Los cubillos de la Catedral, en el patio de los Naranjos.

La Catedral de Málaga, como nadie te la había contado

El origen de la seo sería un pilón de agua junto al mar sobre el que se irían levantando sucesivamente diferentes templos

Domingo, 26 de septiembre 2021, 00:21

No hace mucho vio la luz un libro espléndido. Se titula 'La catedral de Málaga: una sinfonía inacabada'. Se trata de una obra imprescindible, que ... no debe faltar en ninguna biblioteca malagueña. Su esmerada y elegante edición ha estado al cuidado del Plan Director de la Catedral, que ha pretendido con este libro promover y difundir la historia del primer templo malagueño. El texto, del que son autores Juan Manuel Sánchez La Chica y Adolfo de la Torre Prieto, está ilustrado con multitud de planos tridimensionales y grabados, gracias a los cuales los profanos podemos comprender fácilmente cuál fue el proceso constructivo de nuestra catedral. Y las fotografías, la mayoría a toda página, son espectaculares.

Publicidad

He tenido el privilegio de conocer a Juan Manuel Sánchez La Chica, arquitecto de la catedral. Acompañado de Víctor Heredia, compañero de correrías culturales, asistimos en una cafetería cercana a la basílica a las explicaciones magistrales de su arquitecto. Juan Manuel, que lleva años estudiando el templo, no duda en sacar su libreta cuando lo ve necesario para dibujar o trazar arcos y naves que aclaren sus explicaciones, llenas de amenidad y de rigor científico.

La prehistoria de la Catedral

La catedral de Málaga se levantó sobre un hontanar, un lugar en el que nacen fuentes o manantiales. Hace varios milenios la línea de costa se adentraba hasta los pies de la Alcazaba. Los terrenos donde hoy se levanta la iglesia del Sagrario formaban un promontorio rocoso, una pequeña península, dotada de pozos de agua dulce. Existe uno en los jardines del Sagrario y otro bajo una torre de la puerta del crucero, que convertían esta pequeña elevación en un lugar especial. En este emplazamiento privilegiado junto al mar se pudo levantar hace 26 siglos -siglo arriba, siglo abajo- un primer templo fenicio (del que aún no tenemos pruebas de su existencia, salvo por algunas monedas antiguas), luego romano, que pasaría a ser mezquita y más tarde catedral.

En el devenir de la civilización una cultura se superponía a otra. Así pues, el origen de la catedral de Málaga sería un pilón de agua junto al mar sobre el que se irían levantando sucesivamente diferentes templos. Juan Manuel me cuenta que hace unos días han aparecido, en las excavaciones que se están realizando junto a la iglesia del Sagrario, algunos restos con connotaciones religiosas de la época paleocristiana, anteriores a la mezquita, lo que demostraría el carácter sagrado que siempre tuvo este lugar.

Publicidad

Singular vista de la torre de la Catedral.

La fortaleza renacentista (1528-1588)

La primera puerta de la catedral que se construyó fue la principal de la iglesia del Sagrario, conocida como puerta del Perdón. Corría el año 1514. Por causas que desconocemos, esta fachada gótica no se acabaría convirtiendo en la entrada a la catedral, porque el Cabildo decidió comprar unas casas cercanas a la actual calle Cañón para empezar a construir una gran basílica. Se prefirió continuar el culto en la Iglesia Vieja, que resultó de transformar la antigua mezquita en catedral, mientras se edificaba la girola y la cabecera de la nueva catedral renacentista. Las obras comenzaron en 1528 y se prolongaron hasta 1588. Los planos los realizaron Enrique Egas y Diego de Siloé.

Juan Manuel afirma que desde el primer momento se apostó por una catedral de grandes dimensiones. A esta primera catedral la ha llamado fortaleza de la fe, puesto que esta catedral fortín estaba dotada de unas terrazas con una inclinación especial para instalar cañones, ventanas aspilleras para disparar, escaleras helicoidales en la girola (que hoy están cegadas) para que la tropa y la población se refugiara con rapidez en caso de ataque o asedio. Las pilastras exteriores de la girola tienen forma triangular y han sido pensadas para evitar el impacto de los proyectiles. Además, contaban con pozos de agua dulce dentro de la catedral. Las puertas del crucero están enmarcadas por dos potentes torreones defensivos a los que denominamos cubillos. Incluso la parte posterior de la girola ha dado nombre a la calle Cañón, llamada así por las gárgolas o desagües que simulan ser cañones.

Publicidad

Así quedaría la catedral acabada.

Llegado a este punto debemos hacer un inciso para hablar de Diego de Vergara, natural de Guipúzcoa, uno de los artífices más importantes que ha tenido la catedral de Málaga y, creemos, que injustamente olvidado. A él le debemos las dos grandes señas de identidad de nuestra catedral: la idea de levantar las tres naves a la misma altura en un templo renacentista, un recurso propio del gótico, y de lo que resultó la invención del pilar de Málaga, una columna en dos niveles claramente diferenciados que le dio una espectacular altura al templo y que, por sus proporciones, podemos considerarla un elemento único en la Historia de la Arquitectura. Repetido a lo largo de la basílica, el pilar de Málaga se ha convertido en su código genético.

Conviene insistir en que la catedral de Málaga es tan particular y sorprendente en algunos de sus elementos constructivos, que estos han tenido que ser bautizados con el nombre de cubillos, en el caso de los torreones defensivos, o como pilar de Málaga, para referirse a la nueva columna que ideó Diego de Vergara.

Publicidad

Las obras de la girola y el crucero se paralizaron en 1588. Durante 133 años la catedral de Málaga tuvo un aspecto de edificio inacabado. Hubo que esperar hasta 1721 para que las obras se reanudasen.

El coro o la octava maravilla del mundo

Así definió el coro catedralicio el pintor y tratadista Palomino y Velasco. Para Juan Manuel Sánchez La Chica la sillería del coro es la mayor empresa artística del siglo XVII en la ciudad de Málaga. Lo más llamativo es que primero se construyó el coro y luego se cubrieron las naves, en un proceso constructivo que tuvo que ser muy complejo y que aún no ha sido suficientemente estudiado, porque hubo que levantar las bóvedas actuales con el coro dentro ya terminado. La sillería, con cuarenta maravillosas tallas esculpidas por Pedro de Mena, es la única obra significativa que se ejecutó en la catedral malagueña durante el siglo XVII.

El palacio barroco (1721-1782)

El terremoto de 1680 debilitó el muro que cerraba la catedral inacabada. Y las goteras que produjeron las lluvias del invierno de 1718 afectaron considerablemente a la catedral. El Cabildo tomó la histórica decisión de que se reanudasen las obras, lo que ocurrió en 1721. Si la catedral renacentista quería ser una fortaleza, la barroca se asemejó a un palacio. Se puede apreciar en las torres de los cubillos, en las que se pueden diferenciar dos partes: una inferior, renacentista, de fortaleza, con torreones sin ventanas; y otra superior, barroca, palaciega, con balcones, guirnaldas, barandas y frontones. La profusión de balcones propios de la catedral barroca se debe a la necesidad de asomarse a la calle, lugar de encuentro, de procesiones, propio de la cultura del Barroco.

Publicidad

Las famosas gárgolas que dan nombre a la calle Cañón.

En 1721 José de Bada y Navajas retomó las obras de la catedral de Málaga. Lo curioso es que lo hizo por la fachada principal, quizá para no interferir en el culto o para que la población confiase en que las obras marcharían a buen ritmo y acabarían pronto. La unión de las dos catedrales, la renacentista y la barroca, se alcanzó en 1768, siendo Maestro Mayor de las obras Antonio Ramos. Ambas catedrales se integran magistralmente, formando un todo armónico y perfecto. Interesante personaje fue Antonio Ramos, que empezó trabajando en la catedral de cantero en 1723 y acabó siendo Maestro Mayor y que nos recuerda, salvando las distancias, a Antonio Baena, que de botijero en las obras de calle Larios llegó a ser uno de los mejores constructores en la Málaga de los años veinte del siglo pasado.

En 1782 Antonio Ramos dio por terminadas las obras de la torre norte que, con sus 97 metros de altura, sigue siendo el edificio más alto de Málaga (la torre Mónica mide 96). Las obras de la catedral se paralizaron porque el dinero se destinó a la mejora de los caminos reales a Vélez y Antequera. Y desde 1782 las obras siguen sin reanudarse...

Noticia Patrocinada

La ciudadela de torres

Una de las señas de identidad de la catedral malagueña es su altura, de ahí la importancia que cobran las torres. El edificio fue diseñado para que tuviera al menos diez torres, de las que solo se ha terminado una. Si nos situamos en su lado sur, podemos apreciar que faltan por terminar cinco torres: la de la sacristía menor (cuyo arranque se puede apreciar de manera evidente), las dos de los cubillos (que embellecerían de manera considerable las puertas del crucero), la de la torre-escalera (que vemos adosada a la torre sur) y la de la torre sur (por la que los malagueños conocen a nuestra catedral con el antiestético nombre de manquita). Y en el costado norte solo se remató una de las torres proyectadas.

Por lo tanto, la catedral barroca se concibió como una profusión de elementos verticales rematados en cúpulas. Como señala su arquitecto, con una altísima catedral se reforzaba su fachada al mar, y los marineros lo primero que divisarían de Málaga sería su divina catedral. Sin embargo, con la construcción del hotel Málaga Palacio se perdió la que era una de las más bellas vistas identificativas de nuestra ciudad.

Publicidad

La catedral de Málaga: una sinfonía inacabada

La catedral de Málaga está sin terminar. Como defiende su arquitecto, la catedral no es una ruina, ni un lugar arqueológico, no es un edificio muerto por la obsolescencia o el abandono de su uso, es un edificio vivo desde su origen.

La catedral de Málaga tiene que ser terminada para que alcance la belleza deseada por aquellos maestros que la pensaron. Según se reconoce en el libro, en nuestro primer templo restan aún por acabar el tejado, las sacristías mayor y menor, el programa iconográfico de las cubiertas, las torres de los cubillos y la torre sur.

Publicidad

Para Juan Manuel la obra más urgente es la del tejado. Ya en el siglo XVII las goteras eran un problema en la catedral. Y recordemos que las obras tuvieron que reiniciarse en 1721 por las graves filtraciones que amenazaban la ruina del edificio. La solución de un tejado a dos aguas ya la planteó Ventura Rodríguez en 1764 y sus propuesta aún hoy es la más viable. Ya era urgente realizarlo en 1764.

Cada vez que llueve en Málaga de manera insistente, Juan Manuel acude presto a la catedral para ver por dónde desaguan los tejados y por qué gárgolas el agua tiene más tendencia a evacuar. Asegura que a la catedral le afectan más las lluvias constantes y persistentes que las torrenciales. Para él, el tejado de la catedral de Málaga debería ser a dos aguas, construido con armazón de madera y cubierto con teja de cerámica vidriada, a la manera tradicional.

Publicidad

Pero quizá el punto que más polémica despierta entre los malagueños es el de la terminación de su torre norte. Para su arquitecto el debate no es si la torre debe acabarse o no, sino cómo habría de construirse. Según el prestigioso arquitecto Fernando Chueca Goitia, si se hubiesen rematado las dos torres, la portada de la catedral de Málaga hubiera sido una de las mejores fachadas catedralicias de España.

Este artículo quiere ser un homenaje a aquellos cientos de maestros, artesanos y operarios que con su trabajo y esfuerzo levantaron una catedral única y majestuosa que se ha convertido en el asombro de feligreses y turistas. Y también pretendemos reivindicar la monumentalidad y el valor artístico de la catedral malagueña, que puede parangonarse sin reparos con otras catedrales andaluzas contemporáneas como la de Granada o la de Jaén.

Publicidad

En definitiva, La catedral de Málaga: una sinfonía inacabada es un libro ameno, bien ilustrado, divulgativo y de gran rigor científico. Ya quisieran otras catedrales españolas contar con una obra así. Léalo. No se arrepentirá.

Portada del libro 'La catedral de Málaga, una sinfonía inacabada'.
Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad