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Una tarde de copas en Muelle Uno tras un almuerzo de Navidad. Una puesta de sol de postal en el Puerto. Un vídeo grabado con el móvil de Bernardo Quintero (fundador de Virustotal y 'security engineering director' de Google) que llega esa misma noche por ... correo electrónico a un alto directivo de Mountain View. Otro email enviado a puerta fría al propietario del edificio. Así, de esta forma aparentemente casual, se fraguó el 'fichaje' del edificio del Gobierno Militar por parte de Google. Corría el 4 de diciembre de 2018.
En realidad, como tantas otras anécdotas en la vida de Bernardo Quintero, aquello tuvo bastante poco de casualidad. El fundador de Virustotal ya le tenía echado el ojo a aquel edificio abandonado en una ubicación privilegiada. Había sido Ángela Dini, diseñadora en Virustotal, la que se había fijado en él, como confesaba el propio Quintero en la red social X. «Llevábamos tiempo buscando localización, habíamos visto varios emplazamientos pero ninguno había cuajado, hasta que un día Ángela Dini, dijo que había visto ese edificio», explicaba. El día de la comida navideña, la 'office manager', Paloma Simón, convenció al equipo para tomar algo en una de las terrazas del Muelle Uno. «A todos nos encantó», aseguraba. Emocionados por la posibilidad de que aquella acabara siendo la oficina de Google en Málaga, grabaron el vídeo y Bernardo se lo mandó a su jefe, acompañado de una breve información sobre el edificio y su situación.
a todos nos encantó, y allí mismo, mientras nos tomábamos unas copas, hice un pequeño vídeo con el móvil en plan 360 grados, para que se viera el edificio y sobre todo la localización. Este fue el resultado, este vídeo se lo envié a mi jefe esa misma noche cuando volví a casa... pic.twitter.com/h2Rhz7gNVC
— Bernardo Quintero (@bquintero) January 25, 2022
Precisamente el inmueble había sido adquirido meses antes, en septiembre de 2018, en la subasta pública organizada por el Ministerio de Defensa, por una empresa vinculada a Antonio González, propietario del hotel de cinco estrellas Vincci Aleysa y de los apartamentos turísticos Don Gustavo, en Benalmádena. Las primeras intenciones de este empresario pasaban por alquilar el edificio para establecer en él una residencia de mayores de alto nivel o una clínica privada relacionada con el mundo de la estética y el bienestar. El uso hotelero no era posible en este caso porque se trata de un inmueble calificado como equipamiento social en el Plan General de Ordenación Urbanística, además de contar con protección arquitectónica de grado dos. Los únicos usos posibles eran los de tipo educativo, social o sanitario.
Esos planes del propietario cambiaron cuando se reunió con Bernardo Quintero. «Tres días después de escribirle el email me contestó. El 14 de diciembre nos conocimos en persona, me estuvo enseñando el edificio por dentro, charlamos sobre sus proyectos, los nuestros, sobre Málaga, el futuro... Quedamos en que teníamos un plan», recuerda el fundador de Virustotal.
Ese plan se ha cumplido sin más contratiempos que los asociados a una obra de rehabilitación larga y compleja, dado el deteriorado estado del inmueble y su protección arquitectónica. La ciudad le puso alfombra roja a Google, que salvó la aparente restricción de uso del edificio gracias a la vertiente formativa y de concienciación que va a tener el Google Safety Engineering Center (GSEC) de Málaga. La multinacional ocupa el edificio en régimen de alquiler.
Así, en diciembre de 2020, la Gerencia Municipal de Urbanismo recibió la primera documentación para solicitar la licencia de obras para la reforma. Los técnicos del Ayuntamiento encajaron el nuevo uso del edificio al entender que se trata de un centro de formación en ciberseguridad y actividades de investigación y desarrollo, lo que cuadra con la condición de equipamiento educativo. En febrero de 2021, Google lanzaba el anuncio oficial de la apertura del centro de ciberseguridad en Málaga.
Ese mismo mes, Urbanismo pidió algunas correcciones al proyecto elaborado por el arquitecto Carlos Domingo Corpas, en marzo se presentaron, el Ayuntamiento volvió a pedir algunos cambios, y en abril se presentó la documentación definitiva, que obtuvo la licencia de obras en mayo, en un plazo relativamente corto para lo que suelen tardar otros proyectos similares.
A partir de ahí empezaron las obras, con un presupuesto de más de 3 millones de euros (que se ha visto superados ampliamente) y un calendario de 36 meses. Había que demoler la estructura, que estaba muy dañada, y construir una nueva. También se eliminaron las garitas adosadas al edificio. Sí se respetó la fachada, que cuenta con protección arquitectónica de grado II -al igual que el volumen envolvente- por su pertenencia al movimiento moderno. Por dentro, se dotó al edificio de una distribución completamente nueva.
GSEC Málaga cuenta con 2.500 de superficie repartida entre oficinas y despachos y zonas comunes para uso y disfrute de los empleados (como la cocina de desayunos, la cantina y diferentes zonas de relax, además de dos terrazas: la de la azotea y la de la planta calle). También cuenta con salas de formación y un auditorio en el que se celebrarán eventos abiertos a empresas y ciudadanos. Tiene capacidad para un centenar de puestos de trabajo.
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