorias dentro del que se desarrollará la operación de los 45 aeropuertos de la red de Aena hasta 2026.

Pues bien, en el caso del aeropuerto de Málaga, el DORA II vigente establece que las instalaciones están preparadas para atender un máximo de 30 millones de pasajeros y capacidad para dar servicio a 9.500 viajeros a la hora. 2023 ya terminó con más de 22,3 millones de viajeros y 161.684 vuelos, es decir, un 21% más que en 2022. De mantener el ritmo de crecimiento actual este 2024 se pueden superar los 25 millones y los expertos apuntan que con un crecimiento del 10%, inferior al actual, en 2026 se rozará el tope de capacidad de 30 millones.

El problema es que el Documento de Regulación Aeroportuaria actual contempla que esta infraestructura cerrará 2026 con 20,7 millones de pasajeros y 150.810 operaciones, cifras ya rebasadas en 2023, y que para este ejercicio 2024 se moverán un total de 16,6 millones, cuando en siete meses ya se han superado los 14,1 millones.

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La causa de este fuerte desajuste parte de que este documento se aprobó tras la pandemia y considerando un escenario con una recuperación más moderada de lo que finalmente ha sido un repunte del 23,7% de los pasajeros y de un 18% en las operaciones en 2023 respecto a 2019. Una reactivación impensable, pero que lejos de ser coyuntural se consolida y comienza a generar preocupación en la industria turística de la Costa del Sol. En el mismo DORA II se explica que «para la predicción de operaciones en el periodo 2022-2026 se ha partido de las previsiones para España de la Agencia Europea para la Seguridad de la Navegación Aérea (Eurocontrol), teniendo en cuenta su escenario 2 de recuperación. Para la predicción de los pasajeros, se ha llevado a cabo un análisis de las previsiones de la propuesta de Aena».

El DORAII contempla que este aeropuerto registre 20,7 millones de pasajeros en 2026, cuando cerró 2023 con 22,3 millones

Y lo peor es que las inversiones que se contemplan realizar en el aeropuerto están en base a esta predicción de la evolución de pasajeros. Es decir, en línea a que en 2026 se muevan 20,7 millones de viajeros cuando en 2023 ya se registraron 22,3 millones. A lo que el sector añade que, además de urgir que se actualicen estas partidas en consonancia a los datos de tráfico aéreo actual, es importante pensar que las actuaciones a realizar para aumentar la capacidad del aeropuerto precisan de varios años por tratarse de procesos muy largos. Basta recordar que el Plan Málaga, que dio forma a las terminales actuales y también a la segunda pista, se empezó a fraguar en 2004, y culminó entre 2010, con la inauguración de la T3, y 2012, con la ampliación del campo de vuelos.

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Esperar a 2027

Desde el aeropuerto siempre se advierte de que es el DORAII la hoja de ruta por la que se rige esta infraestructura y se insiste en que «el aeropuerto de Málaga nunca será un freno al desarrollo de la Costa del Sol», según manifestaba el director de l aeropuerto, Pedro Bendala, en la última entrevista a SUR en la que envió un mensaje de tranquilidad avanzando que «en estas instalaciones se trabaja a distintas velocidades, desde el día a día, a en invierno estar preparando el verano, y en este quinquenio del actual DoraII reflexionamos y planificamos propuestas para que cuando se diseñe el nuevo documento se tomen las medidas que sean necesarias». Entre ellas, SUR dio a conocer hace unos meses que Aena había encargado ya un estudio funcional para la ampliación de la terminal T3, de la que resultó adjudicataria la firma malagueña Aertec, especializada en aeronáutica y tecnología aeroespacial.

Sin embargo para cualquier actuación de ampliación habrá que esperar a 2027 en que se aprobará un nuevo DORA, salvo que, tal y como establece el actual, se produzcan situaciones excepcionales que podrían dar lugar a una revisión de cualquiera de sus elementos. Para ello, la condición fundamental es que se produzca un incremento anual del tráfico de pasajeros en el conjunto de la red que supere en 10 puntos al crecimiento previsto en dicha hoja de ruta. Eso sí, matiza que siempre que las previsiones de tráfico de pasajeros para los siguientes años muestren una consolidación.

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Sin embargo, y mientras tanto no se considere esa excepcionalidad, el Gobierno contempla 88 millones de euros en inversiones en el aeropuerto de Málaga desde el pasado 2022 hasta 2026. La mayor partida, de 34 millones, es para la mejora de la seguridad de las personas y de las instalaciones, seguida de 21,5 millones para apoyo y reposición de la infraestructura. Cifras, que desde el sector, consideran muy lejos de la inversión que requiere el aeropuerto a este ritmo de crecimiento en pasajeros y operaciones y con un límite de capacidad que cada vez se ve más cercano.

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