La sonada boda de Lolita con Furiase en Marbella

Fue un evento que dejó huella y cuyo desarrollo llenó páginas de revistas y periódicos el 25 de agosto de 1983. Tanto que el «Si me queréis, irse» sigue vivo en el recuerdo. Aquella jornada lo tuvo todo para ser el caldo de cultivo de uno de los días que más páginas de prensa habían protagonizado, contaba en SUR Belén García.

Lolita (Dolores González Flores e hija de La Faraona para todos) trataba de contraer matrimonio con el argentino Guillermo Furiase en el templo marbellí de La Encarnación. Con aforo para unas mil personas eran más de cinco mil las que abarrotaban la iglesia aquel 25 de agosto aunque el calor castigase con dureza. Uno no se pierde una boda haga el tiempo que haga, y menos la de un famoso. Seguramente Lola Flores, con casa en Marbella, era una habitual de la ciudad y había mostrado su devoción por ella en múltiples ocasiones, desearía ese día encontrarse en Alemania, por poner un ejemplo y no haciendo frente al descarado carácter andaluz. De poco sirvieron sus gritos al aire, su denuncia de que «mi hija no se puede casar» o las críticas al país entero. De allí no se movía ni un alfiler.