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Pésame enviado por el partido Unión Republicana. SUR
¿Quién mató al presidente de la Diputación de Málaga?

¿Quién mató al presidente de la Diputación de Málaga?

El socialista Antonio Román Reina fue asesinado en junio de 1936 sin que se esclareciera quien disparó la bala

Domingo, 5 de enero 2020, 00:34

Antonio Román Reina fue asesinado en la mañana del 11 de junio de 1936 en el barrio del Perchel de la capital. La pregunta que sigue flotando en el aire es: ¿Quién disparó la bala que acabó con la vida del que en aquellas fechas era el presidente de la Diputación de Málaga por el PSOE? Ochenta y tres años después no hay una respuesta clara. Su fallecimiento en la tensa antesala que desembocó, apenas un mes después, en el golpe de estado del 18 de julio y el consiguiente estallido de la Guerra Civil no fue nunca aclarado desde un punto de vista policial y judicial (al menos por el momento, según fuentes consultadas, no han aparecido esa documentación). No lo fue ni en aquellos momentos ni, aún menos, durante la dictadura franquista. Ello hizo que sobre su muerte, aún con la llegada de la democracia, se haya creado una nebulosa que lo convierte en un crimen sin resolver.

Los historiadores consultados por este periódico reconocen que hay muy poca información sobre la figura y la muerte de Román Reina y enmarcan su asesinato en la escalada de tensión que se produjo en Málaga entre el 10 y el 12 de junio de ese año por el conflicto entre los sindicatos UGT (socialista) y CNT (anarquista) a cuenta de la pesca del boliche –hubo cuatro muertes y varios tiroteos–, mientras que la familia del que fuera máximo dirigente de la Diputación lo achaca a grupos fascistas de la ciudad.

En aquellos días tumultuosos se produjeron en la capital cuatro muertes

Román Reina perdió la vida a consecuencia de las heridas que le provocaron los disparos que recibió a la altura del actual Puente de los Alemanes cuando se dirigía desde su casa, situada en la calle Cerrojo número 1 –en pleno corazón del barrio del Perchel–, hacia la sede de la Diputación para presidir desde allí la comitiva de la corporación provincial que iba a acudir al Ayuntamiento para participar en el entierro del concejal comunista Andrés Rodríguez, que había sido asesinado el 10 de junio en la calle Ancha del Carmen a consecuencia del conflicto pesquero.

Los hechos

El diario 'ABC' de la época tituló la noticia así: 'Los elementos marxistas y sindicalistas se matan a tiros en las calles de Málaga'. El diario conservador y monárquico hace una reconstrucción de lo sucedido: «Al atravesar el puente, el Sr. Román Reina encontró a su hija, Igualdad Román, de dieciocho años, que también pertenece a las Juventudes Socialistas, con la que conversó brevemente, recomendándole que fuera a su casa, pues las cosas no estaban bien para que saliera a la calle. Padre e hija se dieron un beso y el Sr. Román Reina siguió su camino. Al descender las escalinatas del puente que dan al pasillo de Santa Isabel, unos individuos, que por allí cerca estaban apostados, le hicieron una descarga, cayendo el presidente de la Diputación mortalmente herido».

Añade el diario: «Parece que el atentado había sido preparado cuidadosamente y que un desconocido siguió al Sr. Román Reina desde que éste salió de su domicilio. Cuando la víctima entró en el puente iban detrás de él un cabo de Infantería y el otro sujeto que le vigilaba y temiendo éste que el cabo frustrara el atentado, se acercó a él pidiéndole candela, con ánimo de entretenerle, so pretexto de que tenía una muñeca lastimada y no podía encender sólo el pitillo. De esta forma logró que el Sr. Román Reina se distanciara. (…) Existe también la circunstancia de que a unos metros del puente había una pareja de la Guardia Civil y un grupo de desconocidos al estuvo hostilizando desde lejos para entretenerla».

Un breve mandato al frente de la institución provincial

Antonio Román Reina tuvo, a consecuencia de su asesinato, un breve mandato al frente de la Diputación de Málaga. Fue nombrado integrante de la comisión gestora que regiría la institución provincial por decreto del gobernador civil, Enrique Balmaseda y Vélez, el 5 de marzo de 1936. Un día después tomó posesión junto al resto de integrantes de la gestora: Leocadio Pérez de Vargas y Quirós, Manuel López Atencia, Benito Luna, Rodrigo Lara Vallejo y Cristóbal Fernández García. En esa sesión, en el orden del día se aprobó el nombramiento de miembros de la corporación provincial de Domingo del Río Jiménez, Andrés Rodríguez González y José Portales Álvarez, que no pudieron asistir.

La mesa de edad la presidió Benito Luna que anunció una votación en papeleta para elegir al presidente de la comisión gestora de la Diputación. Román Reina logró cinco votos a favor y hubo un en blanco. En su toma de posesión declaró según recoge el libro de actas de la Diputación: «Dice que es hombre de pocas palabras e inculto porque sus padre no pudieron darle cultura ni él pudo lograrla; afirma que es hombre de taller y que tiene las manos encallecidas pues no más tarde de ayer dejó las herramientas de su oficio. Estima que ocupa el cargo sin tener las condiciones para su desempeño y promete que lo ejercerá honradamente, haciendo honor a la justicia, en la forma en que lo hacían Sancho Panza y Pancho Villa».

En esa sesión se aprobó la distribución de competencias. Antonio Román Reina fue nombrado presidente y Benito Luna como vicepresidente -dimitió pocos días después por incompatibilidad del cargo y el 28 de marzo fue sustituido como miembro de la gestora y vicepresidente por Pedro Velasco-. El resto de cargos fueron los siguientes: Visitador del Hospital civil Provincial: Rodrigo Lara; Visitador de la Casa de Misericordia: Andrés Rodríguez; Visitador de la Casa de Expósitos: Antonio Román; Inspector de la plaza de toros: Rodrigo Lara; Vocales de la Comisión de Hacienda: López Atencia, Rodríguez, Luna y Pérez de Vargas; Junta administrativa de Servicios Agrícolas: Cristóbal Fernández; Caja de Previsión Social de Andalucía Oriental: Andrés Rodríguez; Junta provincial del Censo de Población: José Portales; Junta para la adjudicación de premios a los ayuntamientos que se distingan en la conservación de caminos y veredas: Antonio Román y López Atencia; Patronato local de Formación Profesional: Benito Luna; Caudal de San Felipe Neri: Antonio Román; Patronato Nacional de Turismo: Antonio Román; Caudal de aguas de San Telmo: Cristóbal Fernández; Conservatorio Oficial de Música: Antonio Román; Junta del Aeropuerto: José Portales; Patronato de Sordomudos y Ciegos: Rodrigo Lara; Junta Provincial de Fomento Pecuario: Leandro Pérez de Vargas; y Vocal de tribunal que ha de entender de los recursos que se entablen por los funcionarios municipales: Benito Luna.

La última sesión que presidió Román Reina fue la del 6 de junio de 1936. Había fijado un pleno para el 13 de junio que no se celebró por su asesinato y se pospuso al 16 de ese mes presidido por el vicepresidente Pedro Velasco, que quedó como presidente en funciones. En ella se acordó que la Diputación asumiera los gastos del entierro de Antonio Román Reina -los del diputado Andrés rodríguez los asumió el Ayuntamiento e la capital- y el secretario dio lectura a los pésames recibidos y a las coronas de flores, más de cuarenta y que fueron desde el partido Unión Republicana hasta la de los obreros electricistas y similares de Málaga.

La desaparición de los establecimientos de la Diputación de los emblemas o insignias religiosos; la supresión del coche oficial; la ampliación de las plazas en los centros benéficos para atender la demanda; un transformador de alta tensión para el Hospital Civil; o las gestiones ante el Gobierno central para lograr 6,5 millones de pesetas para el arreglo de 19 caminos vecinales y el restablecimiento del consejo regulador del vino fueron algunas de las medidas aprobadas durante su breve mandato, en el que mantuvo varias reuniones con alcaldes de la provincia, que principalmente, según los recortes de la prensa de la época, le transmitían peticiones para afrontar el paro en sus municipios y la mejora de las comunicaciones.

A consecuencia de los disparos Antonio Román Reina cayó mortalmente herido y aunque fue trasladado al Hospital Civil ya ingresó muerto. El catedrático universitario Antonio Nadal, en su libro 'La Guerra Civil' en Málaga, recoge unas breves líneas sobre este asesinato y dice: «Se acusó a la CNT, sin que tengamos pruebas de ello, de tan sentida muerte». Una muerte que se unió a las que el conflicto pesquero produjo aquellos días: las del mencionado presidente de la Diputación y del concejal comunista Andrés Rodríguez, la de una niña sordomuda, Francisca Manzanares de la Cruz, hija de un cenetista en la Trinidad y un militante de la CNT en un bar del Puerto. A ello se une que un dirigente del PCE, Rodrigo Lara Vallejo, resultó ileso en un atentado.

Las hijas del asesinado agradecen el pésame de la Diputación. Firma de Román Reina en un documento oficial. Fotografía de Román Reina publicada en un periódico de la época. SUR
Imagen principal - Las hijas del asesinado agradecen el pésame de la Diputación. Firma de Román Reina en un documento oficial. Fotografía de Román Reina publicada en un periódico de la época.
Imagen secundaria 1 - Las hijas del asesinado agradecen el pésame de la Diputación. Firma de Román Reina en un documento oficial. Fotografía de Román Reina publicada en un periódico de la época.
Imagen secundaria 2 - Las hijas del asesinado agradecen el pésame de la Diputación. Firma de Román Reina en un documento oficial. Fotografía de Román Reina publicada en un periódico de la época.

Por su parte, Rosa Román, cuyo padre, el histórico socialista Francisco Román Díaz, se casó con una de las hijas de Antonio Román Reina (a pesar de compartir el apellido su lazos familiares es que ambos fueron suegro y yerno), recordaba hace unos años en unas declaraciones a un blog sobre la historia de Málaga: «Mi madre y sus hermanas, que estaban en la casa escucharon y vieron revuelo en la calle, así que se asomaron a la ventana. Desde allí podían ver el Puente de los Alemanes y mucha gente allí. Enseguida temieron porque mi abuelo tomaba ese mismo camino. Cuando fueron a ver vieron que a mi abuelo le había disparado un fascista, seguramente desde un balcón cercano porque le esperaban».

Antonio Román Reina, natural de Benamargosa y barrilero de profesión, tenía unas 54 años cuando fue asesinado; tenía tres hijas, a las que, en base a sus ideales socialistas, las llamó: Fraternidad, Igualdad y Libertad. El que fuera presidente de la Diputación fue enterrado al día siguiente de su asesinato. «La comitiva –según recogía el diario 'ABC'– integrada por varios miles de personas, partió del palacio de la Diputación Provincial (cuya sede estaba entonces en calle Beatas), recorriendo las principales calles de la ciudad y llegando a la necrópolis a la una menos cuarto de la tarde. El féretro, envuelto en una bandera roja, era llevado por jóvenes marxistas uniformados, y detrás iban cuarenta y dos coronas de las autoridades y organizaciones obreras. Abría la marcha la Guardia Municipal montada y presidían el duelo los diputados a Cortes, las autoridades, a excepción del gobernador (José Antonio Fernández Vega), y los familiares del difunto».

Hoy, más de ocho décadas después, las dudas sobre el nombre del asesino de Antonio Román Reina siguen vigentes.

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