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La ejemplar vinculación entre la Legión y el Cristo de la Buena Muerte de Málaga: origen, presente y futuro

La ejemplar vinculación entre la Legión y el Cristo de la Buena Muerte de Málaga: origen, presente y futuro

Elías de Mateo Avilés

Real Academia de Bellas Artes de San Telmo

Miércoles, 20 de septiembre 2023, 00:31

Antecedentes

Una de las características más destacadas de los países democráticos más avanzados se concreta en poseer unas fuerzas armadas ejemplo de patriotismo, profesionalidad, eficacia y neutralidad política. Estas, además, están profundamente integradas en la sociedad que las rodea, de la cual reciben un reconocimiento y un apoyo total.

España ha logrado estar entre las naciones que se han marcado este ideal de vinculación entre sus militares y la ciudadanía. Mucho se ha conseguido en este ámbito, pero aún queda camino por recorrer. No en vano, las Fuerzas Armadas Españolas están consideradas como una de las instituciones más valoradas y prestigiosas por el conjunto de la población.

La ciudad de Málaga ha mostrado, tradicionalmente, un especial cariño y apoyo a nuestros ejércitos. Buena muestra de ello es uno de los lemas que figura en su escudo: el de «muy benéfica» que le fue otorgado por la entrega y el apoyo de la población malagueña a los soldados heridos y enfermos que llegaron a la ciudad tras el Desastre de Annual en 1921.

Entrega del primer título de Legionario de Honor al hermano Joaquín Mañas en 1930

Origen

Pero, quizás, el fenómeno más ilustrativo de la unión de Málaga con el Ejército Español sea la vinculación de La Legión Española con la Congregación del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Ntra. Sra. de la Soledad Coronada (Mena). Única en su género, tanto por su intensidad, longevidad y por los granados frutos que ha producido a lo largo de sus casi cien años, tanto para una de las más gloriosas y prestigiosas unidades de nuestras Fuerzas Armadas, como para la propia corporación pasionista y para la ciudad en su conjunto.

Ni la extensión ni los objetivos del presente artículo permiten detallar todos los hitos que han conducido a la espléndida realidad que es hoy la vinculación entre Mena y La Legión. Pero sí destacar momentos esenciales, emocionantes y únicos que nos conducen desde los años veinte del pasado siglo hasta hoy. Casi cien años donde capirotes y chapiris han formado un todo inseparable bajo los sones de «El Novio de la Muerte».

Es preciso situarse al principio en 1921. Melilla es salvada tras el Desastre de Annual por la recién creada Legión del teniente coronel Millán Astray. Málaga, puerto de embarque hacia el norte de África, lo recibe como a un héroe. Los legionarios a sus órdenes embarcan y desembarcan en el puerto malagueño. Son muy populares y ya se les conoce como «los novios de la muerte». Al mismo tiempo la Congregación de Mena vive años de auge de la mano de hermanos mayores como Félix Sáenz o el antiguo teniente coronel Joaquín Mañas. Pronto surge algo que va a unir desde entonces a congregantes de Mena y a caballeros legionarios: una devoción compartida: la del Cristo de la Buena Muerte.

En poco tiempo aquello se consolida. Durante algunos años oficiales y caballeros legionarios acompañan, a título privado al Cristo en la procesión del Jueves Santo. Luego aquello se institucionaliza. Mena nombra al general Sanjurjo, vencedor de Alhucemas y Alto Comisario de España en Marruecos como Mayordomo Honorario y este acompaña al Cristo de la Buena Muerte por las calles de Málaga el Jueves Santo de 1928.

Poco después tiene lugar un acontecimiento que marca un antes y un después. La Congregación otorga al entonces coronel-jefe del Tercio, Eugenio Sanz de Larín el título de Hermano Mayor Honorario y a todos los hombres a su mando el de «Hermanos Predilectos». La vinculación de La Legión con Mena se oficializa solemnemente.

Un fuerte temporal frustrará la llegada a Málaga de una nutrida representación legionaria para participar en la procesión del Jueves Santo de 1929. Pero al año siguiente, 1930, no solo La Legión escolta al que ya considera «su» Cristo, el Jueves Santo 17 de abril, sino que el que aún se denominaba oficialmente Tercio de Extranjeros invita a sus acuartelamientos de África a los congregantes de Mena. En Riffien, cerca de Ceuta, el entonces jefe de La Legión, el coronel Juan José de Liniers y Mugiro, proclamó oficialmente al Cristo de la Buena Muerte como «patrón» de La Legión. Era un 14 de mayo de 1930. Se había cerrado un círculo virtuoso que ya nada ni nadie podría romper. Y en Tahuima, cerca de Melilla, el teniente coronel Rada entregará los primeros títulos de Legionarios de Honor.

1931 resulta, a la vez, un año excelso y trágico para la vinculación ya consolidada entre Mena y La Legión. Entre el 28 de marzo y el 1 de abril tiene lugar la primera guardia legionaria al Cristo de la Buena Muerte en su capilla. El día 2 La Legión desfila apoteósicamente por las calles malagueñas junto a su Cristo. Pero, pocas semanas más tarde, el 11 de mayo, el odio de grupos minoritarios perfectamente organizados enemigos de la religión junto a la complicidad culpable de algunas autoridades, darán como resultado el incendio y el saqueo de la mayoría de los templos malagueños y la pérdida del Cristo de la Buena Muerte, obra maestra de Pedro de Mena.

Primera guardia legionaria al Cristo de la Buena Muerte en marzo de 1931.

Consolidación

Superados los trágicos años treinta, La Legión y la Congregación de Mena vuelven a encontrarse. A partir de 1943 los caballeros legionarios regresan a Málaga, cada año, a montar guardia y a escoltar a Jesús de la Buena Muerte, ahora una soberbia imagen debida a las gubias de Palma Burgos. Poco a poco se crean nuevos lazos: un estandarte con el Cristo bordado en ricas sedas e hilo de oro orlado con las banderas y guiones legionarios se custodiará, anualmente, por cada uno de los Tercios; se regalan reproducciones a tamaño natural de la imagen del Cristo a cada acuartelamiento legionario para que presida sus actos solemnes; se crean los Premios Cristo de la Buena Muerte para galardonar a caballeros legionarios distinguidos; incluso un año jefes oficiales y caballeros legionarios cargan directamente sobre sus hombros al Cristo en su Cruz. Y, por supuesto, Mena nombra a los sucesivos coroneles de los Tercios y al general al mando de La Legión como consejeros de honor. La mayoría solicitan su alta como congregantes de cuota.

2 de abril de 1931, la Legión desfila tras su desembarco por la calle Larios.

Por su parte, La Legión invita, cada año el 20 de septiembre a los congregantes de Mena a la solemne conmemoración del aniversario de su creación y reanuda la concesión de los títulos de Legionarios de Honor a congregantes destacados.

Presente

Desembarco de la Legión en el Puerto de Málaga. Jueves Santo de 2023.

Nada parece afectar, al contrario, a algo difícil de describir, y siempre con la ciudad de Málaga respaldando ésta feliz simbiosis. Ni la Transición y la llegada de la Democracia. Todo sigue igual, pero mejor. Ahora la venida a Málaga para la Guardia y la procesión del Jueves Santo es voluntaria. Sin embargo, hay más solicitudes que plazas. Aparecen en las sucesivas compañías de honores las Damas Legionarias. Y llegan las misiones de paz en el extranjero: Bosnia, Líbano, Afganistán… Una capilla portátil con una reproducción del Cristo acompaña siempre a sus devotos legionarios. En el puerto de Málaga se vivirá una jornada de inmensa emoción cuando, en octubre de 1993, regrese a España la Agrupación «Canarias» y el propio Cristo de la Buena Muerte se desplaza allí para recibir a sus congregantes predilectos, los caballeros legionarios.

Otro hito importantísimo resultó la solemne proclamación oficial en el año 2000, por el entonces Arzobispo Castrense de España, monseñor Estepa, del Cristo de la Buena Muerte como «Protector de La Legión». De esta forma, la autoridad eclesiástica refrendaba una tradición, en aquel momento, con setenta años de vigencia ininterrumpida.

Desde hace años, cuando estamos inmersos en la sociedad de la información, la globalización y el imperio de las redes sociales, sin duda la imagen internacional que identifica la Semana Santa, no solo de Málaga, sino de toda España es la del Traslado a su trono procesional del Cristo de la Buena Muerte a hombros de los caballeros legionarios en la mañana de cada Jueves Santo.

Así, no nos puede extrañar que, Málaga, haya reconocido con su máxima distinción, la Medalla de la Ciudad a La Legión Española el pasado año 2022 con el apoyo de todos los partidos políticos representados en su Ayuntamiento.

Guardia legionaria al Cristo de la Buena Muerte. Semana Santa de 2023.

Futuro

Con todo lo anteriormente expuesto parece evidente que la vinculación entre La Legión y su Protector va camino de cumplir cien años. Una efeméride de tal calibre no solo debe tener el máximo reconocimiento a nivel eclesiástico y local. Afortunadamente existen figuras jurídicas, tanto a nivel regional, nacional e internacional que permiten la protección de expresiones colectivas singulares y únicas como la que se produce en Málaga cada Jueves Santo.

Nos estamos refiriendo a la declaración de los actos que desarrollan conjuntamente La Legión y la Congregación de Mena en torno al Cristo de la Buena Muerte, primero, como Patrimonio Etnográfico de Andalucía, a tenor de lo dispuesto en la Ley del Patrimonio Histórico de Andalucía.

En un segundo momento, que dicho reconocimiento tenga rango estatal, cumplimentando los trámites que dispone la Ley de Patrimonio Histórico Español vigente, que, en su artículo 46 que protege «las actividades que son o han sido expresión relevante de la cultura tradicional del pueblo español en sus aspectos materiales, sociales o espirituales».

Y, como culminación, que se den los pasos precisos para que los referidos actos sean reconocidos como Patrimonio Cultural Inmaterial der la Humanidad por parte de la UNESCO.

Traslado del Cristo de la Buena Muerte a su trono. Jueves Santo 2023.

En 2028 se cumplirán cien años del nombramiento de TODOS los Caballeros Legionarios como «Hermanos Predilectos» de la Congregación de Mena. No sería mala fecha para que el desembarco de La Legión, el solemne traslado del Cristo a su trono y el propio desfile procesional tengan el reconocimiento y la protección que merecen por parte de la Junta de Andalucía, del Gobierno de España y de la UNESCO.

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