Fernando Ramírez, ceo de Hispasec: «Hay que concienciar sobre la información que albergamos en el mundo digital»

–¿En qué momento del día echa mano del móvil por primera vez?

–Nada más despertarme. Es lo primero que hago, desde la misma cama. Casi siempre me encuentro ya algo relacionado con el trabajo.

–¿No le da cargo de conciencia?

–Es que al final es trabajo... Tengo disponibilidad las 24 horas. Pero separo muy bien el trabajo de la familia, vivo en el campo y tengo mis hobbies.

–Hola Alexa, hola Siri. ¿Quién escucha realmente cuando pronunciamos estas palabras de manera más o menos ufana?

–Lo que hay detrás es una inteligencia artificial. En teoría, todo lo que hablamos está anonimizado para que no exista una base de datos que pueda ser hackeada. Pero al final no se sabe...

–El primer iPhone se lanzó en 2007. ¿Hubiera imaginado entonces hasta qué punto los móviles iban a integrarse en nuestras vidas?

–Yo tuve el primer iPhone y aluciné. Pude imaginar un poco todo el mercado de las apps, que es lo que ha venido después. Pero sorprende la dependencia que tenemos a día de hoy.

–¿Hemos perdido el control sobre nuestra vida digital?

–Creo que hay que concienciar sobre la información que estamos albergando en el mundo digital. El control lo hemos perdido en cierta media. Si hackean un hospital, por ejemplo, ya pueden acceder a nuestros datos. Lo importante es tener conciencia.

–Millones de archivos y conversaciones circulan a diario por Whatsapp. ¿Cree que utilizamos este tipo de aplicaciones sin la prudencia necesaria?

–Por supuesto. Todo lo que mandes por ese servicio, tienes que saber que ellos lo pueden leer. ¿Y si hackean a Whatsapp? Siempre que mandemos algo por una aplicación así, debemos saber que hemos perdido la privacidad.

–¿Las aplicaciones más usadas en el móvil son gratis? ¿Aplica el tópico de que si algo es a coste cero el precio eres tú?

–Tal cual. Cuando Google pone gmail y da dos gigas de almacenamiento gratis, que era algo revolucionario, sabían cuál era el negocio: leer tus correos y segmentar la publicidad que te iban a dar. Ese es el gran negocio. Antes, una gran idea, solo por serlo, se vendía. Hoy día, si no sabes venderla en internet, no vale. ¡No existe! Y eso se consigue con la segmentación de la publicidad.

–Entonces, ¿damos por hecho que existe un mercadeo con nuestros datos personales?

–Totalmente. Hay aplicaciones que solo se dedican a recopilar datos para vender esos datos a terceros. Es un mercado de información, al fin y al cabo. Los ciberdelincuentes, por ejemplo, cuando roban los datos de una tarjeta... No van a ser ellos los que te roben. Ellos venden esa información sensible a otros.

–¿Asumimos con demasiada facilidad que las empresas vigilen nuestros gustos y aficiones a través del móvil?

–Yo creo que la gente se ha acomodado a eso y, realmente, no le importa. Si tú quieres el servicio gratis, de alguna manera lo tendrás que pagar. A mí no me molesta que Google sepa que estoy en el Decathlon y me sugiera una compra. La gente lo que tiene que tener claro es lo que está dando a estas compañías.

–Si borro una foto en Facebook o Instagram, ¿desaparece realmente?

–Te lo dejan claro en los términos de uso: cuando subes una foto les pertenece a ellos. La propiedad forma parte de Facebook e Instagram. Entonces, ellos deciden si desaparece o no.

–Con la perspectiva del usuario cotidiano, ¿cuál es el principal punto débil de un móvil?

–Que el móvil no esté actualizado es lo que más riesgo nos va a suponer. Ir tarde con el tema de las actualizaciones es, sin duda, el mayor problema.

–Tapamos la cámara del portátil pero a nadie le ocurre hacer lo mismo con las cámaras del móvil. ¿Por ahí tenemos un problema?

–Lo de tapar la cámara del portátil con el móvil siempre lo he visto como un poco de postureo de seguridad. Yo también utilizo un 'tapacam', aunque luego en el móvil no lo hago. Es absurdo.

–¿Es seguro realizar operaciones bancarias a través del móvil?

–Es seguro, sí. A día de hoy, no existe ningún malware que sea capaz de saltarse un acceso biométrico. La tecnología que ofrecen los bancos para utilizar tu propia cara como identificación es muy eficaz. Antes te pedían una tarjeta de coordenadas.

–Siempre tendemos a glorificar el pasado. ¿Usted no echa de menos los tiempos en los que en vez de un móvil lo que se llevaba en el bolsillo era un walkman?

–No soy ningún romántico en ese sentido, la verdad. Creo que la tecnología ha venido para facilitarnos la vida. Solo hay que saber usarla. Yo lo intento con mis hijos. Ellos pueden coger el móvil o la Playstation, pero de manera dosificada.

–¿Qué aplicaciones debería borrar ahora mismo?

–Si no la usas, Facebook. Este tipo de aplicaciones tienen unos permisos brutales, ejercen un control total sobre el móvil.