Este mensaje se autodestruirá en cinco segundos

Snapchat, que fulmina todos sus contenidos rápidamente, se convierte en el último fenómeno de las redes sociales

Michael McLoughlin

Lunes, 30 de mayo 2016, 00:38

Imagine subir una bonita puesta de sol a Instagram y que a los diez minutos desaparezca. Lo mismo con Facebook o Twitter. Pues ese es el encanto, lo efímero de las publicaciones, del último gran fenómeno de las redes sociales. Snapchat es una aplicación para móviles que, tras triunfar en el mundo anglosajón, empieza ahora a encandilar a miles de jóvenes españoles y a intrigar a otros tantos que no terminan de entender las convenciones de esta revolucionaria plataforma. Disponible para iOS y Android, Snapchat es un híbrido entre red social y aplicación de mensajería instantánea. Creada en 2011 y puesta en marcha en septiembre de ese año, alcanzó rápidamente la popularidad en aquel país sumando en pocos años millones y millones de snapchaters, tal y como han sido bautizados los miembros de esta comunidad.

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Tiene cerca de 200 millones de usuarios mensuales activos repartidos por todo el mundo. Su público se sitúa a caballo entre los millennials (jóvenes de hasta 35 años) y la generación Z (nacidos después del año 2000). En EE UU, según datos de Comscore, ya ha conseguido desplazar a Twitter del tercer cajón del podio y solo Instagram y Facebook están por delante suyo. Cada 24 horas se envían más de 400 millones de publicaciones a esta red social.

Lo más curioso de la aplicación es que es el usuario es el que decide cuanto tiempo podrá ver su vídeo el destinatario. El rango va de uno a diez segundos. Una vez se abre el archivo y se consume el plazo fijado, el contenido se evapora y no se almacena en ningún lado. Para reforzar la privacidad, no se permite hacer copias de los snaps y en caso de que alguien haga una captura de pantalla, la plataforma envía un aviso al emisor del mensaje.

Este funcionamiento ha sido utilizado por muchos para especular con que el leitmotiv de la app no era otro que el sexting, el intercambio de archivos subidos de tono con el smartphone, un extremo nunca confirmado por sus creadores, que llegaron a rechazar 3.000 millones de dólares de Facebook. Así esta aplicación permite comunicarse individualmente o en grupo, como otras del estilo WhatsApp o Telegram. Aunque son los vídeos el recurso más utilizado, también permite enviar fotografías o textos. Una de sus funcionalidades más populares es la de los filtros, bautizada como Lenses. Cuando detecta un rostro permite añadirle efectos al usuario para ponerle bigote, barba, cambiar la cara con la de una fotografía de la memoria del teléfono, deformar la cabeza o convertirle en un koala, un perro o un unicornio que vomita arco iris.

Historias

Personalidades de todo el mundo, instituciones y empresas se han fijado en esta aplicación para acercarse al público más joven. Casi la mitad de sus usuarios tienen menos de 24 años, unos guarismos que no manejan otras plataformas. La funcionalidad más popular en estos caso es Historias. El contenido subido a esta sección se puede reproducir todas las veces que se desee a lo largo de 24 horas. Transcurrido ese plazo, la entrada desaparece.

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En las próximas semanas, los responsables de la aplicación acometerán un cambio que ya se ha implementado en otras redes como Facebook o incluso Twitter. La plataforma contará con un algoritmo que jerarquizará el contenido y no los presentará cronológicamente como hasta ahora.

La Casa Blanca, que se unió en enero de este año a Snapchat, es uno de los Gobiernos que ya experimentan en este entorno. El Ejecutivo británico, por su parte, invirtió nada más y nada menos que 70.000 libras en un filtro como parte de una campaña para no utilizar el móvil al volante. Desde el Departamento de Transporte de aquel país se remarcó la idea de que con esta acción se llegó a un público que ya no está presente en otros canales.

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De acuerdo con una investigación de Burson-Marsteller, el pasado mes de abril 16 jefes de Estado y jefes de las organizaciones internacionales ya habían abierto perfiles oficiales. Una cifra ínfima en comparación con Facebook, donde solo el 13% de los gobiernos pertenecientes a la ONU no está en la red social. En España el uso de la aplicación aún es menor que en otros países de nuestro entorno. Según un estudio de eMarketer, a finales de 2015 solo un 22% de los adolescentes españoles entre 16 y 19 años la había utilizado. En Irlanda esta cifra sube al 52% y en Bélgica o Suecia supera el 40%.

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