Leube depositando flores en la tumba de los marineros muertos del barco Gneisenau. LA UNIÓN ILUSTRADA

La Málaga de hace un siglo vista por un alemán: Hugo Leube

A la sombra de la historia ·

VÍCTOR HEREDIA

Jueves, 28 de julio 2022, 00:01

A finales del año 1926 apareció un folleto titulado 'Málaga, los malagueños y sus costumbres vistos por un alemán', salido de los talleres de la ... Imprenta Zambrana. Apenas tenía 39 páginas y como autor figuraba Hugo Leube. En el texto confesaba que solo tenía 23 años de edad y que llevaba poco más de dos años en la ciudad, a la que llegó sin saber español.

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Sin embargo, el texto, que es una loa a Málaga y sus gentes, está redactado con soltura y utilizando expresiones y formas muy del gusto de la época y que muestran un cierto nivel de conocimiento de la cultura española. La evidente finalidad propagandista del opúsculo, unido a que su esmerada redacción parece impropia de alguien que acababa de aprender el idioma, ha hecho pensar que bajo ese nombre se escondiera en realidad un escritor local que utilizó un seudónimo extranjero.

Andrés Arenas y Jesús Majada, en su libro 'Viajeros y turistas en la Costa del Sol', escriben sobre «el enigma de este opúsculo y de su verdadero autor», dudando de la existencia real de Leube y planteando que, en caso de ser verdaderamente su autor, tuvo que contar con la ayuda y colaboración de buenos conocedores de la ciudad: «¿Quién se esconde detrás del enigma de HerrLeube?».

El texto comienza con una crítica a las crónicas que hablan de España deteniéndose exclusivamente en lo pintoresco, buscando los tópicos y sin llegar a conocer la verdadera forma de vida de la gente: «Para juzgar a un pueblo es preciso conocer su idioma en lo más íntimo, vivir entre él, sentir con él, como si se fuera uno de los suyos».

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Portada del folleto de Hugo Leube. BIBLIOTECA PROVINCIAL

Justifica el sentido de su obra: «Así, pues, deseoso de dar a conocer lo que es España y, sobre todo, Málaga, para que el extranjero pueda apreciarla, escribo estas mal hilvanadas páginas, en las que lo mal expresado de la frase debe perdonarse, recordando que las transcribo tal como brotaron del sincero españolísimo afecto que surgió de mi corazón hacia Málaga la bella, tierra tan bendita y hospitalaria, en la que todos me brindaron amor y amistad».

Después de comentar su llegada a la ciudad en febrero de 1924, en unos días de continuas lluvias, para trabajar en la Compañía Minero-Metalúrgica Los Guindos (de capital alemán), se extiende en una alabanza al privilegiado clima malagueño y a la belleza de su litoral, desde La Caleta hasta el pueblo de pescadores de La Cala. También dedica elogios a los jardines de La Concepción y El Retiro y al camino costero hasta Marbella. Leube recuerda que, a pesar de su juventud, ha tenido oportunidad de conocer la Costa Azul, París, Berlín y Venecia, lo que le permite establecer comparaciones siempre positivas para Málaga.

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Qué fue de Hugo Leube

Hugo Leube había nacido en Pforzheim, en el sur de Alemania, en 1903. Su integración en la cultura española le llevó a escribir artículos en la prensa madrileña defendiendo la tradición taurina. Se presentaba como escritor y en 1931 se anunció que iba a encargarse de la traducción al español de la comedia 'Nina', del alemán Bruno Frank. Este dato no deja de ser curioso, ya que Frank era judío. En el libro 'The Nazi conspiracy in Spain', de 1937, se afirma que Leube fue el jefe de la sección local del Partido Nazi en Málaga en los años treinta y responsable de una red de espías que se extendía a Marruecos. Eliah Meyer incluye a Hugo Leube, miembro activo del Partido Nacionalsocialista y del Frente Alemán del Trabajo (organización sindical del régimen) en la lista de nazis protegidos por el gobierno español. Aquel noviazgo malagueño no prosperó, ya que se casó en 1938 con una compatriota y se estableció en Bilbao. Murió en 1955 en su localidad natal.

El texto, a veces excesivamente almibarado, continúa con la descripción de las verbenas, las fiestas populares, el carnaval y, sobre todo, la Semana Santa. Piensa que es necesaria una mayor labor de propaganda para atraer turistas que quieran conocer la Semana Santa malagueña. Repasa las instituciones culturales que existen en la ciudad y destaca especialmente el papel de la prensa, «puesto que ella es la llamada en primer lugar a dar instrucción a la clase popular».

Carácter trabajador

Reivindica también el carácter trabajador del pueblo andaluz y la importancia y buenas expectativas de las industrias locales, como la pesca, la metalurgia, el azúcar, las pasas y el vino. La única crítica que desliza en todo el texto es la falta de instrucción de los trabajadores, que aun así destacan por su honradez e inteligencia. Como alemán, no deja de tener una mención a la actuación de la población malagueña durante el naufragio del buque escuela Gneisenau. Por último, reconoce que ha encontrado el amor en esta tierra y que siente lo que es el «noviazgo».

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Pero ¿existió realmente Hugo Leube? En la Biblioteca Cánovas del Castillo se conserva un ejemplar de su librito dedicado de su puño y letra a Díaz de Escovar. Diferentes noticias de prensa nos confirman su existencia y nos proporcionan imágenes suyas. Aparecieron varias reseñas de su publicación en medios locales y nacionales, el director de la Banda Municipal le dedicó un pasodoble y en enero de 1927 se le ofreció un banquete en el Hotel Londres de la ciudad, después del cual acudió al Cementerio Inglés a depositar los ramos de flores recibidos en la tumba de los náufragos del Gneisenau.

Tras la publicación de su folleto la vida de Leube siguió por otros derroteros: «Así Málaga para mí será el recuerdo luminoso, radiante, inolvidable de toda mi juventud».

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