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«El siglo XX fue el de la electrónica; este es el de la fotónica». Así resumen la importancia de esta tecnología los miembros del ... grupo de investigación Photonics & RF Research Lab, perteneciente a la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Telecomunicación de Málaga, consolidado después de veinte años como uno de los más reputados dentro de este campo a nivel europeo. Este equipo liderado por el catedrático Iñigo Molina cuenta con una decena de investigadores a tiempo completo y otra decena de estudiantes y doctorandos. Y tiene algo más que lo distingue: la capacidad para generar proyectos empresariales y de transferir conocimiento hacia la sociedad.
La fotónica es la ciencia de la luz: una disciplina que estudia cómo utilizar los fotones, las partículas elementales de luz, para transmitir información. Es una tecnología poco conocida que, sin embargo, tiene el potencial de transformar la industria de las telecomunicaciones y contribuir de forma decisiva al avance de la robótica, los satélites, la industria 4.0 o la medicina. Un sector en pleno despegue: de acuerdo con un estudio de Technavio, se estima un incremento de 287.000 millones de dólares entre 2022 y 2027, con una tasa de crecimiento anual del 6%. Y Europa, a diferencia de en otros campos, está bien posicionada, como segunda potencia mundial después de Asia.
Lo que dominan en este grupo de investigación de la UMA es la fotónica integrada, que consiste en encapsular en circuitos diminutos elementos capaces de generar y 'jugar' con la luz de diferentes maneras. Mientras los chips electrónicos manejan electrones, los fotónicos manipulan fotones. El equipo liderado por Molina es famoso por su pericia en el modelado y la simulación de chips fotónicos; trabaja por encargo para empresas fabricantes y colaboran con el selecto grupo de universidades que tienen grupos de fotónica.
Además, este grupo investiga la aplicación de esta tecnología para finalidades concretas: desde el diagnóstico de alergias a medicamentos hasta el desarrollo de una nueva generación de comunicaciones inalámbricas con alta velocidad y bajo coste. De estas dos líneas de investigación han salido sendas empresas 'spin-off' que han conseguido captar casi 6 millones de euros de inversión de Bullnet Capital, un fondo especializado en 'deep tech' (tecnologías profundas: así se denomina a las empresas que desarrollan soluciones disruptivas basadas en un descubrimiento científico o en una innovación de ingeniería significativa). Se trata de Bioherent, que persigue patentar un sistema de diagnóstico fiable de alergias a antibióticos basado en biosensores fotónicos; y de AGPhotonics, que quiere desarrollar sistemas ópticos de comunicaciones inalámbricas a muy alta velocidad con aplicación en comunicaciones entre satélites y, más adelante, en las redes 6G.
Ayer, ambas empresas recibieron la visita de una delegación encabezada por el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, y la concejala de Nuevas Tecnologías, Alicia Izquierdo, en las instalaciones que comparten en el edificio de Bioinnovación de la UMA en Málaga TechPark. También estaban allí el rector de la UMA, Teo López; el director de Málaga TechPark, Felipe Romera; y los socios fundadores de Bullnet Capital, Javier Ulecia y Miguel del Cañizo, entre otras personalidades.
El CEO de Bioherent, Jonas Leuermann (talento científico alemán fichado por esta 'startup' malagueña), explicaba sus objetivos: el año que viene prevé lanzar una versión OEM (Original Equipment Manufacturer), que es un producto intermedio más orientado a desarrollos científicos. Ya para 2027 se fija el objetivo de lanzar el primer dispositivo de diagnóstico in vitro enfocado a detectar de forma fiable y rápida la alergia a la amoxicilina y para 2029, desarrollar un dispositivo portátil capaz de hacer el diagnóstico en el lugar donde está el paciente. Hay que tener en cuenta que los tiempos de una empresa 'deep tech' no son los mismos que los de cualquier 'startup', puesto que estamos hablando de innovaciones basadas en avances científicos y, además, en este caso todo se ralentiza más al tratarse del ámbito sanitario.
Bioherent tiene ya 16 empleados, entre los cuales hay siete con doctorados en las diferentes disciplinas implicadas: fotónica, química y alergología. Si tiene éxito, esta compañía malagueña estará en vías de solucionar un problema grave en los hospitales: la falta de un método de diagnóstico fiable y sin riesgos para las alergias a los antibióticos. La firma fue fundada en julio de 2021 y sus promotores son Iñigo Molina, Gonzalo Wangüemert y Alejandro Ortega Moñux, catedráticos de Ingeniería de Comunicaciones; Robert Halir, profesor titular de Ingeniería de Comunicaciones, Ezequiel Pérez-Inestrosa, catedrático de Química Orgánica; y María José Torres, jefa del Servicio de Alergología del Hospital Regional de Málaga y catedrática de Medicina.
AGPhotonics es más joven que Bioherent: apenas hace un año de su constitución, también como 'spin-off' del Photonics & RF Research Lab, y sin embargo ya ha logrado cerrar una ronda de inversión de 2,75 millones de euros liderada por el mismo fondo, Bullnet Capital. La firma fue fundada en julio de 2021 y sus promotores son Iñigo Molina, Gonzalo Wangüemert, Alejandro Ortega Moñux y Robert Halir.
Con esta importante inversión debajo del brazo, la empresa se dispone a volcar los conocimientos adquiridos por el grupo de fotónica en el desarrollo de un producto que actualmente no existe: sistemas ópticos de comunicaciones inalámbricas a partir de la integración total de sistemas transceptores en chips miniaturizados. Estos transceptores envían y reciben información mediante el uso de señales portadoras ópticas, lo que permitirá establecer «comunicaciones tan rápidas como las que se consiguen empleando la fibra óptica, pero de manera inalámbrica», explica el gerente de estrategia y desarrollo de negocios de AGPhotonics, Pablo Ginel. A día de hoy, esta 'startup' nacida de la UMA está a punto de incorporar a su séptimo empleado, que por cierto, es un científico andaluz expatriado que retorna a su tierra.
Si se cumple su plan de negocio, para 2026 la firma habrá puesto a disposición de la sociedad una tecnología novedosa con un gran potencial al permitir, «con costes muy reducidos y en dimensiones compatibles con un teléfono móvil o un satélite, comunicaciones inalámbricas a muy alta velocidad». «Se está viendo un gran marco de uso para las comunicaciones ópticas en el marco del 6G y lo que viene después, y actualmente ya se están utilizando para comunicaciones entre satélites. Nuestro transceptor añadiría un gran valor a estas soluciones satelitales porque reduciría tanto peso como volumen», explica Ginel. Mientras avanza hacia ese hito, AGPhotonics aprovecha las oportunidades de negocio que le surgen: ha conseguido un contrato con una empresa del sector defensa por valor de 400.000 euros.
«Estas dos empresas son la punta del iceberg. Estamos en un momento fantástico; tenemos a la Universidad haciendo una labor investigadora y emprendedora fantástica, tenemos la apertura del IMEC a la vista y se ha aprobado la creación de la Cátedra Chip. Con todo esto estamos creando un estado de ánimo que nos favorece para convertir a Málaga en un punto importante en el mapa de la fotónica a nivel mundial«, reflexionaba el director de Málaga TechPark, Felipe Romera.
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