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La industria del videojuego, que durante años ha reclamado mayor atención por parte de las administraciones públicas, comienza a generar el interés que le corresponde por su volumen de negocio. Así quedó de manifiesto durante la reciente visita del consejero andaluz de Economía ... y Conocimiento, Antonio Ramírez de Arellano, a la Escuela Superior de Videojuegos y Arte Digital (EVAD) y la empresa de videojuegos Kaiju, en Málaga. Ramírez de Arellano destacó el «enorme potencial» de crecimiento que tiene esta industria en Andalucía, así como la alternativa laboral que supone para los jóvenes de la comunidad. «La mitad del sector está en Madrid y Cataluña y después en Valencia y Andalucía; estamos ante un potencial de crecimiento enorme y además conectando con la creatividad y la imagen, algo que a los andaluces se nos da muy bien», explica el consejero.
Ramírez de Arellano incide en que las enseñanzas tienen que ser «más transversales» y recuerda que en el sector de los videojuegos participan profesionales de muy diversos sectores, «desde los que dibujan hasta los comercializadores pasando por los que trasladan esos dibujos a soporte digital, los desarrolladores de sofware y hardware o los que trabajan en redes». Se trata, por tanto, de un sector que requiere «muchos perfiles laborales» y que además «genera muchos millones de euros de negocio» a nivel global: «Es una industria muy internacionalizada, donde no hay fronteras y los desarrolladores se plantean competir globalmente».
Por su experiencia al frente de la EVAD, Javier Ramos vaticina que «ahora los jóvenes están todo el rato programando y desarrollando, tienen pasión por jugar y desarrollar y cuando tengan 18 años serán máquinas preparadas para el entorno laboral nacional e internacional». En cuanto a los planes de formación, anuncia que la escuela aboga por «seguir creciendo» y propone «otra vía de formación necesaria», en colaboración con la Junta, para ser «punta de lanza». En concreto, insiste en la necesidad de «crear otro campo formativo dentro de la formación reglada de videojuegos» a través de FP y grado superior: «Es un sector que hay que trabajar y estudiar, porque la escuela es complementaria a otras formaciones y ofrece prácticas en empresas y trabajo real en empresas de videojuegos». Cuestionado sobre el uso de los videojuegos, Ramos sostiene que los padres «tienen que tener conocimiento de lo que tocan los hijos», reiterando que hay que respetar los controles de edades que aparecen en los videojuegos. El sector del videojuego malagueño se posiciona en alza gracias a iniciativas como el primer Gamer Camp celebrado en 2017 y participando en la organización del festival de videojuegos de Málaga, Gamepolis, un evento que reúne a más de 40.000 visitantes. La Escuela de Videojuegos y Arte Digital de Kaiju imparte formación en videojuegos y programación. La compañía, con 12 años de vida, es una de las pioneras en materia de videojuegos en la comunidad andaluza y cuenta con diversos programas premiados y en la actualidad desarrolla experiencias para atracciones de realidad virtual 5D.
Acerca del apoyo que la Junta de Andalucía da a los videojuegos, una de las demandas históricas de los productores, Ramírez de Arellano detalla que actualmente hay dos vías, el apoyo a la internacionalización a través de Extenda y también por parte de Andalucía Emprende. A ello se suman más «instrumentos del Gobierno andaluz para apoyar a este sector, que es relevante, como la Agencia IDEA, entre otros». La industria del videojuego es el mayor sector de entretenimiento mundial con una facturación estimada de casi 100 billones de dólares en 2016, superando desde hace años a otras industrias como el cine o la música grabada. El mercado español del videojuego ocupa la octava posición mundial, con un volumen de negocio en 2017 superior a los 723 millones de euros. El sector se encuentra en plena expansión con una tasa de crecimiento anual superior al 20 por ciento y un creciente tejido empresarial que demanda profesionales altamente cualificados, según datos de la EVAD.
Por su parte, el director de la EVAD y Kaiju, Javier Ramos, sostiene que el futuro de la industria en Málaga es «muy halagüeño», además de que es «esperanzador en cuanto al empleo». En la escuela, detalla Ramos, hay unos 14 alumnos de la primera promoción interesados en formar una empresa, y otros tres alumnos clasificados en PlayStation Talent que en diciembre tendrán la oportunidad de, bajo el paraguas de la plataforma de Sony, desarrollar un videojuego al que se le aportará 100.000 euros en publicidad y, si evoluciona, otros 200.000 euros. En cuanto a la formación que ofrece la EVAD, Ramos explica que hay una línea de formación avanzada para jóvenes de entre diez a 17 años (‘kids) y el máster para alumnos a partir de 18 años.
«Nuestros referentes no son nacionales, son internacionales, y por eso crecemos de una forma exponencial en cuanto a eventos y formación», afirma Ramos. La escuela tiene cursos a partir de 100 euros y cuenta con un plan de financiación propia con Unicaja Banco: «Un máster de este nivel cuesta de 30.000 a 50.000 euros en Madrid y aquí puede realizarse por 5.500 euros».
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