Muchas son las voces que reclaman el regreso a Málaga de la Lex Flavia Malacitana (tablas de bronce con los estamentos jurídicos inscritos que reconoce el paso de ciudad federada a municipio de derecho menor en el Imperio Romano a finales del siglo I) que ... se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid. Sin embargo, existen otras piezas que merecen también interés en reclamarlas por su importancia en la historia de la ciudad. Uno de los mejores ejemplos lo tenemos en la escultura identificada como Urania encontrada en Churriana, que fue incluida, entre otros reconocimientos, en la obra Mil joyas del arte español de la escritora e historiadora de Arte, María Elena Gómez Moreno.
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A pesar de que no se hayan encontrado datos sobre la fecha exacta de su descubrimiento, se puede afirmar, a través de diversas referencias, que la escultura fue encontrada a principios de la década de los setenta del siglo XIX en los restos de una vivienda del siglo II bajo los cimientos de una casa de recreo en Churriana perteneciente a José Sánchez. (Fuente: La estatua de Urania de Churriana, reencontrada, de Pedro Rodríguez Oliva). Los datos de su descubrimiento los encontramos en el Catálogo del Museo de los Excelentísimos Señores Marqueses de la Casa Loring de 1903, elaborado por el ceutí Manuel Rodríguez de Berlanga y Rosado (1825-1909).
Rodríguez de Berlanga, cuñado de Jorge Loring Oyarzábal, es considerado uno de los más importantes investigadores históricos y arqueológicos del siglo XIX, además de haberlo sido como jurista y epigrafista. Su labor investigadora la centró en las leyes coloniales y municipales romanas de Málaga. Fue muy influyente en preservar y dar a conocer la valiosa colección del Museo Loringiano. Su máximo reconocimiento le vino por sus estudios dedicados a la Lex Flavia Malacitana (su estudio y traducción se publicaron por primera vez en Revista Pintoresca el 21 de marzo de 1853), que le valió para ser nombrado caballero de la Orden de Isabel La Católica en junio de 1853. (Fuente: Las tablas de la Ley de Carmen Pérez para Diario Sur).
En el catálogo citado, Rodríguez de Berlanga afirmó que se halló la estatua «en una posesión de recreo que existe en Churriana a mano derecha, conforme se concluye de subir la cuesta con que termina en aquel pueblo el camino de Málaga. Al zanjear un trozo de terreno de dicha finca rústica, se dio con una antigua alberca y al limpiar su fondo, en un rincón de aquel estanque, cubierta con la lama ya endurecida por los años, apareció la indicada escultura…». El sacerdote e historiador malagueño Manuel Oliver y Hurtado (1831-1892), que fue miembro de la Real Academia de Historia, comentó que también se encontraron otros fragmentos que dan pie a pensar que existió en el lugar «alguna opulenta villa de las muchas que poblaban nuestra Bética, tan floreciente en los tiempos de Domiciano…». (Fuente: La estatua de Urania de Churriana, reencontrada, de Pedro Rodríguez Oliva).
Junto a la estatua identificada como Urania se encontró una cabeza blanca «de unos veinte centímetros de altura que perteneció á una pequeña escultura de mujer, cuyo peinado artísticamente recogido en un rodete, sube á formar un elegante lazo sobre el casco» (Catálogo del Museo Loringiano de Manuel Rodríguez de Berlanga). El tamaño de la cabeza indica que la escultura en su totalidad era de dimensiones mayores que la de Urania. Al ser identificada la escultura de la musa Urania por la esfera que se encuentra sobre el pedestal, es muy probable que esta cabeza de mármol encontrada perteneciera a otra de las ocho musas restantes que posiblemente también estuvieran representadas adornando el jardín, tal como afirma el Catedrático de Arqueología, Pedro Rodríguez Oliva. Esta cabeza datada entre el siglo primero y tercero de nuestra era, a la que a Luis Baena del Alcázar, catedrático de Arqueología, le recuerda a una Venus por el alto moño que presenta su cabello, la podemos observar como obra singular en el Museo de Málaga a pesar del deterioro en el rostro. (Catálogo del Museo Loringiano de Manuel Rodríguez de Berlanga).
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También se expone en la entrada de la sala de Arqueología del Museo de Málaga otra cabeza «de menos altura que la anterior; pero de mayor semejanza por su tamaño y su precioso peinado griego más suelto y menos recogido que el de la precedente, a la cabeza de la misma Urania con la que también apareció reunida». (Catálogo del Museo Loringiano de Manuel Rodríguez de Berlanga). (Agradecimientos a Silvia Maroto Romero del Departamento de Difusión del Museo de Málaga por su colaboración)
Como se ha comentado, la esfera (denominada esfera celeste) en la escultura encontrada en Churriana hizo que los especialistas la identificaran como a Urania, incluido Manuel Rodríguez de Berlanga.
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En la mitología griega, según Hesíodo en su obra Teogonía, Urania es la más joven de las nueve musas (divinidades menores) hijas de Zeus y de Mnemósine (diosa de la Memoria). Estas amenizaban los banquetes de los dioses con sus cantos y danzas.
Solían jugar en el monte Helicón y cerca de las fuentes del Parnaso, donde eran controladas por el dios Apolo. Fueron inspiradoras de poetas y músicos. El término «museo» nos viene del templo de las musas que se encontraba sobre una colina de Atenas, y el término «música» primero al conjunto de las artes de las musas y posteriormente al arte de los sonidos. Además de Urania, las otras musas fueron Calíope (diosa de la Elocuencia), Clío (diosa de la Historia), Erato (diosa de la poesía), Euterpe (diosa de la Música), Melpómene (diosa del Teatro), Polimnia (diosa de los Cantos Sagrados), Talía (diosa de la Comedia) y Terpsícore (diosa de la Danza).
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Urania, que según otras versiones era hija de Urano, es identificada primero como la desarrolladora del arte de la poesía astronómica y a su ciencia en general. Se le atribuye un hijo llamado Lino, cuyo padre es Apolo. A día de hoy su nombre está en diversos observatorios astronómicos (Berlín, Viena, Zúrich, Amberes, etc.). (Fuentes: Diccionario de la Mitología Clásica de René Martín y La Historia de Urania, musa de la Astronomía de Montserrat Villar).
En la Historia del Arte, Urania suele ser representada con una esfera (globo terráqueo), instrumentos matemáticos y de mediciones, corona adornada con estrellas, vestida de color azul (bóveda celeste) con un manto adornado de numerosas estrellas. De estas características, la única que cumple la escultura encontrada en Churriana es la esfera que se encuentra a su derecha.
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La estatua esculpida en mármol blanco está datada entre finales del siglo I y principios del II (Alto Imperio Romano). «Tiene de alto desde la planta del pie, que apoya en el suelo, hasta la parte superior de la cabeza 58 centímetros» (Catálogo del Museo Loringiano de Manuel Rodríguez de Berlanga), desde la base 67 cm de altura, una profundidad de 30 cm., y una anchura máxima de 46 cm. En la base hay un hueco rectangular, donde probablemente estaba nombrada. La musa está elegantemente sentada en una roca con su pierna derecha colocada sobre la izquierda. Apoya el codo de su brazo derecho sobre el muslo elevado para ayudarse a colocar la mano en el rostro. No se conserva el antebrazo del mismo, pero sí hay algunos fragmentos de la mano en la cara que indica lo anteriormente expuesto. Su cabeza está ligeramente inclinada hacia abajo y a la derecha, pareciendo dirigir su mirada hacia la esfera. Su rostro denota cierta melancolía. El pelo ondulado, con la raya en medio, está recogido con un moño a la altura de su nuca. Su vestimenta es un manto con pliegues que se ciñe a su cuerpo. Tampoco se conservan ni el pie derecho ni la mano izquierda en la que posiblemente tenía cogido un instrumento de medición. En el Liebieghaus Museum de Frankfurt existe una escultura muy similar aunque más deteriorada. Se encontró en las termas de Agnano en Nápoles. (Fuentes: La estatua de Urania de Churriana, reencontrada del Anuario de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo; www.man.es).
La escultura, al igual que numerosas piezas arqueológicas, fue trasladada al Museo Loringiano situado en el interior de la finca de la Concepción de los marqueses de Casa-Loring (actual jardín botánico). Desde mediados del siglo XIX, a raíz de la adquisición de las tablas Lex Flavia Malacitana y Lex Salpensana, se empezó a reunir una importante colección en la que destacó la participación y asesoramiento de Manuel Rodríguez de Berlanga (fue el que denominó al museo como Loringiano). Todas las piezas fueron expuestas en un pequeño templo al estilo griego con templete de orden dórico y techumbre acristalada proyectado por el arquitecto alemán Strack y reconstruido por Luigi Leonini en 1858. La longitud era en función del importante pavimento romano «Los Trabajos de Hércules» encontrado en Cártama y también trasladado al Museo Loringiano.
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En 1911 la finca fue adquirida por el matrimonio vasco formado por Rafael Echevarría y Amalia Echevarrieta. Al morir ambos sin descendencia, la heredó Horacio Echevarrieta, hermano de Amalia Echevarrieta. Con el nuevo propietario, probablemente entre finales de la década de los 20 y principios de los 30 del siglo XX sin que se hayan encontrado datos exactos sobre su fecha, la estatua de Urania, junto al mosaico de «Los Trabajos de Hércules», fueron trasladados a Bilbao. El mosaico se instaló como pavimento del mausoleo familiar de la familia Echevarría-Echevarrieta del cementerio de La Galea en Algorta (Vizcaya). Aunque las opiniones e informaciones que corrían sobre el lugar expuesto de la escultura de la musa Urania las situaban también en el mismo mausoleo, realmente estuvo colocada en un salón de la casa de la familia en Bilbao. (Fuentes: La estatua de Urania de Churriana, reencontrada, del Anuario de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo, de Pedro Rodríguez Oliva; Churriana y su pequeña diosa de Francisco Gutiérrez para Diario Sur).
En 2001, Izquierda Unida Los Verdes propuso a la Comisión de Cultura, Turismo y Deporte de la Junta de Andalucía que se tramitara la devolución a Málaga de la escultura de Urania junto al mosaico «Los Trabajos de Hércules». Quince años más tarde, exactamente el 25 de noviembre de 2016, en un pleno extraordinario urgente en el Ayuntamiento de Málaga, se aprobó la solicitud de la corporación política Málaga Ahora de reclamar la vuelta a la ciudad de varias piezas arqueológicas, entre ellas la escultura de la musa Urania: «El Excmo. Ayuntamiento Pleno, por unanimidad de los miembros de la Corporación asistentes a la votación del presente punto, dio su aprobación a la Moción cuyo texto ha sido transcrito con la enmienda formulada y, consecuentemente, adoptó el siguiente acuerdo:
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ÚNICO.- Que el gobierno municipal, en colaboración con la Junta de Andalucía, vuelva a reclamar al gobierno central las tablas de la Lex Flavia Malacitana, la musa Urania, la escultura sedente de Cártama y algunas piezas de la Prehistoria que no están actualmente expuestas, para que engrosen la colección arqueológica del Museo de Málaga». (Acta Sesión extraordinaria y urgente. Excmo. AyuntamientoPleno. Fecha: 25-11-16).
La reclamación de la estatua es al Estado Español, pues desde mayo de 2004 le pertenece al pagar por ella medio millón de euros en una subasta de la casa Christie´s Ibérica de Madrid. Desde entonces, se puede contemplar en la sala XXI del Museo Arqueológico Nacional de Madrid. Del 4 de diciembre de 2006 al 14 de enero de 2007, la musa volvió a visitar Málaga en una exposición dedicada al Teatro en el palacio episcopal. Fue la última vez que la diosa de la Astronomía contempló el cielo de Málaga, bajo el que estuvo casi dos mil años.
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