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Algunos se reían cuando Felipe Romera, el director de Málaga TechPark, presentó ayer a Jaime Martorell como «el hombre que más dinero tiene para repartir ... de España». Y no era mentira: este ingeniero catalán retornado de Silicon Valley tiene el reto de invertir antes de 2027 12.250 millones de euros públicos en «reforzar las capacidades de diseño y producción de la industria de la microelectrónica y los semiconductores en España». Este es el objetivo del PERTE Chip, el más cuantioso de los once proyectos estratégicos diseñados por el Gobierno para canalizar los fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Martorell se sometió ayer en su visita a Málaga a una frenética agenda de reuniones y visitas con el fin de conocer el ecosistema tecnológico local. Málaga aspira a convertirse un nodo destacado de esta industria.
–Después de conocer de primera mano los mimbres con que cuenta Málaga para aspirar a convertirse en foco de la industria europea de los chips, ¿qué puntos fuertes ve en nuestra ciudad?
–Creo que existe un ecosistema muy fuerte y empresas punteras en Málaga. También veo un gran interés por participar en este PERTE y potenciar la parte de microelectrónica. Todo el mundo está de acuerdo en que estamos ante una oportunidad única que tenemos que aprovechar porque nunca hemos tenido tantos recursos para potenciar este área, que hoy por hoy es estratégica y vital. Si nosotros podemos ayudar, ayudaremos.
–Ha explicado en su conferencia que ahora es el momento de plasmar esa ambición en proyectos concretos. ¿Qué consejos o pautas puede aportar para la definición de esos proyectos?
–Efectivamente, este año es el primero en que vamos lanzar convocatorias de proyectos, en las que podremos evaluar proyectos existentes. Animamos a las universidades, a las empresas y a los centros de tecnología a que definan estos proyectos y los compartan con nosotros porque tenemos la oportunidad de potenciar estas actividades. Para este año el PERTE cuenta con una dotación de 450 millones de euros de subvenciones y 800 millones en préstamos. Es una oportunidad única de tener recursos que permitan hacer proyectos avanzados. Animo a la empresas y centros de investigación a que sean ambiciosos en el sentido de proyectar dónde quieren llegar y qué quieren hacer y desarrollar proyectos para que en este espacio de cinco años demos un salto cualitativo importante.
–¿Qué es lo que debe haber pasado dentro de cinco años para poder decir que este PERTE ha cumplido sus objetivo?
–A través de lograr la incorporación de una o dos fábricas de microelectrónica en España también queremos reforzar el ecosistema que va a apoyar esa fabricación: la parte científica, la parte de diseño y lo que llamamos la industria TIC. Por ejemplo, una industria muy importante aquí en Málaga es la que está relacionada con la automoción. Queremos reforzar a través de este PERTE otro ecosistema muy importante que es el del automóvil, que tiene la particularidad de que demanda muchos chips.
–¿Teme no ser capaz de gastar todo el dinero? La gestión de los fondos europeos en España no se ha caracterizado por ser ágil.
–Este es el reto: que podamos optimizar estos recursos de forma que potenciemos el ecosistema de forma ya permanente, Es una oportunidad única que tenemos que aprovechar.
–¿Los instrumentos de financiación van a tener la flexibilidad suficiente para lograr que sea ágil la ejecución de los fondos?
–Vamos a tener que seguir las normas; esto es evidente, para gestionar los recursos de forma ordenada. Pero tenemos oportunidades y potencial para aprovechar esto.
Otras ciudades podrán tener más empresas o mejores infraestructuras. Pero es difícil que superen el entusiasmo y el espíritu de equipo con el que Málaga afronta el reto de los chips. «Tenemos más ambición que nadie, más apoyo que nadie y no podemos fracasar», resumía ayer Felipe Romera, director de Málaga TechPark, en el encuentro entre Jaime Martorell, comisionado especial para el PERTE de Microelectrónica y Semiconductores, y miembros del 'equipo chip' malagueño: desde empresas como Dekra o Premo hasta las escuelas de Telecomunicaciones e Informática de la Universidad de Málaga, pasando por el Ayuntamiento (con la concejala Susana Carillo), entre otras instituciones, participaron activamente en la reunión, planteando dudas y sugerencias sobre el PERTE Chip, que abrirá las primeras convocatorias de ayudas y préstamos en el segundo trimestre, según Martorell.
Málaga va a presentar un «gran proyecto» a este PERTE que cubrirá los cuatro ejes: investigación, diseño, fabricación e industria TIC. El Instituto Ricardo Valle de Innovación (Innova IRV) , que tiene una de sus líneas estratégicas fundamentales en la microelectrónica, está aglutinando y liderando los esfuerzos del ecosistema 'tech' malagueño por convertirse en un nodo importante de la industria de los microchips. Su presidente, Ezequiel Navarro, ejerció ayer de 'cicerone' en la visita de Jaime Martorell junto al director de Málaga TechPark, Felipe Romera.
Innova IRV ya tiene en marcha a día de hoy cuatro proyectos impulsados desde el área de microelectrónica, cuya puesta en marcha supondrá una inversión de más de 700 millones de euros.
En el encuentro de ayer, Martorell insistió en la importancia del talento como factor de atracción de grandes empresas de microelectrónica, ya que la escasez de ingenieros especializados es un problema de primer orden para este sector. Los representantes de la UMA mostraron su voluntad de implicarse en este reto, pero pidieron coordinación entre los ministerios de Economía y Educación para agilizar los cambios e iniciativas que sean necesarios y que la burocracia no se convierta en un obstáculo.
«Los parámetros para diseñar grados y master se siguen rigiendo por parámetros económicos y de financiación que no tienen en cuenta estas oportunidades. Hace falta que el Ministerio de economía y el de Educación se sienten y que la estrategia se lleve acabo de forma conjunta», manifestó el director de la Escuela de Informática, Manuel Enciso. «A nosotros nos va la marcha, no queremos quedarnos en nuestros despachos», aseguró. Su homólogo en Telecomunicaciones, Rafael Godoy, destacó la potencia de Málaga en investigaciones de fotónica (una de las patas que se quiere potenciar en el PERTE) y pidió trabajar en niveles preuniversitarios para fomentar las vocaciones técnicas.
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