Secciones
Servicios
Destacamos
fernando ramírez
Sábado, 14 de diciembre 2019, 00:14
Esto es un cuento con poca ficción.
Son las 8 de la mañana, Jesús apaga el despertador y se apresura a hacer el desayuno. Como de costumbre, prepara la cafetera mientras tuesta el pan. Una vez está todo listo, enciende el móvil y comienza a ... leer las noticias. Una en concreto capta su atención, trata sobre un nuevo 'malware' (una especie de virus pero que no daña al equipo) que está infectando millones de móviles de todo el mundo. Según cita la fuente, el 'malware' tiene capacidad de autorreplicación y empezó a propagarse en terminales móviles de Europa del Este en la mañana de ayer. En apenas unas horas, ha ido saltando fronteras y continentes. Apenas han pasado 24 horas desde la primera infección y ya hay casos a uno y otro lado del globo.
Según parece, el 'malware' no afecta al rendimiento de los terminales alcanzados y tiene un único y temible objetivo: robar toda la información confidencial contenida en él y alojarlo de forma pública en un servidor en la Deep Web. Su gran sofisticación es preocupante. Este 'malware' integra '0days', vulnerabilidades no conocidas aún, por lo que evade las herramientas de seguridad actuales.
Jesús es abogado. No es un experto en seguridad informática, pero sí es un tecnólogo de primera que está al día de todos los avances que se presentan en la industria. Dispone de todos los 'gadgets' que la manzana le oferta, además de un servidor NAS donde almacena toda su información personal y profesional a la que accede desde su móvil. También tiene instaladas un par de cámaras en su piso para vigilar a sus gatos cuando no está en casa. En su afán de curioso tecnológico, Jesús ha llegado a utilizar 'proxys' de distintos países, además de la red TOR para buscar productos más baratos en Aliexpress. Él es el amigo informático de todas sus amistades.
De algún modo, Jesús está disfrutando esta crisis, así que enciende el televisor en busca de más información, de opiniones. Un experto explica que el 'malware' afecta a IOS y Android por igual, que usa todas las redes sociales disponibles en el teléfono para enviar un mensaje con una 'url' que infecta a quien accede a ella. El portal que muestra la información robada es bien sencillo, tecleas el número de teléfono de una persona y aparece toda la información confidencial asociada a ese teléfono: fotos privadas, conversaciones en redes sociales y todos los datos que el 'malware' ha podido recuperar en el tiempo que ha estado activo en el móvil de la víctima.
Jesús comienza a sentir cierto estado de superioridad sobre los afectados. Él siempre ha pensado que la gente no posee el perfil adecuado y suficiente para el uso que hace de sus terminales tecnológicos. En su cabeza, los pensamientos de Jesús pasan de «lo sabía» a «a ver si la gente aprende». Pero no tarda en pensar en introducir el número de su ex, que hace meses que no le contesta los Whatsapp, o el de su jefe, ya que quizás así averigüe algo que le dé ese ascenso que persigue. Pero, ¿y si también han caído políticos? ¿Y si se pone en riesgo la seguridad nacional?
Su cabeza va a mil por hora. Intenta comprender todas las implicaciones que un caso como este puede tener en el mundo, corre a su ordenador portátil para investigar más. Ah, pero antes coge su móvil para contárselo a su mejor amigo –todos los domingos se pierden juntos con sus motos-. Su amigo se le ha adelantado y le ha enviado un mensaje con la ruta del próximo fin de semana. Lo abre, pero no es ninguna ruta motera, es una página en blanco que a los 5 segundos se cierra. Jesús no se lo puede creer. ¿Era ese el 'malware'? Pero, ¿cómo podría el 'malware' saber que ambos suelen salir juntos con las motos?
Jesús está pálido y tembloroso. Ha olvidado consultar los teléfonos de su ex y de su jefe. Espera que sea un error y seguir limpio, no formar parte de ese escenario de pesadilla del que hace unos minutos no se sentía parte. Introduce su número de teléfono, pulsa en buscar y en apenas unos segundos empiezan a salir conversaciones privadas, documentos, un informe médico, aquellas fotos que no debió guardar…
La historia de Jesús es un cuento en el que se han incorporado muchos elementos que vemos en el día a día del mundo de la seguridad informática. Se le han añadido características que aún no hemos visto, como el uso de inteligencia artificial para la propagación de un 'malware', pero que sabemos que veremos y sufriremos en muy poco tiempo.
Es una historia que se puede etiquetar de ciencia ficción de terror cibernético, un escenario que crearía un antes y un después en la sociedad por la exposición pública de la privacidad de millones de personas. La cuestión es: ¿estamos creando el caldo de cultivo perfecto para que algo parecido pueda ocurrir en un futuro no muy lejano?
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.