Hoy nos toca hablar de un poeta preterido, al menos hasta que su primo Baltasar Peña Hinojosa publicara sus poesías en 1974. Su vida fue breve pero intensa, ya que murió asesinado con solo 31 años. Autor de la Flor de California, fue uno ... de los promotores de la revista Litoral.
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José María Hinojosa Lasarte nació en Campillos en 1904. Era el tercer hijo de una familia de acomodados terratenientes, con fincas en la comarca que limitan las provincias de Málaga, Córdoba y Sevilla. Aunque al lector le parezca inaudito, los Hinojosa descendían por línea directa del mismísimo Moctezuma, el último emperador azteca, según demuestra documentación existente en el Archivo de Indias. Sus padres tuvieron en 1911 el primer automóvil que circuló por Campillos. Era un Ford con la matrícula MA-58, que conducía un mecánico alemán al que tuvieron que contratar porque nadie sabía por aquel entonces manejar un artilugio tan moderno y sofisticado.
Cuando Hinojosa tenía seis años, su familia se trasladó a vivir a un cortijo en Alameda. Son años fundamentales para la formación de la personalidad del poeta, en los que el contacto con el campo y sus faenas le marcaron profundamente. En 1914, al cumplir los diez años, sus padres le matricularon en el internado del colegio de San Fernando, en la malagueña calle Victoria número 9. También estudió en el viejo instituto de la calle Gaona y curiosamente hizo el examen de ingreso el mismo día que Severo Ochoa. En el instituto fue alumno del exigente profesor Alfonso Pogonoski, quien le puso matrícula de honor en su asignatura de Historia de la Literatura.
Fue en el instituto donde conocería a los jóvenes poetas Manuel Altolaguirre y José María Souvirón, que tenían solo un año menos que él. Juntos fundaron la revista Ambos en 1923, de vida efímera, pero en la que se publicaron dibujos de Picasso, greguerías de Gómez de la Serna y poemas juveniles de Lorca. Sin embargo, ¿de dónde le viene a José María Hinojosa su inclinación por la poesía? Su amigo Altolaguirre tenía una teoría que a nosotros nos parece, por lo menos, curiosa. Emilio Prados era novio de Blanca Nagel, prima de Altolaguirre. Como Prados enfermó de tuberculosis, padecimiento grave para la época, al parecer la familia de Blanca puso obstáculos a esta relación. Blanca iniciaría un noviazgo con Francisco Hinojosa, el hermano mayor de José María, con quien se acabaría casando. Y según Manuel Altolaguirre, «la venganza de Emilio Prados consistió en hacer que José María Hinojosa se hiciera poeta», una afición que no era muy del agrado de su familia.
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Observará el atento lector que para nada hemos hablado en estas líneas de los amores de Hinojosa. Ella se llamaba Ana Freüller Valls, era cinco años más joven que el poeta y pertenecía a la alta sociedad malagueña. Ana Freüller era todo un personaje y está considerada como la pionera de la aviación en Málaga. Con Ana tuvo José María una relación complicada, cuando no tormentosa, con sus rupturas y reconciliaciones. Según le reconoció a Alfonso Sánchez, iban a casarse en 1937, pero más adelante, en la misma conversación, afirmaba que nunca fueron novios: «Yo le hice daño, pero es que él era muy idealista». Lo definía como «entretenido, culto, buen conversador, pero sobre todo tenaz e insistente». En cambio, en una entrevista concedida a José Vicente Astorga en 1991, ni siquiera nombra al poeta de Campillos. Ana Freüller se casó con Luis Poggio. En sus terrenos de Campanillas se construyó el polígono San Luis. Falleció en 1995. Alfonso Sánchez recrea su historia de amor con Hinojosa en su libro 'El buzo y la aviadora'.
Dos viajes marcaron la vida de José María. En 1925 estuvo en París con su familia y en lo alto de la Torre Eiffel le confesó a su padre que había publicado su primer libro de poesía. En París Hinojosa se convirtió en el primer poeta surrealista español. Les envió a sus amigos un manifiesto en el que se atacaba la propiedad, la familia y el clero. En 1928 estuvo en Moscú, de donde volvió desilusionado. Entonces se refugió en su familia. Vivía entre dos luces (así se llamó la exposición organizada con motivo del centenario de su nacimiento): entre las vanguardias y el surrealismo, por un lado, y la ideología conservadora de su familia y de su círculo social, por otro. Para algunos, como Moreno Villa, era «un poeta pardillo deslumbrado por una larga estancia en París». Lo consideraban un millonario dedicado a la literatura como mero pasatiempo.
Altolaguirre contaba, en cambio, que «era el más alegre de todos. Quien nos reunía a todos en nuestra juventud era Hinojosa que, por tener automóvil, en él nos paseaba. Unas veces nos llevaba a sus fincas y otras a lugares pintorescos de nuestra provincia. En esos paseos, Lorca recitaba versos». Según Altolaguirre, el que fuera rico y generoso despertaba algunas envidias. Los amigos de la Generación del 27 lo llamaron el poeta «ya está», porque al recitar un poema siempre acababa diciendo «ya está». Juan Ramón Jiménez se refería a él como «»el vívido, gráfico, poeta agreste». Lorca le decía «la colodra carpetovetónica».
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El 24 de julio de 1936 Hinojosa fue detenido. El 22 de agosto la aviación franquista bombardeó los depósitos de la Campsa. En represalia, 46 presos fueron fusilados en las tapias del cementerio de San Rafael. Entre ellos José María Hinojosa con su padre y su hermano. Y Luis Altolaguirre, hermano del poeta. Cuatro días antes habían fusilado en el barranco de Víznar a Federico García Lorca.
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