Del monumento libertado al libertador floreado

Albas y ocasos ·

Tal día como hoy nacía la neoyorquina Estatua de la Libertad, y moría Camilo Cienfuegos

maría TERESA LEZCANO

Málaga

Domingo, 28 de octubre 2018, 01:07

Tal día como hoy nacía, oficial y presidencialmente, la neoyorquina Estatua de la Libertad, y moría no menos oficialmente Camilo Cienfuegos, personaje paradigmático de la Revolución Cubana conocido como Comandante del Pueblo o Señor de la Vanguardia.

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ESTATUA DE LA LIBERTAD. 28-10-1886

El veintiocho de octubre de 1886 nacía oficialmente, inauguración presidencial mediante, La Libertad Iluminando el Mundo, monumento más conocido como Estatua de la Libertad, que alzó sus cuarenta y seis metros de piel de cobre bajo la que se solapaban las vértebras de hierro diseñadas por Monsieur Eiffel – noventa y tres si se le sumaba el pedestal – y su cabezón de cinco metros de alto por tres de ancho en el que destacaban unos labios de noventa y un centímetros y unos ojos de setenta y seis cada uno, junto a la neoyorquina desembocadura del río Hudson. Concebida y construida como un obsequio de los franceses al pueblo norteamericano para conmemorar el Centenario de la Declaración de Independencia estadounidense, Libertad llegó, con diez años de retraso y a bordo de una fragata en la que atravesó el Atlántico deslibertada en trescientas cincuenta piezas que fueron reagrupadas en la isla de Bedloe, posteriormente reconvertida en isla de la Libertad en honor a su gigantesca habitante cuyo brazo erecto culminado en antorcha era visible a treinta y nueve kilómetros. Con los años y las erosiones, a Miss Liberty la piel de color bronce se le puso de un tono cardenillo, que viene a ser como un turquesa apagado, aunque nadie quiere rejuvenecerle la epidermis porque las marcas de su cuerpo testimonian del correspondiente paso del tiempo; otro asunto fue el del esqueleto de hierro que le confeccionó Monsieur Eiffel, que sí tuvo que ser sustituido hueso a hueso por su equivalente en acero inoxidable, ya que la pobre Liberty tenía los fémures y las rótulas corroídos a causa del reúma dispensado por la hudsoniana humedad y estaba en un ay artrítico que se nos derrumbaba de puro óxido. También le renovaron el húmero y el cúbito derechos, que de tanto sostener la antorcha se le habían disuelto en caldo reumático, y asimismo la propia antorcha, que ahora brilla en resistente teflón mientras los estados de Nueva York y Nueva Jersey se disputan la titularidad de su foco. Here comes the sun, que dirían The Beatles.

CAMILO CIENFUEGOS. 6-2-1932 a 28-10-1959

Setenta y tres años después del nacimiento neoyorquino de Miss Liberty, moría en el Mar Caribe Camilo Cienfuegos Gorriarán, una de las personalidades más paradigmáticas de la Revolución Cubana junto con Fidel Castro y Ché Guevara y uno de los fundadores del denominado Ejército Rebelde. Conocido como Comandante del Pueblo, Señor de la Vanguardia y Héroe de Yaguajay, Cienfuegos había sido el último elegido para la expedición del ya histórico yate Granma que zarparía de México hacia Cuba para dar comienzo a la revolución aunque, como no tenía entrenamiento militar suficiente, fue enviado al campamento de Abasolos para recibir clases en guerra de guerrillas, que viene a ser una forma muy entretenida de pelear, ya que vas incordiando al enemigo, poco pero a menudo, hasta que el guerrilleado acaba por decirte, tú ganas, so cansino. Tras su bautismo de fuego en 1956, Cienfuegos fue ascendido a capitán en Sierra Maestre y en comandante tras su hostigamiento a las comunicaciones de Batista, y cuando éste tomó las de Villadiego cargado con el botín amasado durante su dictadura que él calificaba eufemísticamente de «pentarquía», en jefe supremo del Ejército Revolucionario. Con la victoria le llegó paradójicamente la muerte, en forma de accidente aéreo cuyas extrañas circunstancias nunca han sido dilucidadas: mientras regresaba de Camagüey a La Habana a bordo de su avión Cessna 310, continente de aluminio y contenido de homo sapiens desaparecieron sin dejar rastro ni emitir una señal de auxilio previa y, si bien toda Cuba se movilizó en busca de su héroe, ni homínido despanzurrado ni aluminio en pedazos aparecieron jamás. Los rumores en cambio no han cesado desde entonces: que si Fidel lo suprimió sutilmente por un quíteme allá esas barbas guerrilleras; que si Raúl Castro lo mandó derribar por incompatibilidad de caracteres habaneros; que si el propio Cienfuegos, anticipando los futuros desencuentros políticos o quizá ya más que desencontrado, huyó de la isla para reubicarse geográfica e identitariamente... El caso es que desde entonces, cada veintiocho de octubre, aniversario del día en que desapareció no se sabe dónde ni cómo, su figura es conmemorada en todos los pueblos y ciudades de Cuba lanzando flores, ante la ausencia de pistas fehacientes sobre su destino real, a ríos y mares patrios. Como dicen por aquellos lares caribeños, «rema, rema, que aquí no pican».

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