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JON A. SEDANO
Lunes, 20 de marzo 2017, 21:37
Las quejas del gobierno boliviano a Francia no han surtido efecto. Ubisoft ha logrado lanzar al mercado su visión hostil de Bolivia en un juego donde la acción, el sigilo y la cooperación entre jugadores son los principales ingredientes. 'Tom Clancys Ghost Recon Wildlands' lo tenía difícil. Tenía que competir en su salida con 'The Legend of Zelda: Breath of the Wild' y 'Horizon: Zero Dawn' pero no se ha amedrentado. En varios mercados, como el de Reino Unido, se ha convertido en el lanzamiento más exitoso de 2017, con unas ventas iniciales que lo convierten en el segundo juego de la saga Tom Clancy's que más copias ha vendido, superado solo por 'The Division'.
¿Dónde reside la clave del éxito? En varios factores. El primero es que el juego es multiplataforma, por lo que puede llegar a un mayor público que sus mencionados competidores, y el segundo punto está en su propuesta. La serie de Netflix 'Narcos' ha sido todo un éxito y 'Ghost Recon Wildlands' lleva a los jugadores a ese mundo, aunque se trate de una Bolivia ficticia. El usuario se convierte en líder de la fuerza de élite Ghost que trabaja para el gobierno estadounidense con el objetivo de desmantelar el cartel de Santa Blanca, una organización criminal que se ha hecho con el control del país. Ya sea de forma individual, dando órdenes al resto de miembros controlados por la IA, o de forma cooperativa con hasta tres compañeros más, los jugadores irán destruyendo la estructura enemiga de forma piramidal. Es decir, los primeros objetivos propondrán acabar con miembros de poco poder y con el tiempo se irá escalando a otros más relevantes hasta dar con su líder, conocido como El Sueño.
La estructura del juego, aunque repetitiva, no se hace pesada. Hay tres tipos diferentes de misión: las principales, las secundarias y las de ayuda a los rebeldes. Las primeras son bastante variadas, permitiendo al jugador que las haga o bien de modo sigiloso o mediante acción directa. Aun así, habrá ciertos objetivos que hay que completar sí o sí sin alertar a los enemigos. Secuestro de capos del cártel, destrucción de alijos, limpieza de una zona u obtención de archivos son algunas de las variantes que hay dentro de las misiones principales. En el caso de las secundarias, que suelen ser ataques o robos a vehículos, al completarlas recibiremos recursos que podemos utilizar para mejorar las habilidades de nuestro soldado. Las terceras se dividen en cinco bloques: entrega de vehículo, matones a sueldo, mortero, distracción y reconocimiento. Al realizar cada una de estas misiones iremos mejorando el Apoyo rebelde al que hacen referencia, cuyo objetivo es otorgarnos ayudas a lo largo del juego bajo petición.
Pero como todo bueno juego, también tiene algún fallo. Uno de los aspectos criticables es que las nuevas habilidades que se pueden ir desbloqueando no tienen una rama preestablecida, por lo que los jugadores no tendrán la sensación de tener un rol específico. Pero dejando a un lado este aspecto, 'Ghost Recon Wildlands' ofrece horas y horas de diversión en un mapa cargado de vida y de detalle que diferencia de forma notable sus zonas. Es más, estamos ante uno de los escenarios más grandes que se han visto en la nueva generación de consolas, ocupando la dimensión de unos tres mapas completos de GTA V.
Aunque esta nueva versión sea algo menos táctica que las anteriores entregas, el jugador puede planear todas sus incursiones con cautela: hacer uso de prismáticos para marcar a los objetivos, utilizar drones para llamar la atención de los enemigos hacia una zona o destruir alarmas para que no puedan pedir ayuda son algunas de las opciones que podemos efectuar antes de adentrarnos en batalla.
Por otra parte, la personalización de las armas es muy alta, algo que bebe del juego 'The Division', aunque se aleja de la propuesta de este al abandonar el ingrediente RPG. Todo ello convierte a 'Ghost Recon Wildlands' en una propuesta muy interesante para los amantes de la acción táctica y de los juegos de guerra. La gran cantidad de vehículos y edificios que hay por el mapa ofrecen numerosos momentos de intensidad al poder utilizar casi todo lo que encontramos por el juego, ya sea como cobertura o para generar el caos.
Por último, algo que se echa en falta en la mayoría de juegos es tener un villano a la altura y en esta entrega de Ubisoft han conseguido salvar ese error. El Sueño y la historia que se presenta a lo largo de toda la aventura enganchan al jugador hasta el punto de hacerle partícipe de un relato digno de película, o en este caso, de una gran serie.
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