El trabajo de fin de máster que sedujo a PlayStation

Álvaro Roldán y Rafael Rodríguez son dos desarrolladores malagueños que se asomaron al mundo de la creación de videojuegos y la programación de forma autodidacta. Coincidieron en el Máster de Creación y Desarrollo con Unity (uno de los motores más empleados en el mercado), en la EVAD, tal y como explican a SUR meses después del lanzamiento. El primer esbozo de Ion Driver se convirtió en su proyecto de final de máster: «Los profesores nos dijeron que le veían futuro», explica Álvaro.

Con el aliento de los docentes fundaron Moon Whale Studio y se presentaron al programa PlayStation Talents, un ciclo que ofrece soporte a jóvenes creadores independientes de todo el mundo -en la EVAD se encuentra el único centro asociado de Andalucía-, para impulsar el talento joven al corazón del sector.

Muchos proyectos entran a PlayStation Talents, pero pocos terminan cerrados, editados y distribuidos en la tienda oficial. «Algunos se quedan por el camino, ya sea porque los de Sony los echen para atrás o porque se acaben los recursos», apunta Rafael. Pasaron dos años y medio dentro del programa de talentos hasta que, gracias a un equipo multidisciplinar, Ion Driver llegó a la meta y coronó la ansiada PlayStation Store. «Estamos muy orgulloso de haberlo conseguido», resumen.

El resultado de este periplo se traduce en que en la tienda oficial de PlayStation (única forma de adquirir títulos para las consolas de Sony, además del formato físico), basta con teclear Ion Driver para que aparezca la opción de 'añadir al carrito'. Una seductora definición trata de atraer al jugador: «En este peligroso evento, nuestros competidores ponen sus vidas en juego a velocidades que desafían todas las leyes de la física. Doce corredores, un ganador, sin potenciadores locos, solo pura habilidad de conducción».

El lema de los desarrolladores para concebir este título, explican, ha sido «alto octanaje», una idea con la que buscan volver a los clásicos de las carreras arcade, como Wipeout. «Vimos que había poca competencia en este tipo de videojuegos en la actualidad, aunque los pocos que hay son muy buenos y es difícil competir contra ellos», apunta Álvaro. «Decidimos meterle caña porque vimos un hueco en el mercado», remarca Rafael.

El proceso de trabajo -pandemia mediante- fue largo, tedioso y, sobre todo, difícil de mantener a lo largo del tiempo por la necesidad de aportar recursos propios, ya que PlayStation Talents ofrece los medios y el espacio, pero el resto (economía inclusive) debe ser aportado por los equipos de desarrollo. «Ver que el juego ha salido, que se está vendiendo, es como quitarse un peso de encima, porque podría haberse quedado en el camino», sostienen, remarcando el orgullo de ver sus nombres en la consola.

Ion Driver está vendiendo considerablemente bien, sobre todo teniendo en cuenta que se trata de un juego independiente. «En YouTube, hay vídeos y tutoriales sobre cómo pasárselo y tienen más de 10.000 visitas, hay cierto movimiento», comentan, tímidos, los desarrolladores. En unas semanas recibirán el primer balance bimensual de ventas.

Actualmente, los dos líderes de Ion Driver continúan formándose y cursan el máster de Unreal Engine, otro de los motores más empleados para crear videojuegos. Además, Rafael imparte como docente una asignatura en la EVAD, por lo que a corto plazo el éxito de Ion Driver ha servido para amarrar sus carreras en el sector. Sin embargo, los dos son conscientes de que su hazaña tendrá más significado aún en el futuro, cuando la firma oficial de la mercadotecnia de Sony haga brillar su currículum.