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En mayo del año pasado, el fondo de inversión Startup Wise Guys, que tiene un programa de aceleración de startups en Málaga, lanzaba un ... reto al ecosistema emprendedor malagueño: quería reunir a 25 emprendedores capaces de presentar sus proyectos (lo que se conoce como hacer el 'pitch') en inglés en un concurso ante inversores de origen internacional. No parecía tan difícil, teniendo en cuenta que daba un plazo de seis meses para lograrlo. Pues bien, hace unas semanas se celebraba Flare, que así se bautizó el encuentro, con la asistencia de una docena de 'business angels' y representantes de fondos, tanto extranjeros (Joacim Boivie, Ali Parandeh, Valentyna Tkachenko, Jannich F. Petersen o Tuomas Kosonen) como españoles (Juanjo Mostazo, José Luis Martínez, Salva Pérez, Enrique de Nova o Jorge Martínez). La competición de startups contó finalmente con diez participantes, incluyendo tres que venían de otras provincias andaluzas. O sea, que solamente siete emprendedores malagueños pudieron (y quisieron) responder al desafío.
Lo ocurrido puede ser un ejemplo de una carencia que muchos señalan en el ecosistema startup malagueño: la incapacidad para desenvolverse en inglés de muchos emprendedores y la ausencia de eventos en este idioma que permitan integrarse en la escena local (y, a la postre, invertir) a los empresarios e inversores extranjeros que viven o visitan a menudo la Costa del Sol.
Cristóbal Alonso es el CEO de Startup Wise Guys, uno de los fondos de inversión más activos de Europa en empresas en fase 'semilla' (inicial). Esta sociedad de origen estonio aterrizó en Málaga en 2022, abriendo un programa de aceleración con base en el Polo Digital especializado en empresas de realidad virtual y aumentada. El propio Alonso vive en la ciudad desde entonces y hace este diagnóstico: «Sí, es difícil encontrar emprendedores que se comuniquen bien en inglés o que se atrevan a hacerlo. Podemos hablar de que solo un tercio de ellos se lanza a la arena. Esta es una barrera real. Creo que hacer muchos más 'trainings' en inglés ayudaría a elevar el nivel y que más emprendedores se sintieran capaces de desenvolverse», apunta. También cree que hay «falta de iniciativa». «A la gente le cuesta salir de su zona de confort y esa zona de confort es también decir: 'No hablo bien inglés, así que prefiero hablar en español y ya tendré tiempo de aprender'. A la gente le falta ambición o iniciativa, o una combinación de las dos», critica.
Alonso va más allá y señala que no es que falten emprendedores con dominio del inglés; es que «en general, faltan emprendedores» en la ciudad. «Desde la marcha de Demium [aceleradora que hizo una extraordinaria labor de fomento del emprendimiento en Málaga, ayudando a crear más de 50 startups], en Málaga falta volumen. No están saliendo nuevas startups en un número suficiente», afirma. Si esto es cierto o no y a qué se debe da para otro análisis. Pero volviendo al tema del idioma, tanto Alonso como otros inversores que protagonizaron un intercambio de ideas en Flare -entre ellos Juanjo Mostazo y Jannich F Petersen, afincados en Málaga y Marbella respectivamente- incidieron en que es un «hándicap y una clara desventaja» de Málaga respecto a otros ecosistemas internacionales.
Esta barrera del idioma acrecienta, además, la distancia psicológica entre Málaga y Marbella, dos ciudades que si estuvieran realmente conectadas se complementarían y multiplicarían por varios enteros la potencia de la Málaga 'tech'. La realidad es que a día de hoy, en parte por la ausencia de un ecosistema 'English-friendly' (pero también por otros factores, como la falta de un medio de transporte cómodo, como el tren), la ciudad no esta aprovechando una baza que pocas ciudades tienen: la de tener a pocos kilómetros a Marbella, el lugar elegido para veranear o vivir por millonarios de todo el mundo, incluidos empresarios e inversores que han hecho fortuna en el sector tecnológico.
«Hay una desconexión clara entre Málaga y Marbella, pese a lo cerca que están y lo complementarias que son. La primera barrera es de idioma. En Marbella los perfiles son internacionales: un danés, un sueco, un finlandés, un alemán... que puede que hablen o no español para el día a día, pero en los negocios, su idioma es el inglés. Si les dices que vengan a un 'pitch' o un evento en español, ni se lo plantean», explica Cristóbal Alonso. «Si se empezaran a organizar más eventos en inglés, se animarían a venir», añade. De esta manera, opina, Málaga sumaría como agentes activos a perfiles tremendamente valiosos. «Es gente que ha vendido empresas y que a lo mejor inicialmente dice que viene a descansar, pero enseguida se aburre y quiere empezar a hacer cosas. Tienen mucho dinero, conexiones internacionales y experiencia en escalar proyectos. Esto es un activo que creo que no existe en otros sitios porque estos perfiles no van a otros sitios. Un tío de Dinamarca no se va a Madrid a descansar o a retirarse, se va a Marbella», argumenta el CEO de Startup Wise Guys.
La ganadora del concurso de startups de Flare fue Planet Dataset, una startup malagueña cuyo CEO es Víctor Gentile. Para él, hacer el 'pitch' en inglés no fue un problema. «Yo he tenido la misma base que cualquiera: lo que estudiaba en el colegio. Las películas y los videojuegos me hicieron mejorar, pero cuando entré en la aceleradora de Demium estaba oxidado; me tuve que poner las pilas porque el idioma común entre los emprendedores, ya que muchos venían de otros países, era el inglés. Todos los que hemos salido de Demium llevamos lo del inglés grabado a fuego», apunta. En su empresa además, dos de los primeros inversores que entraron son extranjeros y también lo son muchos clientes. «Es una cuestión de supervivencia. El dinero está en inglés», resume Gentile. ¿Por qué entonces hay emprendedores con esta asignatura pendiente? «No es una carencia de los emprendedores, ni de Málaga, sino de la sociedad en general», zanja el CEO de Planet Dataset.
Las otras empresas participantes en el concurso fueron PinMy OU, Prosfy, Harvesttt, Umoa Care, SkyTradeLinks Inc, Ballify, Youforget.me, FitnessKPI y Union Avatars. La ganadora se ha llevado dos premios: una invitación para entrar en un programa de aceleración de Startup Wise Guys, (con un tíque de inversión convertible de 100.000 euros) y un billete para volar a Tallin y participar en Latitude59, una gran competición emprendedora internacional que se celebrará en mayo en la capital estonia.
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