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Franco saluda a José Antonio Girón. Archivo SUR
Los ministros de Franco y la Costa del Sol

Los ministros de Franco y la Costa del Sol

A la sombra de la historia ·

Domingo, 31 de julio 2022

En la pasada feria del libro tuve la oportunidad de conocer un libro fascinante: 'Nazis en la Costa del Sol'. Pude charlar con su autor, José Manuel Portero, largamente sobre este tema, bastante desconocido para el gran público. Gracias a su documentado estudio hemos extraído algunos datos curiosos para el siguiente artículo.

En Marbella tuvieron casa Ramón Serrano Suñer, ministro de Exteriores y cuñado de Franco, o Raimundo Fernández Cuesta, ministro-secretario general del Movimiento. Este último se construyó un chalé en la zona de Guadalpín y, cuando fue necesario expropiarle parte de la finca para ampliar la Nacional 340, este se negó y hubo que trazar una curva para sortear su parcela, conocida como la curva de la vergüenza. El ministro Girón y el banquero Ignacio Coca fueron los impulsores de la urbanización Los Monteros. Allí tuvo su casa otro ministro: José Solís. A Carmencita Franco, la hija del Generalísimo, Ignacio Coca le regaló una parcela de diez mil metros cuadrados en Los Monteros. Así lo contaba la hija del dictador: Vimos la finca y nos dijo: «Os voy a regalar el terreno y vosotros os hacéis la casa al lado del campo de golf». Era una hectárea. A los pocos meses se construyó una casa, que se llamó Villaverde.

Construcción de la casa de Girón a los pies del Castillo de Sohail. Archivo de José Manuel Portero

El banquero Coca fue uno de los que invirtió en la construcción de la Clínica Incosol y la puso bajo la dirección de Cristóbal Martínez-Bordiú, yerno de Franco.

Pero, sin duda, quien más ligado estuvo a la Costa del Sol fue José Antonio Girón de Velasco, el ministro que más tiempo ocupó carteras con Franco. Había empezado su carrera política al servicio de Muñoz Grandes. Este general, cuando estuvo al frente de la División Azul, utilizó como traductor a Hans Hoffmann, quien se convertiría en un miembro destacado del partido nazi y en peligroso agente de la Gestapo. Los aliados lo incluyeron en la lista de los 104 nazis más buscados en España. Franco, por supuesto, nunca lo entregó. Hoffmann y Girón realizaron suculentos negocios en Fuengirola, utilizando como parapeto los nombres de sus mujeres, para no levantar sospechas.

Cuenta el periodista Damián Bernal (Sur, 1/6/1992), que a Girón se lo disputaron los ayuntamientos de Marbella y Fuengirola y hasta hubo momentos de tensión entre ambas localidades. En Fuengirola, «compró una inmensa finca en la zona de Santa Amalia, que vendió posteriormente a un precio astronómico en comparación con la inversión inicial». El asunto sucedió de la siguiente manera: Una familia de campesinos, propietaria de unos terrenos frente al mar, en la margen del río, reciben una visita de un agente municipal para anunciarles que el Ayuntamiento pretende expropiar su finca. Gran disgusto, porque todos saben que el Consistorio o no paga o lo hace tarde y mal. Al poco, apareció por su finca una señora extranjera que les propone comprar los terrenos. La cantidad era pequeña, pero más vale pájaro en mano que ciento volando, pensarían los agricultores. Y que luego ella se pelee con el Ayuntamiento en lo de la expropiación. Les ofrecía quince mil pesetas por comprar 36.900 metros cuadrados al lado de la playa. Según otras fuentes (Diario 16, 21/4/1977), el Ayuntamiento presionó a los dueños de la finca con expropiarles si no vendían el terreno. La compradora era una alemana que se llamaba Eva Wochler, esposa de Hans Hoffmann. Al año de la compra vendió la finca por la misma cantidad de quince mil pesetas a María Josefa de Larrucea y Samaniego, mujer de José Antonio Girón. Curiosamente, el Ayuntamiento nunca llegó a expropiar los terrenos. Esto acaeció siendo alcalde de Fuengirola Salvador Sáenz de Tejada Moreno.

El famoso chalé de Girón en Fuengirola

En 1975 el exministro edificó una vivienda de mil metros cuadrados en una parcela de catorce mil. El problema no hubiera pasado a mayores si el conocido chalé no estuviera levantado al pie del castillo de Sohail, monumento nacional, y sobre un yacimiento arqueológico protegido. El Colegio de Arquitectos de Andalucía Oriental protestó en su día, pero las quejas no sirvieron de nada. Según se cuenta, la casa dispone de un búnker. Se construyó de tal manera que sus inquilinos quedan protegidos de miradas indiscretas, a pesar de estar en primera línea de playa. José Antonio Girón pasó los últimos cuarenta años de su vida en Fuengirola y veinte en esta casa. Tras su fallecimiento, en 1995, la propiedad fue vendida. El que fuera conocido como 'el león de Fuengirola', por el arrojo que ponía al hablar, fue para muchos uno de los descubridores de la Costa del Sol. Sin embargo, el Ayuntamiento de Fuengirola decidió no implicarse en sus honras fúnebres, a las que asistieron Tejero, Utrera Molina o Serrano Suñer, acompañados por simpatizantes con camisas falangistas que entonaban el Cara al sol.

Al parecer, en un principio Girón quería abrir unas granjas agrícolas en esta finca y fue el propio Hoffmann quien le convenció de que el negocio inmobiliario les podía rentar pingües beneficios. Como señala José Manuel Portero, la señora Larrucea se supo desenvolver bien en estos negocios, ocultando así el nombre de su ilustre marido. Fue presidenta de tres sociedades: Proimasa, Iberosur S.A. y Boquetillo S.A. De esta última era accionista el alcalde de Fuengirola, Clemente Díaz Ruiz. El lector debe suponer que esto último es solo una casualidad.

Las inversiones inmobiliarias del exministro franquista trascendieron a la prensa nacional. En 1976, lógicamente ya fallecido Franco, el periodista Miguel Ángel Aguilar publicó un polémico artículo con el título 'Urbaniza, que algo queda', sobre la supuesta especulación con unos terrenos en el Paseo Marítimo de Fuengirola. Girón demandó al periodista y solicitó para él cuatro años de prisión, tres de destierro y una multa de quince millones de pesetas. El tribunal absolvió al periodista y solo le obligó a pagar una indemnización de quince mil pesetas. Salió a precio de saldo.

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