28 de febrero de 1988. A medida que se acerca la segregación de Torremolinos, en el Ayuntamiento de Málaga crece el interés en torno al futuro municipio que será el número 100 de la provincia. A seis meses vista de esta posible segregación, Torremolinos se preocupa por su futuro teniendo en cuenta su pasado y su presente, relata G. Marín en la edición de SUR del 28F. Finalmente, Torremolinos consiguió la autonomía el 27 de septiembre de 1988 tras un largo proceso vecinal y político. Una caravana de coches colapsó el centro de la localidad en esa histórica jornada. Sus ocupantes lanzaban confeti y serpentina al grito de «¡Ya somos pueblo!, ¡ya somos catetos!». Después de recorrer sus calles, los miembros de la Junta Pro Autonomía colocaron en las proximidades del Campamento Benítez un cartel anunciador del comienzo del término municipal. La segregación puso fin a años de convulsión política. El entonces alcalde, Pedro Aparicio, llevaba un lustro sin hablar de manera institucional con los representantes de la Junta Pro Autonomía, presidida por Pedro Fernández Montes. «Las relaciones no han sido nada cordiales», reconocían. La junta segregacionista, en cumplimiento con sus estatutos, se disolvió cuando las competencias fueron transferidas a la nueva corporación. Tocaba celebrar la independencia y disfrutar de la Feria de San Miguel, inaugurada por última vez por el regidor de Málaga, pero también determinar las lindes, proceso que encontró su mayor escollo en el Cortijo de Mazas. P. GARCÍA
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