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Más de cuarenta empresas han solicitado instalarse en Málaga TechPark, el antiguo Parque Tecnológico de Andalucía (PTA), en los últimos nueve meses. La oferta de ... empleo supera ya la demanda, con decenas de compañías en busca de trabajadores cualificados, desde programadores hasta expertos en ciberseguridad o inteligencia artificial, y la ciudad atornilla con insistencia mecánica su condición de destino tecnológico. Pero el florecimiento de esta nueva Málaga digital se topa con retos inmediatos, en ocasiones incluso crónicos. La dificultad para encontrar una vivienda supone una rémora en pleno desembarco de grandes firmas como Google, Vodafone, Dekra y Telefónica. La construcción de un 'coliving', un modelo residencial comunitario, allanará el camino de los trabajadores que necesiten una solución habitacional urgente.
El proyecto acaba de obtener la licencia municipal necesaria para su ejecución. El Grupo Lar, la inmobiliaria encargada de la promoción, prevé invertir casi 18 millones de euros e iniciar las obras en los próximos meses. El edificio, dividido en tres partes, ocupará ocho mil metros cuadrados en el corazón del PTA. «Es una infraestructura vital», resume Felipe Romera, director general del parque: «Es necesario tener viviendas de uso temporal porque vienen muchos trabajadores de fuera que a veces se quedan sólo unos meses o que necesitan una solución antes de instalarse de forma definitiva en Málaga». La demanda por parte de las empresas, explican desde Lar, «es evidente», sobre todo ahora que la búsqueda de talento constituye un proceso global, sin fronteras. «Y el 'coliving' será una opción para que aterricen», explica Romera.
Habrá 186 camas distribuidas en los tres bloques, cosidos por zonas comunes: gimnasio, sala polivalente, espacio de 'coworking', sala social y de juegos, cafetería, terraza y piscina. Lar incide en que no habrá habitaciones compartidas, sino clústeres, un nuevo concepto que combina espacios privados y comunes. «Cada residente tendrá su cama y su baño, pero compartirá zonas comunes como la cocina y el salón con otras personas». Estos clústeres pueden ser totalmente individuales o de dos y cuatro residentes. El precio del alquiler partirá desde los 450 euros. Los clientes potenciales son trabajadores recién llegados, jóvenes que no pueden pagar el alquiler de un piso, que prefieren compartir experiencias o que simplemente necesitan tiempo antes de encontrar un lugar definitivo donde vivir. Lo llaman 'move in ready': «La idea es que vengan con su maleta, paguen un precio fijo y se dediquen a trabajar o estudiar porque nosotros nos ocuparemos de todo lo demás, como pagar el agua, la luz e Internet».
El riesgo es que estos nuevos conceptos, bajo su apariencia de modernidad, maquillen la precariedad hasta romantizarla. «El perfil al que va dirigido es el de jóvenes trabajadores que acaban de salir de la facultad y tienen un estilo de vida urbano y tecnológico, quieren socializar y soportan salarios medios o bajos. Vivimos en un mundo dinámico, cambiante, y buscan flexibilidad. Por eso queremos ofrecerles esta solución», detallan desde el grupo inmobiliario, que defiende su modelo: «No son habitaciones compartidas. Para nosotros es importante que haya un espacio privado. Compartir baño, por ejemplo, no es el producto que queremos dar. Podríamos estresar el edificio para meter más camas, pero nos importa la calidad de vida».
Este 'coliving' está precedido por un estudio de mercado que detectó la necesidad de soluciones habitacionales inmediatas que tienen las empresas del parque, donde ya hay más de 600 firmas con unos 20.000 trabajadores. «Málaga ha experimentado un incremento de precios por el alquiler turístico», recuerdan desde Lar: «La tasa de esfuerzo de los jóvenes (el porcentaje de sueldo que dedican a la vivienda) es especialmente alta. Hay un segmento de población que termina de estudiar, empieza a desarrollar sus carreras con salarios comedidos y no tiene atendidas sus necesidades habitacionales». «Aquí», concluye Felipe Romera, «podrán estar tres meses o un año, lo que quieran, y luego lo normal es que se vayan a vivir a Málaga, Marbella o Cártama, como está pasando».
El director del PTA destaca «la interacción» de este 'coliving' con el ecosistema del parque «porque ofrecerá actividades que reforzará lazos y servirá como reclamo para las propias empresas». El proyecto coincidirá con la ampliación de la tecnópolis, que elevará el número de trabajadores hasta los 50.000 y dará cabida a las compañías que han solicitado instalarse en una Málaga cada vez más tecnológica.
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