Al fondo, los Mellizos. Puerta Nueva. Archivo Municipal de Málaga
A la sombra de la historia

Recuerdos de la Calle Compañía

Miércoles, 30 de agosto 2023, 00:06

Me encuentro hoy con Antonio Blanca García (1935) y Miguel Ángel Piédrola Orta (1944), veteranos comerciantes que tuvieron sus tiendas en la calle Compañía (Los ... Mellizos y Río de la Plata), para que me cuenten sus recuerdos de esta vía tan próspera y comercial. La calle Compañía, que une el Guadalmedina con la plaza de la Constitución, fue antaño vía de entrada a Málaga para quienes llegaban desde muchos pueblos del interior en taxis, autobuses o desvencijados camiones. No en vano aquí acababa el camino de Antequera. Mientras las mujeres se dedicaban a hacer sus compras, los maridos se iban a la barbería y a darse un garbeo por la calle Camas. Algunos no se atrevían a entrar en Almacenes Mérida por temor a sus modernas escaleras mecánicas y preferían bajar las más seguras de la Tribuna de los Pobres.

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La calle Compañía en los años sesenta, setenta e incluso ochenta del siglo pasado era todo un bullicio de gente que entraba por Puerta Nueva, donde abría el famoso parador de San Rafael, punto de reunión de transportistas, aldeanos, arrieros y negociantes.

En su puerta paraba la diligencia de Colmenar, que muchos utilizaban para desplazarse a las casas de los Montes de Málaga. Por su trasiego fue, junto a calle Nueva, una de las más comerciales de Málaga. Recuerda Miguel Ángel Piédrola que cuando su padre mandaba un mozo para algún recado a la otra tienda de la calle Carretería, le indicaba que no fuese por Compañía, sino que lo hiciera por Especería y Cisneros, vías más despejadas.

Calle Compañía fue antiguamente conocida como la de las Guardas, porque muchas de sus casas fueron asignadas a los escuderos de las guardas. Tenía a su entrada una mezquita, que luego fue convertida en ermita de San Sebastián y entregada a los padres de la Compañía de Jesús a finales del siglo XVI, religiosos que acabaron dándole nombre, aunque hubo un tiempo, a principios de la anterior centuria, que esta arteria se bautizó como del Marqués de la Paniega, denominación que fue pronto suprimida.

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La calle Compañía también fue conocida por sus casonas palaciegas, como la que se levantaba en la actual plaza de San Ignacio, residencia oficial de los gobernadores de Málaga, o la de los condes de Villalón, hoy Museo Thyssen-Bornemisza, con su pasadizo lateral sobre la calle de los Mártires.

Famosa también por sus tiendas de quincalla o por sus cafés cantantes –el Suizo–, en esta calle se iniciaron en las artes comerciales los Larios. Recordemos algunos de sus afamados comercios: Juguetes Carrión (que aquí tuvo su primera tienda), las ferreterías Leiva y Luque, Calzados Serrano, Droguería Iberia, Casa Amo, Suprema, la farmacia El Globo, Ecodulces, Romero de la Cruz, Bazar X, las camiserías Valor y Blanco y Negro…

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Somos conscientes de que nos dejamos muchas en el tintero que los lectores nos ayudarán a recordar. Sobreviven hoy la farmacia Puerta Nueva (fundada en 1906), el estanco Puerta Nueva (1936), Joyería Florido (1939), Novias Gioconda (1950), Confecciones Montañez (1957), Pleximar (1957) y Málaga Musical (1980).

Encabezado de una carta de Evaristo García, fundador de Los Mellizos Archivo de Antonio Blanca

Los inicios de la feria del Centro

Recuerda Miguel Ángel Piédrola cómo surgió la feria del Centro en los años ochenta del pasado siglo. Cuando los comerciantes de la calle Compañía se enteraron de que El Corte Inglés había instalado una pequeña recreación de la Feria de Málaga, pensaron en hacer lo mismo en Puerta Nueva. (Aclaremos que en este lugar ya hubo antiguamente puestos de Navidad y otros para la venta de pavos o sandías, según la estación. Incluso hubo en 1830 una pequeña plaza de toros). Cada comerciante puso de su bolsillo cinco mil pesetas con las que instalaron en Puerta Nueva unos carricoches y una tómbola. En las tiendas se invitaba a los clientes a una copita de vino o una tapa de jamón. Pronto copiaron la idea algunos negocios de otras calles y las cofradías, que montaron sus propias casetas. Esta iniciativa es una buena prueba de la hermandad y buena relación que hubo entre los comerciantes de esta arteria tan principal del Centro. En 1989 recibieron el premio a la mejor iniciativa empresarial del año de la ciudad de Málaga por el embellecimiento y limpieza que promovieron en la calle Compañía.

Los Mellizos fue fundada en 1920 por Evaristo García Molina, natural de Rute. Unas pinturas rescatadas recientemente en su fachada anunciaban: «Establecimiento de tejidos, artículos de punto, confecciones». Antonio Blanca García heredó este singular comercio de su abuelo y su madre, Ana María García Prieto. Allí paraban las mujeres de los pueblos para comprar telas con las que hacerse su ajuar, confeccionar sábanas o incluso ropa interior. Desde Antequera la fábrica Dólar le surtía de pijamas. También vendió muchos impermeables y pellizas, necesarios en inviernos más fríos y lluviosos. Desde la puerta de su tienda veía parar casi a diario el taxi de Mateo, el de Colmenar. Antonio Blanca, lector de Sur desde los años cuarenta, estuvo trabajando en su comercio la friolera de 64 años. Los Mellizos cerró en 2017.

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Anuncio de la tienda de Evaristo García Molina F. A.

Andrés Piédrola Borgel había fundado Río de la Plata el 26 de agosto de 1927, en la calle Especerías. Su hijo pequeño, Miguel Ángel, me enseña de aquellos tiempos gloriosos una lámpara de Petromax, que funcionaba quemando parafina. En 1966, con veintidós años, se hizo cargo de una de las sucursales de Río de la Plata abierta en Carretería, hasta que se estableció por su cuenta en calle Compañía. Se especializó en la confección y venta de trajes de novios y de ejecutivos. Ha vestido a cinco alcaldes de Málaga (García Grana, Cayetano Utrera, Luis Merino, Pedro Aparicio y Francisco de la Torre), a Manuel Alcántara, Javier Conde o Carlos Álvarez. Incluso al hombre más alto de España: para tomarle las medidas tuvo que subirse a una silla.

Ha organizado desfiles de modelos e incluso un concierto, celebrado en la misma calle, con motivo de los ochenta y cinco años de la fundación de Río de la Plata.

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