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Por más que he indagado y preguntado entre antiguos alumnos, nadie recuerda el paso de un príncipe por las aulas del viejo colegio de San ... Agustín. Debían de saberlo solo los agustinos y pocos más. Pero no podemos dudar de la veracidad de esta noticia porque el Diario Sur la recogió en su momento, como enseguida veremos.
Miguel de Schleswig-Holstein Sonderburg-Glücksburg: este es el nombre completo de Miguel de Grecia. Es primo de la reina Sofía y, por tanto, tío de nuestro actual monarca, Felipe VI, además de nieto del primer rey de Grecia, Jorge I. Nació en Roma el 7 de enero de 1939 y cuando solo tenía un año falleció su padre, el príncipe Cristóbal de Grecia, que había llevado una vida ociosa en Roma hasta que se arruinó. Su esposa, Francisca de Orleans, tuvo que posar entonces en fotos publicitarias, lo que provocó cierto escándalo en la época. Al morir su marido en 1940, la viuda se trasladó a Larache, porque allí los Orleans tenían propiedades y, más tarde, a Tánger, ciudad internacional y cosmopolita en los años de la Segunda Guerra Mundial. Desde entonces, se encargó de la tutela del chico su tío Enrique de Orleans, conde de París y duque de Francia, pretendiente al trono francés.
Según parece, en los últimos años de la contienda mundial, la familia llegó a Málaga y fijó su residencia en el Hotel Miramar, el único de la ciudad adecuado a su alto rango y donde ya existió, en los años veinte del pasado siglo, una Residencia Real. Es por aquellos años cuando Miguel de Grecia fue alumno del Colegio de San Agustín, que tuvo un importante crecimiento en la década de los años cuarenta hasta convertirse en uno de los mas prestigiosos de Málaga. No se conserva en los registros consultados el nombre de ningún Miguel Schleswig-Holstein ni de Miguel de Grecia. Quizá el príncipe se registrara en el colegio con otro nombre para pasar desapercibido; no lo sabemos. En San Agustín el príncipe estudió los cursos de primaria, entre 1944 y 1948. Cuando Miguel de Grecia cumplió los diez años, marchó de Málaga para fijar su residencia en París, ciudad en la que actualmente vive.
Muy buenos recuerdos tuvo que dejar nuestra ciudad en el joven príncipe, pues el 15 de septiembre de 1955, al visitar Málaga procedente de Granada, lo primero que hizo fue dirigirse al Colegio de San Agustín para recordar sus años de infancia. «Los diplomas obtenidos por sus brillantes calificaciones son para él objeto de singular estima. Finalizados sus estudios, desearía regresar a Málaga: el carácter andaluz y su clima le encantan». Así lo recogió el Diario Sur, que también añadía que su madre, Francisca de Orleans, dejó en Málaga unos excelentes recuerdos por sus obras de caridad. Nos parece interesante, por su interés histórico, reproducir la noticia tal y como la contaba entonces la revista del colegio:
El 15 de septiembre, acompañado de su tío el conde de París, llegó a Málaga nuestro antiguo alumno, el príncipe Miguel de Grecia. Horas después se trasladó al colegio, siendo objeto de un cálido recibimiento. No en vano, han pasado seis años: su fisonomía idéntica, pero duplicada su estatura. «Conservo, dijo, con singular estima, los diplomas que recibí en las solemnes distribuciones de premios; siempre me resultaron fiestas simpáticas y nunca las podré olvidar».
El padre Silverio Torre fue su profesor y le daba clases particulares de refuerzo al terminar cada jornada. Conserva Miguel de Grecia la foto del día de su primera comunión, que reproducimos en estas páginas. En el patio del colegio posa acompañado de su tío, el conde de París, y de su madre. A la izquierda el P. Victorino Merino, director, y a la derecha el P. Silverio. Miguelito viste un sobrio traje de chaqueta oscuro y lleva en el brazo un lazo blanco, en recuerdo de su padre fallecido.
En sus memorias describía la España de entonces «miserable, salvaje, indomable y orgullosa, a una distancia planetaria de la España de hoy, desarrollada, opulenta, abierta a todos».
El príncipe Miguel de Grecia se casó en 1965 con la escultora griega Marina Karella. Su boda fue la última que se celebró en el Palacio Real de Atenas. Tuvieron dos hijas, Alejandra y Olga Isabel. Actualmente vive en París, aunque mantiene una residencia en la isla griega de Patmos. Miguel de Grecia es historiador y novelista y ha publicado libros sobre sus ancestros, Juana de Arco o los últimos zares de Rusia. Suyo es el descubrimiento de la rama desconocida de los Borbones de la India, uno de los cuales llegó a ser rajá.
El príncipe Miguel de Grecia es uno más de los excéntricos en la Costa del Sol que estudian en su libro José Luis Cabrera y Carlos Pranger. Los autores recogen de las propias memorias de Miguel de Grecia algunas curiosidades que reflejan la dura vida de la posguerra. Las aristócratas enjoyadas, con vestidos de seda anteriores a la guerra, se reunían en el comedor del Hotel Miramar para tomar el té y pasteles rancios que a ellas les parecían sublimes. A la hora del almuerzo, una legión de mayordomos servía un escaso menú. Eran los años del hambre.En el hotel era atendido por dos criadas. En la sala de juego, el cónsul de Rumanía enseñó a jugar al billar al príncipe, subido en una banqueta por su corta edad. Miguel de Grecia también recordaba ver las procesiones de Semana Santa desde un balcón de la calle Larios o la multitud que aclamaba al torero Manolete al salir del Miramar. Cuando se alojaron las reinas de Bélgica y de Italia, estuvo todo el día anterior ensayando besamanos y reverencias.
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