Ojo con lo que publicas en redes sociales: cosas que nunca deberías compartir en Internet

Las redes sociales nos permiten interactuar desde casa, a cualquier hora del día o la noche, con personas a las que no podemos ver a diario, ya vivan cerca o lejos. Nos posibilitan conectar, participar, crear contenidos y compartir infinidad de experiencias, momentos o vivencias. Sin embargo, cuando hacemos uso de nuestros perfiles en redes sociales, -ya sea publicando fotos, vídeos, directos, opiniones, etc- debemos extremar precauciones y pensar siempre en los riesgos que nos puede ocasionar cada publicación. Tal y como matiza la Oficina de Seguridad del Internauta (OSI) de INCIBE (Instituto Nacional de Ciberseguridad) debemos ser muy cuidadosos a la hora de seleccionar y compartir nuestra información privada. ¿Alguna vez te has parado a preguntarte qué saben las redes sociales de ti o para qué utilizan tu información? o, lo que es igual de importante: ¿qué contenido no es recomendable compartir?

En opinión del OSI, en muchas ocasiones compartimos demasiados detalles de nuestro día a día sin llegar a ser conscientes de los peligros que estas acciones puedan acarrearnos. «en ocasiones publicamos contenidos que nos parecen inofensivos, pero no somos conscientes del grado de exposición al que nos sometemos, ni las consecuencias que pueden tener en nuestras vidas». A continuación, una serie de ejemplos de datos que nunca deberíamos compartir:

Tal y como apunta el OSI, aunque pueda ser necesaria a la hora de crearnos un perfil, «eso no quiere decir que tenga que ser visible para nuestros contactos. Es una pieza clave para el robo de nuestra identidad o para extorsionarnos».

Nunca des pistas a los delincuentes. Publicar nuestra ubicación a cada instante puede ser peligroso, «ya que estamos informando de cuando dejamos nuestra casa deshabitada o nuestras rutinas diarias, como, por ejemplo, el tiempo que pasamos en el trabajo o en el gimnasio».

Al igual que el apartado anterior, nunca debemos dejar nuestra nuestro domicilio a la vista de todos ya que «puede facilitar el robo de nuestra casa o la suplantación de nuestra identidad».

Estos datos, si acaba en malas manos, podemos lamentarlo, ya que con ellos proporcionamos información a terceras personas que pudieran buscar «realizar algún tipo de ataque por medio de ingeniería social. Por ejemplo, bombardeando nuestro e-mail con correos con spam o phishing con el que sustraer nuestros datos bancarios».

En este punto debemos tener muy claro que, en el momento en el que publicamos una entrada en redes sociales, automáticamente dejamos de tener control sobre esa información. «Existen cierto tipo de publicaciones que pueden afectarnos negativamente y que además no forman parte del propósito real de una red social». A continuación, enumeramos tipos de publicaciones que nunca se deberían realizar:

Nuestras acciones tienen consecuencias. «Insultar o amenazar a través de las redes puede ser delito y realizar publicaciones ofensivas puede volverse en nuestra contra en el ámbito personal y profesional», apunta la OSI.

En estos casos, tanto si eres víctima o testigo, hay que denunciarlo ante las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado o a las propias redes sociales. «Si necesitas ayuda, apóyate en la Línea de ayuda en ciberseguridad de INCIBE 017».

Después de tener un mal día nunca debes desahogarte en Facebook, Twitter o Instagram. Debes tener en cuenta que «muchas empresas revisan las redes sociales de sus trabajadores con el objetivo de evitar que compartan contenido inapropiado o que perjudique a la reputación de la empresa». Si lo que has escrito no es de su agrado podrías tener un conflicto laboral.

Cuida las fotografías o vídeos que subes a tus redes sociales ya que pueden llegar a manos de terceras personas que las utilicen para chantajearte, extorsionarte o perjudicarte.

No te creas todo lo que ves en las redes sociales o Internet. Antes de publicar una noticia, es recomendable comprobar sus fuentes para asegurarte que no sea una 'fake new'. Además, si publicas sin filtro alguno, pudes compartir bulos o estafas puede afectar negativamente a otros.

Aunque te parezca que no podrías cometer alguna ilegalidad al no reconocer la propiedad intelectual de los contenidos que compartimos. Por ello es fundamental prestar atención a las normas y regulaciones del contenido que tenemos entre manos.

Para evitar riesgos, la Oficina de Seguridad del Internauta recomienda convertir en un espacio seguro y privado nuestras redes. Para ello, es fundamental configurar nuestras redes sociales. A continuación, mostramos paso a paso cómo acceder a las opciones de configuración de las redes sociales más comunes, para que podamos personalizarlas.

-Facebook.Dentro de las opciones de configuración, en el apartado de 'Privacidad', encontraremos varias opciones para decidir quién puede ver nuestra actividad, así como quién puede encontrarnos y ponerse en contacto con nosotros.

Instagram. En las opciones de configuración, tendremos varias categorías para elegir. En 'Privacidad y seguridad' también puedes decidir quién puede ver tus publicaciones, si permites que se compartan por terceras personas e incluso añadir medidas de seguridad extra como la autenticación en dos pasos.

-Twitter. En nuestro icono de perfil, accederemos al desplegable de opciones de Twitter. En 'Configuración y privacidad', podremos mejorar la privacidad de nuestros tweets, modificar la visibilidad de nuestra cuenta e incluso ocultar contenido que pueda herir la sensibilidad de algunas personas.

-LinkedIn: tras hacer clic sobre el icono de nuestro perfil, se nos desplegarán varias opciones. Deberemos hacer clic sobre «Ajustes y privacidad». En este punto podremos editar las opciones para decidir quién puede ver nuestra información y publicaciones, como ven los demás nuestra actividad en la plataforma e incluso, cómo utiliza LinkedIn nuestros datos.