La torre de los Verdiales: la atalaya olvidada que fue vital para la vigilancia de Málaga

Han pasado muchos siglos desde que dejó de ser útil, pero ésta, al igual que otras torres vigías que existieron en el perímetro montañoso de la ciudad de Málaga, fue fundamental para la vigilancia y, por tanto, para la seguridad de sus habitantes. También como nodo de comunicación con otras torres del interior. De hecho, además de tener una espectacular panorámica de la ciudad -salvo la zona este-, conecta visualmente con la torre Zambra, ya en término municipal de Casabermeja, otro de los grandes hitos de esa red de comunicación en la época del reino nazarí. Hay que recordar que en aquella época se informaba de posibles acercamientos hostiles usando humo de día y hogueras de noche.

Desde la atalaya de los Verdiales, que debe su nombre actual al partido o zona donde se encuentra, se divisa también buena parte de los valles de los ríos Guadalmedina, Guadalhorce y Campanillas. Esto es posible a su elevación, con unos 550 metros sobre el nivel del mar, de tal forma que tiene vistas a 360 grados. Su localización era clave para la defensa y la vigilancia de Málaga, sobre todo en el período nazarí, es decir, en la última etapa de Al-Ándalus, con el asedio de las tropas castellanas al Reino de Granada.

Aunque hoy se conozca con el nombre de los Verdiales hasta el siglo XVIII al menos su denominación era otra distinta, la de la Reyna. De hecho, era una de las torres mejor conservadas en Málaga junto a la ya mencionada de Zambra y las del Prado -o de la Vega- y el Atabal, que es la que hoy se encuentra entre los distritos de Teatinos y Puerto de la Torre. De hecho, este último barrio debe su nombre a la atalaya.

Al igual que otras torres cercanas, como la de Zambra o del Prado, se considera que pudieron ser levantadas durante el reinado de Mohammed II, segundo rey nazarí de Granada, es decir entre 1273 y 1302), ya que durante su mandato fueron reconstruidas muchas torres y castillos y se hicieron otras nuevas. Además, hay algunos textos históricos que señalan incluso la posibilidad de que en la Reyna hubiera no sólo una torre sino toda una fortaleza anterior.

Al igual que la de Zambra, la de los Verdiales tenía una forma cilíndrica y estaba hecha en mampostería. No hay más remedio que hablar en pasado, ya que la torre está parcialmente derruida. Todo lo contrario que su hermana de Casabermeja, que se restauró hace años y se ha convertido en un excelente mirador y la recompensa para quienes hacen la ruta de senderismo homónima. En el caso de la antigua torre de la Reyna, el pequeño cerro donde se encuentra es de titularidad privada, aunque aparece como uno de los yacimientos arqueológicos a proteger por el Plan General de Ordenación Urbana del Ayuntamiento de Málaga.

Incluso en 2001 se anunció un plan para recuperar hasta cinco torres medievales de la ciudad, aunque sólo se quedó en la primera, la del Atabal, que se ha vuelto a poner en valor con la mejora de sus accesos e incluso su iluminación nocturna. Las otras pendientes, además de la de los Verdiales, son las de la Quirosa, Campanillas y Las Palomas.

La torre de los Verdiales es perfectamente visible desde el sendero antes mencionado entre Puerto de la Torre y Ciudad Jardín, homologado como pequeño recorrido -PR-A-114-. Justo a sus pies parte el camino que lleva hasta la ermita de los Verdiales, uno de los templos religiosos vinculados al folclore más autóctono de Málaga y los Montes, donde peregrinan cada año cientos de malagueños.