Derecho al olvido: Desaparecer de Internet es posible, pero cuesta

Gran parte de nuestra vida está en Internet. Es una afirmación que puede sonar contundente, pero es la realidad en el momento que damos de manera gratuita toda nuestra información personal a empresas como Google o Facebook, las más evidentes, pero no las únicas. Hay empresas no tan conocidas que se dedican a recopilar datos personales de internautas y venderlos al mejor postor. Es algo que la mayoría de ciudadanos acepta a cambio de tener acceso gratuito a aplicaciones que forman parte de nuestro día a día, como WhatsApp, Instagram o Gmail, o a la hora de hacer cualquier compra 'on-line' tras un proceso de registro en el que nos piden nuestra dirección, correo electrónico y número de teléfono, entre otros datos. Todos esos registros y rastros que dejamos cuando navegamos por Internet es lo que se conoce como huella digital.

Pero, ¿qué pasa si queremos retirar nuestra información de Internet? ¿Si cambiamos de vida, de trabajo o de ciudad y queremos empezar de cero? ¿O si fallece un familiar y no queremos que sus cuentas en redes sociales sigan activas? Desaparecer de la Red no es fácil, pero es posible. Podemos ejercer el derecho de supresión o derecho al olvido (que no son lo mismo, aunque se tienden a confundir: a grandes rasgos, el primero es pedir que las compañías eliminen nuestros datos, mientras que con el segundo impedimos que se difundan nuestros datos, aunque no se eliminan).

La Oficina de Seguridad del Internauta, organismo perteneciente al Instituto Nacional de Ciberseguridad, recuerda las pautas que hay que seguir para tratar de eliminar información personal de buscadores o redes sociales. Esta oficina recuerda que hubo una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea de 13 de mayo de 2014 que fue pionera en este ámbito, al condenar a Google y admitir el derecho al olvido en Internet. Desde entonces, los principales buscadores tienen a disposición de los usuarios formularios para realizar peticiones de retirada de información. A través de esos formularios se pueden enviar los enlaces que queremos retirar y explicar los motivos. Luego será la empresa la que decida. «Cuando Google recibe una solicitud, busca el equilibrio entre el derecho a la privacidad de la persona que la ha enviado y el derecho del público general a tener acceso a esa información, así como el derecho de otros usuarios a distribuirla», explica el principal buscador de Internet en dicho formulario. Aquí puedes acceder a este formulario. La compañía con sede en California incluso aporta estadísticas de las informaciones que ha retirado (o que no se ha retirado por decisión de la empresa) por petición de usuarios e incluso algunos ejemplos.

En el caso de España, se cita como ejemplo una solicitud de un alto ejecutivo «que estuvo implicado en un escándalo de corrupción muy conocido para que retiráramos 45 artículos periodísticos relacionados con su implicación en el caso». Google decidió no retirar estos artículos, «porque la investigación sigue en curso y está estrechamente relacionada con su actividad actual como empresario». En el caso contrario, sí retiró tres artículos «en los que se hablaba de una empresa que presuntamente expedía títulos académicos de una universidad Suiza ficticia liderada por el solicitante». Google decidió retirarlo por orden de la autoridad de protección de datos de España. Otros buscadores tienen enlaces similares.

Otra cuestión es retirar información en redes sociales como Facebook o Twitter. Si se trata de nuestro propio perfil, siempre podemos optar por eliminarlo y así 'desaparecer' de la red social. Facebook te permite desactivar (tu perfil deja de verse y no aparece en las búsquedas, pero no desaparece, porque se puede volver a activar) o directamente eliminar la cuenta. Aquí explica Facebook cómo puedes hacerlo. Instagram o Twitter también permiten procesos similares para desactivar las cuentas (se puede consultar aquí para Instagram y en este enlace para la red del pájaro azul.

Si se trata de información publicada por otros internautas sobre nosotros, siempre se pueden reclamar a las empresas de redes sociales los derechos ARCO de acceso, rectificación, cancelación y oposición de los datos. Si se trata de casos de suplantación de identidad siempre se puede denunciar en última instancia ante la Policía.

Un tema complejo es la eliminación de las redes sociales de un familiar o allegado que ha fallecido. Según recuerdan desde la Oficina de Seguridad del Internauta, personas vinculadas al fallecido, como familiares o pareja de hecho, «o aquellas que hubiesen sido designadas previamente», podrán ejercer los derechos de los datos personales de la persona fallecida para su rectificación o supresión de la cuenta.

Como vemos, desaparecer de Internet del todo no es nada sencillo y requiere mucho tiempo y esfuerzo. En ocasiones, incluso se recurre a empresas especializadas que se encarguen de ello, aunque son servicios más orientados a empresas o a particulares que estén en ficheros de morosos o noticias no deseadas.