El grupo de Catar se queda solo en el concurso para construir el hotel de lujo del puerto de Málaga

El consejo de administración de la Autoridad Portuaria del próximo lunes tiene previsto dar un paso de gigante en el concurso abierto para designar qué empresa se hará cargo de la construcción y explotación de un hotel-rascacielos de cinco estrellas Gran Lujo en el Dique de Levante. Finalmente, todo apunta a que la oferta de un fondo de inversión de Catar se quedará sola en la carrera por hacerse con la concesión, tras ser descalificada la segunda propuesta que se presentó, la del consorcio Light Tower Puerto de Málaga, encabezado por el arquitecto madrileño Antonio Moneo, con el respaldo financiero de capital procedente de Singapur.

Así lo confirmaron ayer a SUR varias fuentes conocedoras del proceso, quienes aclararon no obstante que ello no supondrá que la entidad catarí obtenga directamente los derechos de explotación, sino que éstos tendrán que estar sujetos a que la oferta cumpla con todos los requisitos técnicos y económicos; así como al hecho de que el marco legal y administrativo finalmente dé vía libre a este uso urbano en el Morro.

Las fuentes no quisieron precisar qué aspectos del pliego de condiciones económicas y empresariales se han incumplido expresamente, aunque en círculos administrativos y empresariales se especula desde hace meses con cuestiones tales como el bajo capital social de la empresa.

Llegar hasta este punto no ha sido fácil, y el mar de fondo en la Autoridad Portuaria se ha acrecentado sobre todo en este último mes, con un permanente cruce de reuniones entre Málaga, los responsables de Puertos del Estado en Madrid y los letrados de la Abogacía del Estado, para que la resolución tuviera todas las garantías jurídicas. Como telón permanente, el intento de evitar a toda costa lo ocurrido en el caso Chelverton (la empresa que fue adjudicataria en un principio de los usos comerciales del muelle uno), y el riesgo de que una demanda judicial pudiera dar al traste con toda la operación.

La oferta que quedará viva será la de Andalusian Hospitality II S.L., con sede social en Marbella (filial del fondo catarí). En este caso, la concesión estará sujeta a la resolución que se aprobará el lunes, con tres condiciones previas: que la Gerencia de Urbanismo apruebe la modificación del Plan Especial del Puerto para permitir este uso; que el Deup (el plan de usos de los muelles) esté aprobado; y que el Consejo de Ministros autorice el hotel. En todo caso, fuentes expertas indicaron que ya podría obtener una concesión provisional, condicionada a todas esas premisas. También se podría dar a conocer el diseño arquitectónico del rascacielos de 135 metros obra de José Seguí y los usos complementarios previstos.

Un año de trámites

Ha trascurrido justo un año desde que el 18 de junio de 2015 el fondo de Catar, tras reunirse con el presidente del Puerto, Paulino Plata, y con el alcalde, Francisco de la Torre, solicitó el otorgamiento de la concesión para la ocupación del dominio público portuario, con una superficie de 17.248 metros cuadrados en el Morro de Levante, con destino a la construcción y explotación de un Hotel y un complejo de usos complementarios comerciales y de ocio. Para ello, depositó un aval de dos millones de euros. La Autoridad Portuaria acordó el 23 de noviembre de 2015 el inicio de un trámite de competencia de proyectos, al que se presentaron las dos ofertas mencionadas.

El proyecto contempla la construcción de un hotel de cinco estrellas Gran Lujo, con unas 350 suites de entre uno y tres dormitorios, salón y vistas al mar en todas sus estancias (incluido el baño). Los 135 metros de altura estarían repartidos en 33 plantas. La inversión ascendería a 105 millones. La oferta complementaria contempla dos propuestas clave: un casino y un gran centro de congresos, convenciones y conferencias, con un auditorio que tendría capacidad para unos 600 espectadores, lo que lo convertiría en el mayor recinto privado de este tipo en la capital.

El diseño de Seguí incluye otros elementos característicos, como un aparcamiento subterráneo con más de 400 plazas; la mayor piscina infinity (sin bordillos)que habría en la ciudad; y al menos dos grandes restaurantes: uno para dar servicio a los clientes del hotel, situado en el basamento. Y otro, abierto al público, en la cubierta de la torre.