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La peor contraseña en Internet no es «123456», pero casi. De hecho, esa ristra de números consecutivos ocupa el segundo lugar entre los códigos de acceso 'on line' más usados en todo el mundo y, por tanto, más fáciles de 'hackear'. Así lo establece el informe elaborado por la compañía especializada en ciberseguridad ESET, que ha realizado un estudio sobre las fórmulas más habituales en la Red y que por ese motivo se pueden vulnerar con mayor rapidez.
La primera posición en la lista de las peores opciones para proteger los perfiles en Internet la ocupa, justo, la palabra 'contraseña' escrita en inglés («password»). El tercer lugar en el podio de los coladeros cibernautas va para la hilera numérica anterior, pero un poco más amplia («123456789»), mientras que la cuarta y la quinta posición quedan para «guest» (invitado/visitante en inglés) y «qwerty» (sistema de teclado estándar y las cinco primeras letras en la parte superior izquierda de los pulsadores).
Son las primeras posiciones en el listado titulado 'NordPass' donde ESET ha reunido las 200 contraseñas más comunes de 2022, «que, consecuentemente son también las más fácil de 'hackear' o suplantar», como recuerda la compañía. «La lista de NordPass de las 200 contraseñas más comunes de 2022 nos dice todo lo que necesitamos saber. Las contraseñas son un enorme riesgo para la seguridad. Si la tuya está en la lista, cámbiala inmediatamente. Mejor aún, cambia la forma en que gestionas todos tus inicios de sesión. Esperar hasta que sea demasiado tarde puede costarte mucho tiempo, dinero y estrés», sostiene Josep Albors, director de Investigación y Concienciación de ESET España.
«Nuestros inicios de sesión representan las claves de nuestra vida digital, desde los servicios de 'streaming' y mensajería o la banca digital, hasta cuentas personales y aplicaciones con información sensible sobre nuestros documentos. A menudo tenemos datos de tarjetas y datos personales almacenados en estas cuentas, por lo que las contraseñas son objetivos muy cotizados en la ciberdelincuencia clandestina», recuerdan desde la compañía.
Y además, ESET pone números a esa preocupación (y precaución): «Un informe de junio reveló que en los mercados delictivos 'on line' circulan 24.000 millones de combinaciones de nombres de usuario y contraseñas, un 65% más que en 2020 y casi cuatro por cada habitante del planeta». Y añade Albors: «Una vez dentro de tu cuenta, los piratas informáticos pueden robar todos los datos personales y de tarjetas almacenados en ella, y así, utilizarlos en fraudes con tarjetas de pago o de otro tipo. De hecho, el valor de las transacciones fraudulentas con tarjetas de pago en 2021 superó los 32.000 millones de dólares, y se prevé que aumente hasta los 38.500 millones en 2027».
Además de los códigos más habituales, el informe también detecta pautas que pueden resultar contraproducentes para los usuarios y que, por tanto, conviene eliminar. Desde el uso del nombre de equipos deportivos («Estrella Roja de Belgrado« cuenta con más de 58,5 millones de registros) hasta firmas de moda («Tiffany» se usó el año pasado casi 15 millones de veces), pasando por palabras malsonantes («f*ck» supera los 21 millones de registros) o grupos de música (con «U2» a la cabeza con más de 33 millones de usuarios el año pasado).
Pero como no todo van a ser malas noticias, desde la compañía especializada en ciberseguridad también ofrecen consejos para andar más seguros por el ciberespacio. Serían estos:
- Usar contraseñas o frases de contraseña complejas y únicas.
- No reutilizar nunca las contraseñas «o los ladrones de credenciales podrán obtener acceso a varias de tus cuentas si se hacen con un único nombre de usuario».
- No compartir tus contraseñas.
- Cerrar las cuentas que no utilices, «ya que pueden representar un riesgo para la seguridad si no te has dado cuenta de que han sido vulneradas».
- Utilizar un gestor de contraseñas, incluso un generador de contraseñas, «eso te brindará más seguridad».
- Comprobar periódicamente la seguridad de las contraseñas y actualizar las que sean demasiado débiles o estén obsoletas.
- No te conectes en redes Wi-Fi públicas, «ya que los fisgones digitales de la misma red podrían espiar tus contraseñas».
«Puede que tengas muchos propósitos de Año Nuevo de cara a 2023, pero si tus propias contraseñas aparecen en la lista anterior, mejorar la seguridad de las mismas será uno de los más importantes», concluye Albors.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
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