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RODRIGO CARREÑO
Domingo, 8 de agosto 2021, 02:00
El año 1907 marcó un cambio de rumbo en la telefonía española, ya que se promulgó la Ley de Telecomunicaciones de Juan de la Cierva ... y Peñafiel que pretendía vertebrar el servicio telefónico español, dotándolo de un marco legislativo consistente. Al mismo tiempo, a nivel local, también supuso un punto de inflexión, pues finalizaba el plazo de concesión del servicio urbano en Málaga, y se estableció una subasta pública para renovarla.
La citada subasta se publicó en la Gaceta de Madrid del 13 de septiembre de 1907, pero quedó desierta, volviéndose a convocar por Real Orden de 13 de noviembre de ese mismo año. Esta vez sí hubo postores y la licencia recayó en Santiago Magdaleno, que también obtuvo la de Córdoba. El nuevo concesionario mantuvo en un principio la Central de la Red Telefónica de Málaga en la calle Jerónimo Cuervo, 8. Invirtió además en la renovación de los cuadros urbanos y los terminales telefónicos para dotar de mayor calidad al servicio urbano, como relata la prensa de la época (La Unión Ilustrada, 24 de abril de 1910).
Sin embargo, el acontecimiento de mayor relevancia para el servicio telefónico en Málaga y su provincia lo constituyó el establecimiento en Málaga de la Compañía Peninsular de Teléfonos en 1911. Esta empresa fue fundada en Barcelona en 1894, y contribuyó decisivamente en la creación de una red telefónica interurbana a nivel nacional. El día 3 de enero de 1911 tuvo lugar en Málaga la inauguración de la sede la Compañía Peninsular de Teléfonos, situada en la calle San Juan de los Reyes, 12 y 14, bajo la dirección de Javier Calderón. A la misma, asistieron las autoridades de la ciudad, y representantes de numerosos colectivos locales, además de la prensa.
La Peninsular acometió la construcción de varios circuitos interurbanos que conectarían Málaga con el resto de provincias, como el que la unía con Algeciras y La Línea de la Concepción. En la estación telefónica de Málaga se establecían conferencias con las principales ciudades españolas. El coste de las mismas oscilaba por cada tres minutos entre 1 peseta 25 céntimos minutos con Córdoba, 2,25 con Sevilla, 7,25 con Barcelona y Bilbao, hasta los 8,25 con Madrid. Además, se ofertaba el servicio de telefonemas, que tenían las mismas tarifas que los telegramas.
Los avances del servicio telefónico en la provincia fueron escasos. Aunque en 1921 se produjo un intento, por iniciativa de la Diputación Provincial para llevar el teléfono a los pueblos a comienzo de los años veinte, el proyecto fracasó. En 1923, tan solo disponían de teléfono en cuatro localidades: Álora, Antequera, Estepona y Pizarra, además de la capital.
En los primeros años de la década de los veinte, antes del establecimiento de la Compañía Telefónica Nacional de España (1924), la central telefónica se había trasladado a la calle Calderería, número 8. Resultaba muy visible su elevado templete, hacia el cual se dirigían todos los cables telefónicos aéreos, que recorrían el centro de la ciudad. A principio de enero de 1926, se produjo un incendio en el edificio, originado en la torreta, debido probablemente a la deficiente conservación.
Como ocurriera con la concesión anterior, las inversiones en infraestructuras y equipamiento en los últimos años fueron escasas, por lo que la red resultaba anticuada y defectuosa. Además, las tarifas eran muy elevadas. Esta situación derivó en quejas y reclamaciones de los usuarios que se canalizaron a través de la Cámara Oficial de Industria, Comercio y Navegación de Málaga. En 1923, esta institución elevó una queja a la Dirección General de Correos, que acabaría con una inspección a cargo del jefe de Telégrafos a la Red Urbana, que finalmente requirió que se subsanasen todas las deficiencias. Así mismo, la cámara malagueña mantuvo enfrentamientos con la Compañía Peninsular de Teléfonos, a causa de la subida de tarifas del servicio interurbano.
La situación del servicio telefónico en Málaga se encontraba en el escalafón más bajo a nivel nacional. En un informe realizado por los responsables de la ITT ('Extracto del estudio y Memoria sobre la reorganización telefónica de España'), con datos de finales de 1921, Málaga capital, que contaba con una población de 151.500 habitantes, sólo disponía con 638 teléfonos (4,2 por mil habitantes), frente al porcentaje de 14,5 por mil de Barcelona, el 13,6 por mil de Madrid o el 6 por mil de Sevilla.
La Red Urbana de Málaga, que explotaba el servicio urbano, y la Compañía Peninsular de Teléfonos, que hacía lo propio con el interurbano, siguieron operando en Málaga hasta que, en septiembre de 1924, cuando fueron adquiridas por la CTNE.
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